Imprudencias y manejo temerario de motociclistas: una amenaza sin control
Santo Domingo.-Ana María González se compró su carro nuevo hace cinco meses para ir al trabajo y lo hizo para pagarlo con su salario aprovechando las ofertas de tasas fijas que cada cierto tiempo ofrecen los bancos comerciales.
Sin embargo, la semana pasada, cuando transitaba por una calle de Arroyo Hondo, un motorista que cruzaba la calle a toda velocidad y haciendo zigzag se le estrelló destruyéndole toda la parte frontal, y aunque afortunadamente no hubo muertes, el susto y ver su carro nuevo destrozado hicieron que estallara en llanto.
Pero esa es una sola de cientos de historias similares y más trágicas que ocurren a diario en las calles y avenidas del país debido a la imprudencia y temeridad de estos conductores que se han convertido en un verdadero peligro público.
República Dominicana enfrenta una crisis vial que parece no tener freno y que se agrava por la proliferación de motociclistas que manejan de forma temeraria y sin respeto por las normas de tránsito.
Este fenómeno no solo pone en peligro la vida de los conductores y peatones, sino que también genera costos millonarios en salud, seguros y daños materiales, además de un preocupante impacto social.
En un país donde las motocicletas representan casi el 60 % del parque vehicular, con más de 5 millones de motores registrados según datos de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), la falta de regulación efectiva y la indiferencia de las autoridades han permitido que las imprudencias de los motoristas se conviertan en un problema estructural.
República Dominicana lidera las estadísticas de mortalidad por accidentes de tránsito en América Latina y el Caribe, con una tasa de 64.6 muertes por cada 100,000 habitantes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un porcentaje significativo de estas muertes está relacionado con motocicletas.
Otro factor
Pero hay una tasa más difícil de medir y que tiene un impacto mayormente económico, y es la cantidad de accidentes no letales en los que también están envueltos vehículos de dos ruedas.
El reconocido médico traumatólogo Marcelo Puello, revela que los accidentes en los que están involucrados motociclistas son la primera causa de atención de pacientes en los hospitales traumatológicos del país y también representan una fuerte carga económica para el Sistema Nacional de Salud.
“La imprudencia, falta de educación vial, no aplicar el régimen de consecuencias que manda la misma ley, el descontrol por parte del Estado dominicano, se suma a una imprudencia que se ha ido de la mano para generar un cuadro preocupante”, manifestó Puello al ser consultado por EL DÍA.
El mismo doctor Puello observa lo que está a la vista de todos.
“Si usted se para en una vía, cualquiera que sea, se dará cuenta como los motoristas irrespetan el semáforo, incluso delante de los agentes de la DIGESETT y todo como si no pasara nada. Cruzan el rojo en una especie de manada y nadie le pone coto a eso”, puntualizó.
Nuevo actor en la crisis
La explosión del comercio electrónico y la pandemia de Covid-19 impulsaron la proliferación de servicios de delivery, mayoritariamente operados por motociclistas. Según estimaciones, actualmente más de 100,000 motoristas trabajan como repartidores en el país.
Aunque han facilitado la vida de los consumidores, su presencia en las calles ha incrementado los niveles de imprudencia.
Estos motociclistas transitan contra el tiempo para cumplir con los plazos de entregas impuestos por las empresas y para poder abarcar más servicios y así generar mayores ingresos.
Son expertos en zigzaguear, atravesarse a los otros conductores, irse en rojo en los semáforos, no respetar las preferencias en las intercesiones no semaforizadas y andan a una alta velocidad, tomando riesgos para ellos y para los demás.
Pero también han adicionado otra distracción y práctica peligrosa: el uso de celulares mientras conducen el motor para manejar las órdenes de pedidos o ver las rutas que le marcan las aplicaciones para llevar la mercancía o los pasajeros en los casos de los proliferantes “motor Uber”.
“Usted no se imagina la cantidad de personas de las que viene aquí a reportar que un motorista se le estrelló y muchos de ellos entonces son extorsionados luego de los accidentes porque como la carrocería de los motoristas es su propio cuerpo, cuando sufren alguna lesión quieren que el otro conductor les dé dinero y no quieren que se reporte”, explica un ejecutivo de una compañía de seguro que da servicio en un centro de asistencia a los conductores.
El costo humano de la prisa y las motos
Economía. El incumplimiento de las normas por parte de los motociclistas tiene un costo humano devastador. Según datos del Observatorio Permanente de Seguridad Vial, en 2023 más del 70 % de las muertes en accidentes de tránsito involucraron motocicletas.
Las autoridades parecen haber tirado la toalla y son pocos los esfuerzos institucionales por resolver esa situación, que va en aumento, mientras que los agentes de la Dirección General de Seguridad del Tránsito y Transporte (DIGESETT) parecen haber decidido ignorar las violaciones provenientes de los motoristas, sumando la falta de consecuencias al amplio rosario de causantes de ese problema, que alcanza niveles socialmente preocupantes.
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