‘Ernesto’ o ‘Filomena’, nombres propios para “aumentar la concienciación” ante situaciones meteorológicas peligrosas

Ernesto es el nombre del huracán que está causando peligrosas corrientes marinas en la costa este de Estados Unidos y Canadá. Filomena fue la borrasca que tapó con un gran manto blanco toda España en enero de 2021. Este 2024 nos han visitado Hipólito, Irene, Juan, Mónica, Renata o Nelson, entre otros. ¿Pero por qué los expertos ponen nombres propios a las situaciones meteorológicas adversas?

A qué se pone nombre. En Europa solo se nombran borrascas de gran impacto, aunque de forma no oficial algunos servicios han nombrado otros fenómenos. “A veces se les pone nombres a las olas de calor de manera no oficial, aunque por el momento no está clara la utilidad de nombrar este tipo de fenómeno”, explica a Newtral.es el representante de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en el grupo de trabajo Storm Naming, Jesús Barroso.

  • “No obstante, se está evaluando la posibilidad de poder nombrar otro tipo de sistemas meteorológicos potencialmente peligrosos, como pueden ser las DANA”, sostiene el experto.

Por qué se pone nombre. Según Barroso, los servicios meteorológicos consideran que resulta “más sencillo recordar un nombre de persona asociado a un fenómeno meteorológico complejo que otros sistemas (como pueden ser siglas, códigos, etc.)”. El objetivo es llamar la atención y aumentar la concienciación de los ciudadanos para que sigan las previsiones y los avisos, estén atentos a las recomendaciones de las autoridades de Protección Civil y tomen medidas de autoprotección.

  • Los nombres para las situaciones meteorológicas peligrosas son escogidos de entre los diferentes idiomas de los países del espacio Schengen y “se intenta que sean fáciles de pronunciar para todos esos idiomas, ya que el objetivo es que una borrasca conserve el mismo nombre a lo largo de su trayectoria por los diferentes países”, concluye el portavoz de la Aemet.

Quién pone los nombres. La práctica de nombrar fenómenos meteorológicos con alto impacto ha sido recurrente a lo largo de la historia, aunque comenzó a realizarse de forma más sistemática con los huracanes en el Atlántico, especialmente a partir de 1953, explica la Organización Meteorológica Mundial.

  • Las listas de nombres de los huracanes son elaboradas por el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos cada temporada. Se componen de 21 nombres en orden alfabético en el que se alternan nombres femeninos y masculinos. 

En Gran Bretaña e Irlanda se llevó a cabo un proyecto piloto en 2015 para nombrar a las borrascas, un análisis que demostró que hasta un 55% de las personas declararon haber modificado su comportamiento tras escuchar un nombre propio en la definición de estos fenómenos. Ahora, el encargado de hacerlo es el Grupo Suroeste, explica el portavoz español del Storm Naming. Está formado por los servicios meteorológicos nacionales de Portugal, Francia, Bélgica, Luxemburgo y España.  

  • Siguiendo el modelo de los huracanes, se confecciona una lista de 21 nombres en orden alfabético en la que se alternan los nombres masculinos y femeninos (variando cada año el orden masculino/femenino). De ello se encarga un grupo de trabajo –Storm Naming– bajo el amparo de EUMETNET (la Asociación de Servicios Meteorológicos Europeos).

Fuentes

Entrevista con Jesús Barroso, representante de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en el grupo de trabajo Storm Naming

The European Forecaster

Organización Meteorológica Mundial

Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos

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