Anomalía en el PSOE
Que Víctor de Aldama diga que teme por su seguridad y la de su familia, después de haber colaborado con la Fiscalía en el «caso Koldo», que Juan Lobato deje entrever que puede haber sido objeto de una trampa de la Moncloa para que cometiera un delito de violación de secretos fiscales, es difícil de creer, pero está pasando.
Decía Reyes Maroto, a raíz de conocerse que el secretario del PSM, Juan Lobato, había acudido a una notaría para dejar constancia de la conversación mantenida con la jefe de gabinete de Óscar López, que no quería entrar al ruido. ¡Están las cosas como para hacer ruido!
Después de los temores expresados por Aldama (no hay que olvidar que su coche recibió tres disparos en la ventanilla del conductor, en plena investigación de la «trama Koldo» y que aún se desconoce la autoría de la amenaza y por supuesto no es mi intención señalar a nadie, pero es un hecho); después de denunciar Juan Lobato presiones para que abandone el cargo, ¿puede acabar superando la «trama Sánchez» a «El Padrino» y «House of Cards»?
Son tantas tramas de corrupción –Ábalos, Koldo, Begoña Gómez, fiscal general del Estado, Globalia, Hidrocarburos, mascarillas, Lobato, Delcy Rodríguez–, que los informativos (exceptuando a TVE y Prisa) no dan abasto.
Cuando Aldama dice que Sánchez llamaba a Ábalos seis o siete veces al día y que le consultaba todo, siguiendo los rangos de la mafia (porque he citado a «El Padrino», no por otra cosa), ¿quién es el «capo di tutti capi», el Don y el «Consiglieri»? Este fin de semana se celebra el 41 Congreso del PSOE para reafirmar el liderazgo de Sánchez y eliminar a los traidores que no quieren participar en los delitos. Francisco Vázquez, exalcalde socialista, ha dicho que Juan Lobato «es una anomalía dentro del PSOE actual». Normal que dimita