Del temple derramado por Perera a la pasión desbocada con Cantaclaro, indultado por Fernando Adrián

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Quisiéramos andar los caminos con el temple de Perera, sin perder esa pasión desbocada de los Campos Góticos cuando clamaban por el indulto de Cantaclaro. Derramó su bravura el de Luis Algarra, como antes la mano de seda extremeña había derramado sus delicias. Ay, si le toca ese sexto toro, que cayó en el lote de Fernando Adrián, al que le embestiría hasta la vaca de Milka. Toda su rotundidad ofreció. Y quien todo da no está obligado a más. Tuvo la suerte Cartelero, el segundo, de toparse con Miguel Ángel. Ni un solo tirón admitía: y ni uno hubo. Qué derroche de nobleza la de este algarra, que anunció su clasecita desde que apareció por chiqueros, con esas hechuras... Ver Más

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