Catalunya levanta el estado de emergencia y relaja las restricciones por sequía tras las lluvias de los últimos días
Catalunya deja atrás la fase de emergencia por sequía. Así lo ha comunicado el conseller de Acción Climática, David Mascort. Las lluvias de los últimos días han llenado lo suficiente las reservas hídricas del sistema Ter-Llobregat como para levantar el escenario de emergencia y regresar al estado de excepcionalidad.
Tras las precipitaciones que se han dado en Catalunya desde Semana Santa, el nivel de los embalses ha llegado al 24,8%, siendo que, a principios de marzo, estaban al 15%.
De esta manera, la Comisió Interdepantamental de Sequera (CIS) ha decidido levantar el estado de emergencia, que fue declarado el pasado 1 de febrero, y relajar las restricciones y se ha aumentado la dotación de agua por habitante y día a los 230 litros (en emergencia era de 200). También se ha rebajado del 80% al 40% la reducción del riego agrícola, del 50% al 30% en uso ganadero y del 25% al 15% el uso de agua en ámbitos industriales.
Este cambio “asegura la continuidad del sector agrícola, protege el medio ambiente y evita que la sequía tenga un impacto directo en los lugares de trabajo que dependen de la industria y de otras actividades económicas”, ha apuntado Mascort. El conseller se ha congratulado que, a pesar de que desde los últimos tres años Catalunya vive la peor sequía de su historia, se ha conseguido que no haya afectaciones “en la vida cotidiana ni económica, a excepción de los campesinos, que son los que la han sufrido más”.
El conseller ha apuntado que Catalunya están en la misma situación que el año pasado, pero “mucho más preparados como país”. Según Mascort, en 2023 el 65% del agua que se consumía provenía de los embalses, porcentaje que este año ha bajado hasta el 50%. La diferencia proviene de otras fuentes como desalinización o la regeneración de agua.
“El aumento de las reservas nos permite levantar restricciones, pero la sequía no ha acabado”, ha advertido el conseller. Así, sigue prohibido el uso de agua para regar jardines y zonas verdes, sean públicas o privadas y sólo se permite el riego de superviviencia y el uso de aguas freáticas. Tampoco se podrá regar ningún césped que no sea destinado a prácticas de deporte federado. Y sigue prohibido llenar piscinas de uso privado.
Sobre las piscinas, se vuelve a permitir el llenado y rellenado de las piscinas públicas, por lo que ya no es necesario que los Ayuntamientos las declaren refugio climático. Las que todavía siguen sin poderse llenar son las piscinas de uso privado. La única excepción sería para las de hoteles, centros deportivos o comunidades, que pueden optar por declararlas refugio climático y abrirlas al conjunto de la ciudadanía.
Pasar del estado de emergencia a excepcionalidad beneficia a 6 millones de personas. “Es una fase que nos permite ganar tiempo y tener más margen de maniobra para seguir ahorrando agua sin aplicar medidas más restrictivas”, ha apuntado Mascort.
En esta línea, el conseller ha asegurado que el Govern sigue adelante con las inversiones para instalar la desaladora flotante en el puerto de Barcelona, así como una docena de desaladoras portátiles en otras regiones catalanas. “Hemos empezado inversiones y no las pararemos, independientemente del estadio en el que estemos”, ha asegurado Mascort, con el objetivo de “no volver a repetir esta sequía”.
Los niveles de los embalses llevan semanas por encima del nivel de emergencia. Pero no ha sido hasta hoy que el Govern ha decidido volver al nivel de excepcionalidad y rebajar las restricciones. El conseller ha asegurado que se ha tardado tanto en tomar la decisión porque se han basado en “cuestiones técnicas” y se ha querido esperar para asegurar un buen nivel de reservas para “no tener que estar cambiando de estado cada pocas semanas y despistar a la ciudadanía”, ha apuntado Mascort.
Aun así, no ha pasado desapercibido que la decisión se ha tomado a escasos cinco días de las elecciones catalanas de este domingo. Preguntado por esto en rueda de prensa, el conseller ha asegurado que el cambio de estado no se debe “en ningún caso” a motivos electoralistas y se ha vuelto a remitir a los motivos técnicos.