Inquisitivos decididos
Queremos al decir, equiparar las palabras a la realidad de las cosas y de cuanto ocurre, lograr esa correspondencia; una manera de registrar las vivencias y quizá de comprenderlas. Sin embargo, la realidad se resiste a dicha identificación con las palabras pronunciadas. El intento no acaba de consolidarse. Si echamos mano de los sentimientos, tampoco logramos ese acoplamiento.