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Inmaculada Pérez Figueroa : «La mujer da a la empresa implicación emocional»

Abc.es 
' She ', además de una hermosa canción de Elvis Costelo, es el título de unos premios internacionales que otorga la asociación de empresarias Prospanica, que tiene su sede en Newark , en el estado de New Jersey. Inmaculada Pérez Figueroa (Córdoba, 1967) viajó a mediados de este mes de noviembre a esa población cercana a Nueva York para recoger uno de los galardones de 'Mujeres Brillantes' que reconocieron, según la propia organización, «su notable trayectoria y contribución al desarrollo profesional de las empresarias españolas». Pérez dirige tres compañías - Incentifor, Marduk Blake y New Gaming- , y es además la presidenta fundadora del Foro de Empresarias y Profesionales de Córdoba, nacida a lo largo del año 2016 y que agrupa a algo más de quinientas empresas de la provincia, desde micropymes a potentes firmas que superan los cincuenta empleados. -¿Cree que las mujeres están discriminadas en los puestos de responsabilidad de las empresas? -Yo había estado en muchos ambientes, la verdad es que en mi carrera no lo había sentido de esa manera. En el ámbito de la Historia del Arte, pues yo no sentía ningún tipo de discriminación. Pero cuando llegué al mundo de los negocios lo sentí. Y lo sentí bastante. Sí. Sí, sí, sí... Tengo un señor carácter. Soy una mujer con carácter. Una fiera. -Entiendo. -Esto no lo ponga, pero es que hay una realidad. -¿Lo quito del texto? -Póngalo si quiere. -Lo dejo entonces. -Lo puede poner. -Usted manda en sus tres empresas y en el foro de mujeres que fundó. -Sí, mando. Bueno... Pero me gustaría encontrar un sinónimo más amable, pero al final mandar en mi caso es transmitir lo que he organizado en mi mente para que los distintos elementos que tienen que ejecutar sepan cómo yo, que he sido la que lo he diseñado, quiero que salgan las cosas. Luego, evidentemente, cuando tú mandas tienes que también escuchar, porque si no mal lo llevas. Es más, creo que quien trabaja unidireccionalmente no llega a tener el modesto éxito que yo he tenido. -¿Y qué es dirigir unidireccionalmente? -Para mí mandar unidireccionalmente es una tiranía. Mandar así es mandar en el peor sentido de la palabra: cuando no escuchas y crees que lo que tú piensas es lo correcto y no existe otra opinión. Eso es terrible. Eso es el extremo. Yo soy todo el contrario. -¿Y es más difícil dirigir para una mujer que para un hombre? -Dirigir no es más difícil 'per se'. Es decir, en el papel no es más difícil. Al fin y a cabo dirigir no tiene género. El género se lo ponemos nosotros. Creo que nosotras nos implicamos emocionalmente, a veces quizás porque nos han educado así, quizás porque en determinados aspectos tenemos una implicación emocional que a veces tenemos que gestionar. Somos muy tendentes las mujeres a eso. No he estado nunca dentro de un hombre y tengo cuatro en casa (Risas). Yo creo que por educación también, si lo sienten, lo hacen de otra manera. He compartido negocios con muchos hombres pero a veces creo que las mujeres tendríamos que gestionar lo mucho que nos cargamos mentalmente. -¿Quiere decir que la mujer sufre más los sinsabores de un puesto de dirección? -No, no. Pero creo que las mujeres hemos venido a darle a los puestos de dirección un valor, que es una mayor implicación emocional. Cuando hablamos de habilidades blandas... La mujer está presente en la empresa, sí, pero hoy por hoy cuando tú vas a una reunión de negocios, la foto normalmente tiene traje azul. Es verdad que cada vez hay más mujeres: desde 2016 en el que nace nuestro foro hemos puesto nuestra gotita. -Queda mucho por hacer, entonces. -Desde chiquititas a nosotras nos han educado de una manera y a