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Belenes napolitanos en Córdoba: símbolos y exuberancia de una estética en auge

Abc.es 
Ruinas romanas , figuras de tamaño algo superior y muy expresivas, incluso a veces hasta lo grotesco, muchos ángeles y algún demonio y ropa exuberante. Hace años que mucha gente es capaz de distinguir el belén napolitano y los busca entre los que se abren en iglesias y casas de Córdoba por su exuberancia barroca, pero son sus autores, los que los instalan y trabajan con sus figuras, los que dan las clave para entenderlos. ¿Por qué hay a veces una figura del demonio ? La respuesta la tiene Antonio Muñoz , que instala en la ermita de la Alegría la hermandad de la Sentencia. En realidad es el sueño de Benino, un pastor que sueña con que los ángeles le presentan el nacimiento del Señor y la llegada de los Reyes Magos para adorarlo, con toda su corte. «Y luego el demonio lo tienta con los pecados del mundo, y por eso se representa la ciudad de Nápoles con todas sus cosas buenas y malas». ¿Y la arquitectura monumental y romana? Responde el abogado Fernando González de Aguilar , que tiene otro en su despacho: «En el siglo XVIII se acaban de descubrir las ruinas de Pompeya, que están al lado de Nápoles». Y completa Javier Salcedo, que realiza el del hospital Cruz Roja : «Simbolizan el triunfo del cristianismo sobre el paganismo . Por eso el Nacimiento del Niño Jesús está sobre unas ruinas romanas». Hay más por toda la ciudad, pero son tres ejemplos que muestran la riqueza y simbología del belén napolitano y que en estos días se pueden ver en Córdoba. Es novedoso el del despacho González de Aguilar, en el número 1 de la plaza de Capuchinos. Como explica Fernando González de Aguilar, se ha construido a partir de una colección de 40 figuras realizadas del siglo XIX, que adquirieron a un coleccionista jerezano. El belenista Luis García-Atance se ha encargado de hacer el escenario, que evoca varios rincones conocidos. La escena de la Natividad, a la derecha, tiene como marco la portada del convento de Santa Clara de Montilla, y el resto es muy de la ciudad de Córdoba: la Casa del Judío, la Fuenseca, la calleja de la Hoguera y un azulejo de la Virgen de los Dolores. En esos rincones conocidos se despliega su escenografía: los Reyes Magos con sus cortejos y con ricas vestiduras, uno de los camellos en que han viajado y muchas escenas populares: dos ricos que conversan y una mujer pobre que les pide algo, unos carniceros que ofrecen chacinas y hasta «una mujer de vida alegre, que hemos puesto tapada, pero que también es tradición muchas veces». Los que quieran pueden conocerlo de 8.30 a 14.00 y de 16.30 y 19.30 y podrán dejar algún donativo para la Cruz Blanca y para un hospital en el Congo. Clásico en la ciudad es desde hace años el de la ermita de la Alegría , que este año tiene unas 205 figuras, entre ellas 43 ángeles, incluido el ángel caído, del que ya se sabe la historia. Antonio Muñoz relata las novedades de este año, que están en los artesanos que se disponen por los rincones: el carpintero, el remiendazapatos, el afilador y el puesto de la plaza. Representan el bullicio de la ciudad de Nápoles, donde hay gente que canta, que baile y que hace su vida. Antonio Muñoz compra las figuras en Nápoles, las viste y después concibe la escenografía y la singular dramaturgia, en que están los tres reyes magos y sus cortejos, cada uno con sus ofrendas visibles: Melchor, el cofre del oro ; Gaspar, el incensario , y Baltasar, los tarros de mirra. Y un cuarto, que ya estuvo otros años. La leyenda de Artabán , que así se llamaba, dice que se quedó atrás porque por el camino iba socorriendo a las personas que lo necesitaban y dando comida y bebida a quien no tenía. «Llegó tan tarde que fue a Jerusalén y encontró a Jesús ya crucificado, y allí tuvo un sueño en que Jesús le dijo que lo que hizo por los demás, aunque no lo conociera, en realidad lo había hecho por Él», cuenta. Como casi todos estos belenes, tiene guiños a Córdoba, porque aparecen la Puerta del Puente, el muro sur de la Mezquita-Catedral, la torre de la iglesia de San Andrés y un San Rafael . Se puede conocer de las 18.30 a 20.30 y los fines de semana de 10.00 a 12.00 y de 18.00 a 21.00. Javier Salcedo es un enfermero que trabaja en el hospital Cruz Roja desde hace más de un cuarto de siglo y que instala el del centro, con más de 80 figuras humanas, además de los animales y el atrezzo. Se trae la cabeza y las extremidades de Nápoles y luego él se encarga de hacer, con estopa, el cuerpo y las ropas con sedas y bordados. «Siempre hago un guiño a la actualidad y este año es a las víctimas de la DANA en Valencia . Están los soportales del compás de San Francisco y he formado un trampantojo para representar la plaza de la Santa Cruz de Valencia. Hay también una mesa petitoria de las Hijas de la Caridad , que trabajaban en este hospital», dice. Los belenes napolitanos tienen muchos símbolos, y hay un artesano por cada mes del año y figuras alegóricas , que representan la gula, la abundancia o los solsticios de invierno y verano. «Hay símbolos cristianos y también paganos», resume. Mucho más: ha conseguido copias de columnillas y capiteles de cerámica de la plaza de España de Sevilla, y también están en el nacimiento. Todo para narrar la Natividad, la Adoración de los Reyes Magos y escenas del siglo XVIII, como el cortejo de Turquía , que evoca la visita que embajadores otomanos hicieron al rey de Nápoles, quien en España subió después al trono como Carlos III . Se puede ver todo el día, aunque con iluminación entre las 9.00 y las 14.00 y de 17.00 a 21.00. Quien quiera seguir profundizando en el lenguaje del belén napolitano puede hacerlo también en la iglesia de San Andrés o en la ermita del Socorro, siempre con atención a sus símbolos.

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