Una popular marca de muebles, la primera compra de Fiplasto en la "Era Mindlin"
La maderera industrial Fiplasto compró a la mendocina Cuyoplacas, fabricante de los populares muebles de melamina Platinum. Es la primera adquisición que hace la firma desde que un grupo de inversores liderado por Marcelo Mindlin, presidente de Pampa Energía, tomó hace un año y medio su control.
La operación se produce, también, semanas después de que en Ramallo, donde Fiplasto tiene su planta principal y emplea a 250 personas, trascendiera preocupación por el futuro de la fábrica, que había parado su actividad durante junio por la caída de demanda.
En una nota enviada a la Comisión Nacional de Valores (CNV), Fiplasto informó la compra del 81,83% del capital social y los votos, "y en consecuencia, del control", de Cuyoplacas (CPSA). La definió como una "compañía mendocina dedicada a la fabricación de muebles comercializados bajo la marca 'Platinum' y de tableros de aglomerado melamínicos".
"CPSA es una compañía complementaria y alineada con las actividades de Fiplasto, y esta adquisición permitirá impulsar el crecimiento en el segmento de muebles listos para armar y de tableros de madera, potenciando las operaciones actuales de la sociedad mediante las sinergias que la operación conjunta podrá generar", explicó.
"La adquisición del paquete de control de CPSA supone una oportunidad para la expansión de Fiplasto, encontrándose alineada con los planes de posicionar a la sociedad como una empresa líder en la industria y que, con esta adquisición, dará empleo a casi 500 personas de manera directa", agregó. No informó el monto que pagó por la transacción.
Fundada en 1945, Fiplasto es el único productor argentino de tableros de madera de alta densidad. Con dos plantas industriales en Ramallo, provincia de Buenos Aires, también tiene más de 2500 hectáreas de activos forestales. El 13 de julio de 2023, un grupo de inversores que lideró Mindlin anunció la compra del 57% de las acciones. En ese momento, se aclaró que fue una adquisición de índole personal, ajena a Pampa Energía, pese a que la mayoría de los participantes del grupo inversor son ejecutivos actuales del grupo o colaboradores históricos de Mindlin.
De hecho, el actual presidente de Fiplasto es Ricardo Torres, ex IRSA, integrante del grupo fundacional de Pampa y titular de Edenor durante la década y media que el grupo de Mindlin tuvo a la distribuidora eléctrica.
Mindlin es el mayor accionista individual de Fiplasto, con más del 12%. Le sigue Torres, con el 11,5%, misma tenencia de Ciro Echesortu, ex Louis Dreyfus que encabeza negocios agropecuarios y se asoció con ellos en este proyecto. El grupo se completa con los "Pampa" Damián Mindlin (hermano de Marcelo), Gustavo Mariani (CEO de la energética), Gerardo Tabakman, Javier Douer, Horacio Turri, Carolina Sigwald y Leandro Montero (hombre de Creaurban, desarrolladora que integra el grupo).
Según información enviada en su momento a la CNV, los nuevos accionistas les pagaron a los vendedores -el grupo FV, Ferrum (empresa del mismo holding), Guillermo Viegener (de la familia controlante de FV) y otras tres personas: Amelia Leloir, Delia Williams de Leloir y María Eugenia Curutchet- más de u$s 12 millones. La oferta fue de $ 44,86 por acción -cotización del BNA de ese momento-, un precio que el papel de Fiplasto no tenía desde hace dos meses. Este martes, la acción cerró a $ 322 en la Bolsa porteña.
Los activos forestales de la empresa fueron otro de los drivers de la operación.
En el año fiscal cerrado el 30 de junio de 2023, Fiplasto ganó $ 3130 millones, "una mejora significativa respecto al resultado del ejercicio anterior, que arrojó una ganancia de $ 698 millones", destacó. Esto, aclaró, fue "producto de la venta de dos fracciones de campo, por un total de 364 hectáreas, situadas en el distrito Timbúes, departamento de San Lorenzo, por un total de $ 5653 millones".
En tanto, su facturación ($ 8473,73 millones) subió 2% en pesos, "generado, principalmente, por el incremento del 3% en los volúmenes comercializados de la división hardboard, compensados parcialmente por una disminución del 16% en las piezas vendidas de la división de muebles, debido a un cambio en la composición del mix de productos".
En ese ejercicio, produjo 13,4 millones de metros cuadrados (m2) de tableros, un crecimiento del 7% contra el balance anterior. En ingresos significó $ 7726 millones en el mercado interno, un incremento del 8%, más $ 45 millones de exportaciones (caída desde $ 331 millones de 2022). La producción de muebles alcanzó las 447.000 piezas entre Ramallo y Vedia, una caída del 25%, "como consecuencia de los cambios incorporados en el mix de productos puestos a la venta". Los ingresos por muebles, $ 702 millones, retrocedieron 7 por ciento.
Un año de dos semestres
En el ejercicio siguiente, cerrado el 30 de junio reciente, la empresa experimentó un año de "dos semestres con diferente dinámica", como definió en su memoria. "El primer semestre con un consumo en niveles altos y marcado por un contexto inflacionario. El segundo semestre, ya con las medidas adoptadas por el nuevo gobierno, presentó desafíos para mantener los niveles de demanda, pero a lo que la sociedad reaccionó abriendo nuevos canales de venta y mercados de exportación y creando nuevos productos para ampliar sus líneas", explicó.
Las ventas netas sumaron $ 31.069 millones, una caída del 1% contra el balance anterior (en moneda homogénea). El resultado neto fue una ganancia de $ 4436 millones, desde los casi $ 11.500 millones del año previo (también, en moneda equivalente).
El volumen de venta de tableros en el mercado doméstico fue de 9,4 millones de m2. El 96% correspondió a hardboard. Totalizaron $ 28.286 millones, un 1% en términos reales por debajo del año anterior.
En cambio, se exportaron 408.000 m2, por $ 815 millones, un salto de $ 616 millones.
El negocio de muebles cayó 14%, a 369.000 piezas comercializadas. En ingresos, la reducción fue del 25%, a $ 1968 millones.
La producción de harboard se ajustó 7,5%, a 12,4 millones de m2. La causa principal, explicó, fue la parada de planta ocurrida en junio, "debido a la caída de demanda generada, fundamentalmente, por la reducción del consumo durante el primer semestre de 2024", que afectó a sus principales clientes "y no se pudo compensar por el mercado de exportación".
Durante ese mes, se otorgaron vacaciones al personal. La parada duró 21 días, afectó a 150 personas (interna y externas) y tuvo un costo aproximado de $ 1600 millones, consignó Fiplasto en su memoria.
La nueva conducción definió un plan estratégico en el que la exportación sería un pilar y, también, la consolidación como proveedor de insumos para la construcción y un incremento en su presencia como jugador del negocio de muebles en el mercado local.
En tal sentido, tuvo avances, como el abastecimiento de equipamientos completos para desarrollos inmobiliarios, apertura de canal de ventas en Mercado Libre, consolidación de la relación comercial con Ferrum y el desarrollo de productos para Roca Argentina, cliente con el que empezó a trabajar en julio.