5 rasgos de la personalidad que los psicólogos relacionan con el bienestar físico y emocional

Cada una de nosotras somos únicas. Daría igual que nos ocurran exactamente las mismas cosas, seguiríamos siendo únicas por el cómo afrontaríamos estas situaciones que nos pasan. Y es que la personalidad de cada una, por mucho que nos esforzásemos en copiar la de alguien más, es algo único e inigualable, no hay dos iguales. Estas diferencias son de hecho, en esencia, la definición de personalidad según la RAE, que explica que la personalidad es la «diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra«.

Hay gente más extrovertida, gente más tímida, gente más creativa, gente más racional… Nuestra personalidad es quien nos hace ser quien somos y, sin embargo, es imposible entender nuestra personalidad sin pensar en el resto porque somos seres sociales que crecemos y nos construimos gracias a las vivencias y todo lo que aprendemos de quienes nos rodean. Muchos científicos se han preguntado si nuestra personalidad afecta en nuestro bienestar, tanto físico como mental, y la respuesta es que sí.

¿La personalidad afecta a nuestro bienestar?

Como señala Christian Jarrett en su libro ‘Conviértete en quién quieras’ (Editorial Pinolia, 25,60 euros), «en muchos casos los rasgos de personalidad ejercen una influencia similar o incluso mayor en la vida de las personas que el tipo de factores que se podrían considerar importantes, como la riqueza o pobrea relativa de la familia en la que se ha nacido, la inteligencia o, en lo que respecta a los resultados de salud y longevidad, la presión arterial«. Es decir, la personalidad tiene un impacto muy grande en nuestro bienestar, este no solo depende de factores externos a nosotras.

Sí, la personalidad afecta a nuestro bienestar (Foto: Launchmetrics Spotlight).

Cinco rasgos de la personalidad que afectan directamente a nuestro bienestar

Así pues, Christian Jarrett señala que hay cinco rasgos de la personalidad que son determinantes a la hora de tener un mayor o menor bienestar, tanto físico como emocional: neuroticismo, la extraversión, la apertura, la simpatía y la conciencia. Vamos a estudiar cada uno de ellos a fondo y ver cómo deben ser para tener un mayor bienestar.

Neuroticismo o inestabilidad emocional

Cuando hablamos de neuroticismo nos referimos a la inestabilidad emocional por lo que para tener una personalidad psicológicamente sana prototípica, explica Christian Jarrett, la personalidad debe ser «baja en neuroticismo, especialmente preocupación, ira, depresión, impulsividad y vulnerabilidad«. Así, las personas con un neuroticismo más bajo suelen tener poco abandono, es decir, «no se desaniman ni se agoban fácilmente).

En cuanto a cómo se traduce este rasgo de lo personalidad a la salud física, afirma que «el neuroticismo elevado se relaciona con tener más bacterias intestinables poco saludables y mayor presión arterial«.

La inestabilidad emocional puede afectar a nuestro bienestar físico y mental (Foto: Launchmetrics Spotlight).

Extraversión o extroversión

La RAE define extraversión como la «condición de la persona que se distingue por su inclinación hacia el mundo exterior, por la facilidad para las relaciones sociales y por su carácter abierto», es decir, la capacidad de ser abiertas al resto del mundo. Así, Christian Jarrett señala que las personas con una personalidad psicológicamente sana prototípica son altas en extraversión, «especialmente calidad y felicidad, así como otras emociones positivas«.

Por eso, afirma, los aspectos de la personalidad más relacionados por psicólogos con diversas medidas de bienestar son el «alto entusiasmo relacionado con la amabilidad y la calidez, también con la extraversión«. En lo referido a las «consecuencias» físicas de este rasgo de la personalidad, explica, «una mayor extraversión está ligada a una mayor diversidad de bacterias intestinales (un indicador de mejor salud), pero también con un mayor riesgo de problemas de adicción«.

Apertura

Las personas con un alto grado de apertura a la experiencia, especialmente a la de los propios sentimientos, tiene una personalidad psicológicamente sana prototípica, afirma Christian Jarrett. Uno de los aspectos de la personalidad más relacionados por los psicólogos con diversas medidas de bienestar, de hecho, es una «elevada curiosidad intelectual (que incluye pensar en profundidad y estar abierta a nuevas ideas), relacionada con el rasgo principal de apertura«. En el plano físico, «una mayor apertura se relaciona con menos marcadores de inflamación crónica en el organismo«, completa el experto.

Tener curiosidad es bueno para nuestra salud (Foto: Launchmetrics Spotlight).

Simpatía

La simpatía siempre ha sido un rasgo muy valorado positivamente y razones no nos falta. Así, un «alto grado de simpatía, especialmente en relación con la honestidad y la franqueza» es un síntoma de tener una personalidad psicológicamente sana prototípica explica Christian Jerrett. «Una alta compasión, sentir empatía y preocupación por los remás, lo que está relacionado con la amabilidad«, es así un aspecto de la personalidad estrechamente relacionado con el bienestar. Estando «un menor grado de simpatía asociado a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular«, completa.

Conciencia

Por último, tener un «alto nivel de concienciación, especialmente la sensación de ser capaz y tener el control» es un rasgo muy bueno para nuestro bienestar, siendo así el tener una «alta diligencia, valentía, determinación y ambición» un indicador de un buen bienestar. Si nos referimos a lo físico, «un alto nivel de conciencia está relacionado con niveles más bajos de cortisol (un biomarcador del estrés), menos inflamación crónica en el organismo y bacterias más sanas en el intestino«.

Estar abiertas al resto y tener conciencia es importante (Foto: Launchmetrics Spotlight).

Un libro recomendado para aprender más de la personalidad y cómo nos afecta

‘Conviértete en quien quieras. La ciencia del cambio personal’, de Christian Jarret (Editorial Pinolia).

25,60 euros.

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