El secreto ancestral del 'Hombre de las Uñas' de Almedinilla y el cortijo maldito
En el municipio cordobés de Almedinilla , entre los cortijos abandonados de Las Lastras y La Carrasca , perdura la leyenda del «Hombre de las Uñas», un ser que muchos aseguran haber visto y cuya presencia es tan perturbadora que ha generado años de relatos y testimonios. En este lugar, investigadores del ámbito paranormal han trabajado durante años, atraídos por una serie de fenómenos inexplicables que alimentan los misterios de estas tierras. Al atardecer, cuando el sol desaparece entre los olivos y la niebla comienza a cubrir el paisaje, la atmósfera cambia, como si una presencia invisible rondara los cortijos. Según los relatos locales, el «Hombre de las Uñas» aparece en las ruinas del cortijo de Las Lastras: un anciano de figura encorvada, con la parte superior de la cabeza calva, pero con una larga melena en la coronilla y, lo más extraño de todo, unas uñas espeluznantemente largas y retorcidas. Aquellos que lo han visto describen el terror que sienten al toparse con esta figura y la sensación de que algo oscuro yace bajo las ruinas de la vivienda, como si el ser estuviera protegiendo un secreto ancestral. Uno de los testimonios más impactantes y detallados pertenece a un agricultor local, vecino de la aldea de Las Sileras, quien cuenta su aterrador encuentro con el «Hombre de las Uñas» durante una tarde de verano. Cristóbal decía: «Estaba pastando a las bestias y ya era tarde. Decidí apurar el paso para regresar al camino principal, cuando de pronto escuché un ruido como un gruñido o bufido muy fuerte. No era un animal común, sonaba mucho más grave. Las bestias se sobresaltaron y, al girar la vista hacia el cortijo, allí estaba esa cosa sentada en las piedras. Un anciano de aspecto extraño, como salido de un mal sueño. Era pequeño y no muy alto, pero sus uñas, ¡sus uñas eran enormes y dobladas hacia adentro! No sé qué me impulsó a acercarme, quizás pensé que era alguien perdido, pero al acercarme, me miró y me hizo un gesto para que me fuera, un gesto rápido, como de desprecio. Intenté hablarle, pero él solo respondió con otro bufido que me puso los pelos de punta. C uando me di cuenta, empezó a perseguirme. Los mulos se encabritaron, y yo me eché a correr sin mirar atrás». Este escalofriante testimonio se suma a muchos otros que han sido recopilados en las últimas décadas por investigadores de lo paranormal, quienes han registrado muchos episodios similares. Aseguran que el «Hombre de las Uñas» no es una mera leyenda, sino una presencia real, algo que no pertenece a este mundo pero que sigue vagando por los cortijos abandonados de Almedinilla, especialmente en Las Lastras. Las descripciones coinciden en detalles perturbadores: la apariencia envejecida, la mirada penetrante y esas uñas largas que evocan la imagen de un ser protector, aunque no en el sentido amable de la palabra, sino en el de alguien que defiende un territorio prohibido. Algunos estudiosos sugieren que el cortijo en el que se aparece el «Hombre de las Uñas» podría estar relacionado con antiguos rituales que datan de tiempos inmemoriales, quizás incluso de la época de los íberos y romanos que habitaban la región. Se sabe que Almedinilla fue un importante asentamiento romano , y que la región estuvo impregnada de prácticas esotéricas y cultos antiguos . Hay quienes creen que el «Hombre de las Uñas» podría ser un guardián de secretos paganos, vinculado a algún tipo de sacrificio ritual en el lugar. Las investigaciones incluyen estudios de archivos antiguos y entrevistas con ancianos que recuerdan haber oído hablar de figuras semejantes, como de una fuerza maléfica que, en las noches, vagaba entre los olivos. El equipo de investigadores del misterio ha realizado varias incursiones en Las Lastras y La Carrasca con equipos de alta sensibilidad y sensores de actividad paranormal. Durante una de las visitas, relatan haber captado en sus grabadoras lo que parecía un gruñido similar al de un animal grande, aunque no había fauna en la zona que pudiera producir un sonido de ese tipo. De esta forma Javier Aradilla y José Luis García indicaban que «algunas veces se han registrado cambios bruscos en la temperatura, así como interferencias en los aparatos electrónicos, que se apagan sin explicación». Los vecinos suelen advertir a los investigadores sobre la peculiaridad de la zona y se refieren a ella como un «lugar de mal agüero». Los investigadores, sin embargo, persisten, intrigados por las sensaciones que experimentan en cada visita y por la certeza de que hay algo que las historias y los equipos no han terminado de desvelar. A pocos metros del cortijo de Las Lastras, existe otro cortijo que también ha sido el epicentro de fenómenos paranormales. Este sitio es conocido como el «cortijo maldito», pues en él perecieron tres miembros de una misma familia en circunstancias que la ciencia no ha podido explicar. La familia, según los vecinos, relataba haber escuchado voces entre los olivos, voces que parecían susurrar palabras incomprensibles pero en un tono de urgencia y desesperación. Estos murmullos, que aparecían al caer la noche, los incitaban a actos oscuros y desesperanzadores. Dicen que estas voces les susurraban que terminaran con su vida, y finalmente, los tres sucumbieron. Los investigadores paranormales han intentado registrar estas voces con micrófonos de alta sensibilidad y cámaras infrarrojas, en busca de alguna señal o respuesta del más allá. Hasta la fecha, lo único que han obtenido son grabaciones de un silencio denso, como si el lugar estuviera atrapado en una calma que esconde algo siniestro. Los vecinos evitan acercarse a estos cortijos al atardecer. Mientras tanto, los investigadores, armados con grabadoras, cámaras y el valor de quienes persiguen el misterio, continúan visitando estos cortijos malditos, esperando poder documentar alguna prueba definitiva de estos eventos paranormales. Cada incursión es una apuesta contra el miedo, en un intento por esclarecer la leyenda y traer a la luz un misterio que parece destinado a permanecer en las sombras de la Sierra de Almedinilla. *Si has vivido alguna experiencia extraña no dudes en escribirnos y contárnosla a correo@garciabautista.net