El Congreso en perenne rechazo y crece respaldo a las protestas
El Congreso persiste en protagonizar actuaciones que generan rechazo de una enorme mayoría de los ciudadanos en nuestro país, mientras que aumenta el respaldo a las protestas en las calles, aunque todavía con baja participación, según muestra la reciente encuesta de representación nacional del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), una investigación realizada con el diario La República.
El estudio consultó a la población del viernes 15 al miércoles 20 de noviembre últimos y tiene márgenes de error de 2,8 puntos por encima y debajo de cada resultado para representar nuestra realidad nacional.
Aproximadamente, el 90 % de los peruanos desaprueba el desempeño del actual Congreso; es decir, son nueve de cada diez connacionales disconformes con este poder del Estado. Este rechazo se mantiene en esos niveles al menos dos años.
PUEDES VER: Más corrupción, peor seguridad y Boluarte sin asomo de mejora
Apenas un 6 % de los ciudadanos aprueba la manera como está laborando el Parlamento.
Esta situación de ínfimo respaldo caracteriza al Legislativo que resultó de las elecciones del 2021, de manera que casi es invariable en los últimos años.
Este poder del Estado coincide con la presidenta Dina Boluarte en los elevados niveles de rechazo y menuda aprobación.
Además, cerca de la mitad del país siente que los congresistas de su región no representan en nada los intereses de sus lugares de origen, por los que al menos llegaron al puesto: el 52% de los encuestados por el IEP coincidieron en esta percepción.
Menos de un tercio de la población, 29% en el sondeo, estima que los parlamentarios representan en poco los asuntos relevantes de sus regiones.
Apenas, un 13% de los connacionales percibe que los legisladores de sus localidades ejercen en algo la representación de los intereses regionales y un minúsculo 1 % del país considera que sí lo cumplen en mucho.
La opinión de que los congresistas de su región no representan nada los intereses de esta jurisdicción resulta aún más extendida en Lima metropolitana. Esta población tiene la mayor cantidad de parlamentarios.
Voto preferencial
Un 31% de los encuestados en este estudio dijo que había usado el voto preferencial en las elecciones para el Congreso del año 2021. No obstante, habría una incongruencia por redefiniciones de la memoria: en abril de ese año, más del 40% había respondido al IEP que utilizó esta modalidad de sufragio.
De todos modos, entre los encuestados que recuerdan haber usado el voto preferencial, el 49% dice estar nada satisfecho con la labor del congresista que eligió. Asimismo, el 23% señaló tener poca satisfacción con el desempeño del legislador por el que votó y un 18% algo. Apenas el 7% expresó sentirse muy satisfecho con su legislador elegido.
PUEDES VER: Jorge Aragón: “Boluarte debe de tener sus días contados, pronto será menos necesaria para el Congreso”
Protestas
Las manifestaciones de reclamo en las calles crecen en percepciones favorables de los ciudadanos, aunque aún no se nutran tanto. Aproximadamente, el 80% piensa que las protestas son necesarias para que el pueblo se haga escuchar. En enero de este año, en esta posición estaban el 72% de la población.
Solo un 13% cree que estas manifestaciones perjudican la imagen y la situación del país.
Asimismo, casi la mitad del Perú, 46% en el sondeo del IEP, se identifica mucho con las recientes protestas de los transportistas y los comerciantes ante el Gobierno y el Congreso.
Cerca de una cuarta parte de la población, 24% en la encuesta, se identifica algo con estas manifestaciones de reclamo.
En tanto, para un 16% es poca su identificación con estas protestas y para un 11% es nada.
La implicación más activa se mantiene baja. Un 17% ha participado en una manifestación o protesta pública en los últimos 12 meses. En cambio, un 85% de la ciudadanía no ha tenido tales intervenciones en ese lapso.
Solo apoyo moral
Rodrigo Gil, politólogo, investigador del IEP
En los últimos años, se ha observado cómo el Congreso peruano se ha convertido en un poder que avanza en sus iniciativas sin considerar la opinión de la población. No es casual que las encuestas del IEP revelen que 9 de cada 10 peruanos desaprueban el desempeño del Parlamento durante casi 24 meses consecutivos. Además,
la última encuesta señala que más del 50% de los encuestados no se siente representado por los congresistas de su región, lo que evidencia una desconexión profunda entre el Congreso y la ciudadanía. Estas cifras no han impedido que las bancadas encuentren formas de organizarse, no para impulsar grandes reformas o fortalecer las instituciones, sino para proteger intereses particulares, incluso de carácter cuestionable o delictivo.
Cuando el Estado desoye a la población, las protestas suelen convertirse en el mecanismo principal para visibilizar las demandas sociales. Por eso, no es extraño que 8 de cada 10 peruanos consideren necesarias las movilizaciones como herramienta de expresión ciudadana. Sin embargo, cuando un Congreso tan desprestigiado sanciona leyes que afectan de manera recurrente el bienestar de la gente, se genera una suerte de paradoja: la población apoya las protestas, pero pocos se movilizan. Es, en esencia, solo un apoyo moral.
Aunque una mayoría respalda el papel de los manifestantes y sus demandas, apenas el 17% de las personas salió a las calles en el último año. La desconexión no es solo entre el Congreso y la población, sino también entre los propios ciudadanos. En este contexto, el Congreso tiene el camino despejado.