El estigma del bien
Una de las características más tristes del sanchismo es el modo en que abduce a personas decentes precipitándolas hacia un lado oscuro sin vuelta. Ocurrió con ministros capaces de malversar sus honorables carreras por prestarse a defender causas sin posible defensa, y con intelectuales de respeto o comunicadores destacados por el celo con que sostenían su independencia. El último en claudicar –hasta hoy, que se sepa– ha sido Juan Lobato, el líder de la organización socialista madrileña, empeñado en excusarse de algo que ha hecho bien con la esperanza de salvar su cabeza. Que no la salvará, porque Pedro ha pedido que se la sirvan en bandeja y ya están afilándose los cuchillos que han de decapitarlo para ofrecérsela, aunque... Ver Más