Pompa fúnebre y circunstancia sanchista
Veníamos ya calenticos del fin de semana, por lo de Notre Dame y luego por lo de la Inmaculada. Topamos con la Iglesia por instinto y afición. Antes de pasar a lo que una emisora del régimen había calificado de «acto privado organizado por el arzobispo de Valencia», rebobinamos el debate sobre la ausencia de la Corona en la 'réentrée' de la catedral de París , convite servido por Macron y consentido por el Episcopado francés, anfitrión y a la par invitado de piedra –iban divinos los obispos– de una gala 'laïque' y 'républicain', del tamaño de una inauguración olímpica con balcones al Sena. ¿Qué pintaba allí el Rey? París siempre ha valido una misa, pero allí no hubo otra... Ver Más