Cuando se dice que el
Giro de Italia es más que una carrera también lo es por detalles como el que va a escenificar en la
primera etapa de la 107ª edición de la Corsa Rosa. La primera gran vuelta ciclista de la temporada arranca con una etapa de media montaña, con tres subidas y que para nada se asemeja a uno de aquellos inicios que se denominan de transición. La última ascensión del día es el
Colle della Maddalena (2ª), de 6,1 km de longitud y una pendiente media del 7,4%, pero con anterioridad se sube
Superga (3ª), de 4,9 kilómetros de longitud y una pendiente media del 9,1% que regresa al trazado dos años después y que lo hace por un motivo muy especial.
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