los hombres de otra: yo nací en una casa donde no había nada más que mujeres y mi padre además tenía una pequeña discapacidad, por lo cual era un rey o un emperador; crecí en un mundo en el que a un hombre se le ponía el vaso de agua y no había ningún tipo de sensación desagradable. -¿Y queda machismo en la empresa? -¿Machismo? Claro que hay en la empresa, y en la sociedad en general, pero es que es una cosa que no se puede cambiar de la noche a la mañana, ni puede salir una política ni una norma que lo erradique, como no se ha podido erradicar el tabaco: es que eso es un tema social. No puede ser que nos digan cómo nos tenemos que comportar, porque la sociedad y la sociología responden a una evolución natural. Vamos a ver, a mí no me pueden decir que está mal que, cuando acabemos la entrevista, usted me ceda el paso al salir por la puerta. -Hasta hace unos años parecía que las asociaciones de mujeres empresarias estaban en la órbita de la izquierda, del PSOE en concreto. ¿Eso ha cambiado, no? -En mi época, quizá el feminismo siempre ha parecido de izquierdas absurdamente, porque no creo que ninguna mujer de derechas quiera que no se le reconozcan los derechos. No tiene sentido que se politice un derecho fundamental: los derechos fundamentales no tienen género y no los pueden meter en política. -Juan Cano, el fundador de Eurosemillas, se quejaba hace unas semanas en estas mismas páginas de la querencia rentista de los empresarios de Córdoba, a los que les afeaba que no se arriesgaran más. -¿Sabe lo que pasa? Que hay sectores qu e son mucho menos progresistas. Y aquí, el agroalimentario por ejemplo, es más moderado en cuanto a inversión. Nosotros no somos punteros en empresas tecnológicas, que nadie se engañe… Quizás me manejo más en el mundo de las pymes y de las micropymes: las grandes empresas se mueven de otra manera. No quiero entrar a juzgar a nadie, pero aquí somos muy acomodaticios: veo mucho emprendimiento demasiado moderado. -Hay que ser más arrojados. -Sí. Hay que ser más arriesgados. Hay que mirar qué ayudas hay, cuáles son los productos financieros que te vienen bien. He aprendido mucho en esta asociación, porque hablo mucho pero también escucho mucho. A ver: si tú quieres dar el salto tienes que ver cómo, no te puedes tirar al vacío. Además, crear puestos de trabajo es una cosa que da una satisfacción muy grande, que te hace sentir muy bien. -Despedir ya es otra cosa. -Bueno, ayer venía yo con una trabajadora mía que me decía: 'Es que tú lo haces muy bien, tú es que no las despides, es que se despiden ellas'. Y yo pensaba: bueno, es que la gente tiene que estar dónde tiene que estar, y donde no vales no tienes que estar; eso es duro. En el colectivo que nosotros gestionamos incentivamos el crecimiento. -Hay síntomas evidentes de que la economía de Córdoba va bien. ¿Lo comparte? -Vamos avanzando, hay cosas que van bien, el futuro es esperanzador. La Base Logística es una realidad. Y estamos teniendo políticas que les facilitan a las empresas que se establezcan aquí. Pero tenemos un talón de Aquiles, que es el comercio. -¿Usted cree? -Sí. La verdad es que echo en falta en Córdoba un gran centro comercial como veo en otros sitios, y no sé por qué es. Pero eso tiene que ver, creo, con la propia idiosincrasia de la ciudad. Veo al comercio muy itinerante, veo muchos sitios cerrados... El turismo va bien, sí, claro que sí, porque en mayo no sabemos dónde meternos, y estamos buscando desestacionalizarlo, pero hay que ver cómo lo vamos a hacer. La persona que se dedica al turismo es importantísima en esta ciudad, y además está ligado al patrimonio, no busquemos otro. El turismo viene y se tiene que quedar. Tenemos que definir qué turismo queremos.

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