El sastre madrileño que viste a las grandes figuras del deporte: de Ilia Topuria a Figo
Conocido como el sastre del Ibex 35 por vestir a muchos de sus consejeros delegados y directivos de las grandes empresas, Joaquín Fernández Prats cuenta con una lista de clientes llena de nombres conocidos. Florentino Pérez, Luis Figo, Carlos Sainz , -padre e hijo-, José Mercé o Ilia Topuria encabezan el «paseo de la fama» de una elegante sastrería ubicada en el número 4 de la calle Hermanos Pinzón. El corazón del negocio es el propio Joaquín , un apasionado de la sastrería que, desde muy pequeño, sueña con cortes, telas y patrones. «Vengo de una familia de artesanos dedicados al oficio, por lo que demostré aptitudes desde pequeño», cuenta. Tras pasar por los talleres más reputados de la capital, -incluido el taller de sastrería de El Corte Inglés-, hoy cuenta con su propio templo en el que aúna tradición y futuro para ofrecer una sastrería impoluta y a medida, un salón privado de 300 metros con bar y todo dispuesto para que sus visitas vivan una experiencia de lujo. Además, cuentan con un rincón dentro del emblemático Hotel Wellington, un espacio en el que medir y probar a clientes de la zona o que se alojan en el hotel y en 2025 planean la apertura de un tercer punto de venta. Hijo de oficiales de sastre, Joaquín Fernández Prats lleva el oficio en la sangre. Creció entre hilos y tejidos, que se convirtieron en sus primeros juguetes. A los 14 años obtuvo el título de cortador y oficial por la Asociación de Sastres de Madrid y aunque reconoce que sus trajes actuales distan mucho de las primeras piezas que confeccionó, sabe que combinar la artesanía con las nuevas formas de hacer es fundamental para marcar la diferencia en su propuesta: «La tecnología es primordial en un oficio tan manual como lo es la sastrería; nos permite llegar más lejos y traspasar fronteras», explica Fernández Prats. En la actualidad, Sastrería Prats lo conforma un equipo de 30 profesionales , desde el camisero al cortador o el planchador y atienden cada día tanto clientes famosos como desconocidos: «Nuestro proceso de creación comienza en el momento en que el cliente pone un pie en la sastrería, pasando por la selección de tejidos, la toma de medidas o la confección. Todos son imprescindibles». Entre sus trabajos, ofrece opciones tanto en medida industrial como artesanal, todas personalizadas a gusto del cliente. Trajes de ceremonia como el que realizó para José Luis Martínez -Almeida , quien llegó a la sastrería por recomendación de Enrique Cerezo , otro de sus fieles, como cuenta el propio Joaquín Fernández Prats; y es que la relación y devoción del alcalde de la capital por el Atlético de Madrid es por todos más que conocida. La relación de Almeida con la sastrería madrileña viene de hace un par de años: «Ser los elegidos para la confección de, quizás uno de los trajes más importantes de su vida, fue todo un honor. Nos encantó formar parte de este momento tan especial «, explica. Pero Almeida es solo uno más en su larga lista de clientes famosos . Aunque confiesa con modestia que su primer cliente conocido fue su propio padre: «lo viví con mucha emoción e ilusión a la par que responsabilidad; él fue quien me inculcó la pasión por el oficio», lo cierto es que en su paseo de la fama predominan además grandes nombres del deporte. Carlos Sainz o Ilia Topuria son algunos de los más recientes, con el desafío que vestir a este tipo de cuerpos tan dispares conlleva. «Todos los cuerpos son diferentes . Nuestra misión es crear prendas con las que se sientan cómodos, y en estos casos además tenemos que trabajar muy bien el corte y la forma, apostando por tejidos de calidad que nos permitan adaptar las prendas a su fisionomía», explica el sastre. Sus trajes llevan entre 50 y 60 horas de trabajo desde la toma de medidas, selección de tejidos, corte, confección, pruebas y afinados, hasta «lo más importante, el planchado, algo que precisa de mucho mimo y dedicación», asegura Joaquín. El precio puede variar mucho y depende en gran medida del tejido: «Por lo general partimos de 2.900 euro s pero por ejemplo un traje confeccionado en otros tejidos más lujosos podría llegar a costar hasta 30.000 euros », asegura. Cuenta con más de 2.000 referencias de tejidos , de firmas tan prestigiosas como Loro Piana . A los trajes, se suma una amplia variedad de camisas, pero también de corbatas de marcas españolas o italianas como Marinela o Calabrese . En su colección de prêt-à-porter, con trajes ya confeccionados en tejidos clásicos como la lana y colores marino, gris o raya diplomática se también se encuentran diseños que oscilan entre los 750 euros y los 900 euros .