Soluciones y plazos, no promesas ni firmas ante notario

Agotadores días se viven en las campañas electorales que durarán hasta el próximo 29 de mayo. Al hartazgo del bombardeo constante de spots hay que sumar una cosa que es elemental y la cual brilla por su ausencia en todas las “propuestas” de quienes aspiran a cargos de elección popular.

La ciudadanía está cansada de escuchar promesas vacías, de ver espectáculos histriónicos de poca monta y de estrategias de marketing político que no terminan de entender que los votantes lo que quieren es saber cómo, cuándo y con qué dinero los candidatos y candidatas conseguirán ese mundo color de rosa que nos pintan en sus discursos, un mundo sin corrupción, sin impunidad y en el que el grave problema de la inseguridad se resuelve con una varita mágica que, nos dicen, ellos tienen.

Pero la realidad es que pueden tener el diagnóstico muy claro, pero no saben cómo curar la enfermedad. Es más, ni siquiera se lo han planteado de manera seria y aterrizada, lo cual queda más que claro con las plataformas políticas que nos presentan, que no son más que catálogos de buenas intenciones, con frases asertivas, pero nada prácticos.

Para utilizar una analogía, estamos como el enfermo que ha visto a 100 especialistas, que tiene todos los diagnósticos y estudios, pero al que nadie le ha explicado y le ha dado un tratamiento para resolver sus dolencias.

Porque el común denominador, sin importar si se trata de una candidatura a un municipio o a la Presidencia de la República, es que todos y todas prometen, pero nadie ha planteado de forma clara plazos y fechas, como si se tratara de un proyecto de primordial importancia.

Por ello sería un ejercicio de honestidad intelectual y pragmatismo, de cara al electorado, que nos dijeran cómo y cuándo plantean resolver los cinco o diez problemas más apremiantes para la sociedad como lo son la inseguridad, la desigualdad, la corrupción, la impunidad, el desabasto de agua, la movilidad y la economía.

Es muy simple. No se trata de firmar compromisos con sangre o ante notarios públicos, sino establecer plazos y metas para la ejecución de proyectos, como se hace en cualquier empresa que tiene sus objetivos claros.

A lo mejor les ayudaría pensar que en los siguientes 6 años estarán a cargo de construir una autopista de 120 kilómetros, lo que significa que cada año deben dejar listos 20 kilómetros para llegar a la meta. Estos avances programáticos, sin tantos rodeos, pueden dar a la población y al electorado una idea clara de qué se ha hecho, cómo se ha hecho y cuánto se ha avanzado.

Las campañas requieren de un golpe de timón que consiga atrapar la atención de quienes votaremos el próximo 2 de junio.

Si bien los dirigentes de partidos se apoderaron de la política, que estrictamente es de interés ciudadano, lo menos que pueden hacer es presentarnos cuáles son las herramientas que utilizarán para lograr sus objetivos porque ya estamos sobrediagnosticados.

Si eso no ocurre, seguiremos presenciando un juego en el que los que menos contamos somos los votantes que recibimos de manera pasiva las promesas de siempre, carentes de imaginación y de soluciones.

SOTTO VOCE

Quien está cumpliendo sus promesas es la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado. Luego del paso del devastador huracán Otis hace cinco meses, Acapulco ya está listo para la Semana Santa, como se comprometió la gobernadora. Acapulco tiene ya disponibles 8 mil 300 habitaciones en 180 hoteles en funcionamiento...

Lamentable, que Morena —que dice luchar contra de la corrupción— proteja descaradamente a funcionarios como Cuauhtémoc Blanco. De acuerdo con autoridades federales y locales, el exfutbolista tiene abiertos en su contra expedientes bien sustentados por múltiples actos de corrupción de él y de sus más cercanos colaboradores.

Hasta el momento, ningún legislador local, federal o ninguna de las 20 mil 708 personas que buscan un cargo de representación popular el próximo 2 de junio, ha propuesto mecanismos para blindar del saqueo a las arcas del estado. Mientras no se controle, regule, reglamente o prohíba el uso discrecional de los recursos públicos, el problema de la corrupción no tendrá solución.