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¿Cómo afinar el ‘network’ idóneo para la vida productiva?

¿Cómo afinar el ‘network’ idóneo para la vida productiva?

Es mejor entender que la intencionalidad define ambientes y la profundidad de nuestras redes.

Una lista amplia de contactos que puedan responderte un mensaje o llamada ocasional es un recurso nada despreciable, pero eso no es un network.

Las redes de negocios son un sistema complejo de nutrición selectiva, alimentación continua y contacto frecuente. Con contextos y catalizadores que las favorecen, todo network gira alrededor de intereses compartidos y crea dinámicas con códigos de conducta y reglas de interacción, explícitas en algunos casos e implícitas en otros.

En su definición más práctica, una red de negocios es un sistema de reciprocidad y soporte.

Cualquiera que sea el espacio, interés o tema que los reúna, normalmente comparten información procesada o especializada, potencian nuevas conversaciones y posibilitan encuentros con las relaciones extendidas de sus integrantes.

¿Cómo identificar y nutrir las redes idóneas para las distintas etapas de la vida profesional? Aquí tres consideraciones para la reflexión:

1) Haz network en el mundo correcto.- Y es que se puede hacer muy buen relacionamiento intencionado en el grupo equivocado. Cada industria, cargo o estatura directiva tiene lugares de encuentro e interacción distintos. Los ecosistemas idóneos para ti cambian.

Soy partidario de asistir a mucho nuevo todo el tiempo, pero más adepto a ser selectivo con lo que continúas frecuentando. No es casual que los profesionales de eventos empresariales afirmen: “La gente asiste por el contenido, pero se vuelve regular por la comunidad”.

2) Sé un experto en micro-conversaciones agradables.- Las relaciones se detonan en gerundio: conversando. Y ello supone aprender a presentarte cordialmente, saber preguntar asertivamente y calibrar lo que vas a decir con selectividad inteligente. Todo en ‘modo agradar’.

Buscar elevar la energía del lugar tiende a ser más valioso que aspirar a ser el centro de atención. Y, sobre todo, saber circular en un grupo es más productivo que esperar a que te presenten o desear que ‘te topes’ con el contacto idóneo.

3) Sé interesante, no interesado.- ¿Qué le puedes aportar al otro? ¿Qué perspectiva le puedes compartir? ¿Algún tip que le sirva para sus propósitos? En tu estilo, pero con generosidad y utilizando el principio de la reciprocidad (adelantada).

Asumiendo que tus intereses estarán siempre claros, el reto es navegar cada comunidad construyendo nombre, contribuyendo, sobre todo, indicándole elegantemente a quien le corresponda tu expectativa de contactos o interlocutores.

Al salir de cualquier evento o ejercicio de networking, conviene hacer un balance de lo que te dejó esa experiencia: ¿Qué insights o puntos reveladores escuchaste que no te son comunes?, ¿con quién, que ya conocías, pudiste conversar y nutrir la frecuencia de su interacción?, ¿qué nuevo contacto hiciste?, ¿cómo alimenta tus proyectos?, ¿qué seguimiento amerita cada caso? Incluye el debido registro de datos, conversaciones o la revisión profunda de cierta información.

Incluso si fuiste a una actividad en donde aparentemente nada resultó útil para el corto plazo de tus asuntos, asegúrate de cerrar el ciclo. Podrás reducir la frecuencia en ese espacio o eliminarlo, pero es importante dejar la puerta abierta para que puedas regresar en cualquier momento futuro que te resulte útil o interesante.

El relacionamiento continuo y perspicaz es lo que nutre un network profesional. Conectar espontáneamente es un hábito que ayuda, pero más, entender que la intencionalidad define los ambientes y la profundidad de nuestras redes. Cada una hay que trabajarla, decodificarla y aprender a extraerle valor.

¿Y por qué hay que procurar siempre estar abierto y generoso con los demás? Porque bien dicen los sabios que -en la vida como en los negocios-”lo semejante atrae a lo semejante”.

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