Un policía herido en los disturbios de Tsunami: «Fue una auténtica salvajada»
Dos agentes de la Unidad de Intervención Policial de la Policía Nacional que resultaron heridos de gravedad durante los disturbios orquestados por Tsunami Democràtic en el otoño de 2019 en Barcelona han detallado este martes su experiencia ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga los hechos como ilícitos de terrorismo y han subrayado el nivel de organización que había en las calles aquellos días: «Fue una salvajada». Lo decía en una breve comparecencia ante los medios Ángel H., uno de esos dos agentes, al salir del Juzgado Central de Instrucción. En su caso, fue destinado a la plaza de Urquinaona el 18 de octubre. Recibió un adoquín de grandes dimensiones lanzado desde la azotea de un edificio. Impactó en su antebrazo, fractura abierta, dos cirugías y una lesión permanente que le jubiló forzosamente con poco más de 40 años de edad. «Ese fue mi último servicio. El 21 de mayo de 2021 me jubilaron por una incapacidad permanente total «; ha señalado. Conforme ha relatado dentro y fuera de la sala de vistas, en aquella intervención temió por su vida. «Psicológicamente tengo unas secuelas», ha comentado, antes de concretar que aún arrastra estrés post traumático. «Todos los días, cuando me meto en la ducha, veo una cicatriz de 18 centímetros en mi brazo. ¿Usted cree que esto permite pasar página y olvidar así como así?», ha afirmado. Noticia Relacionada estandar Si El juez de Tsunami investiga si la Generalitat permitió el boicot de la jornada de reflexión en 2019 Isabel Vega Aprecia que los «responsables políticos» pudieron omitir su deber de perseguir un delito electoral Este policía retirado forzosamente ha subrayado además que los suyos, los antidisturbios, están «acostumbrados a trabajar con sectores como el metal» o la pesca y «alguna vez» su grupo había intervenido en el País Vasco y en Pamplona, pero aquel otoño en Cataluña no tenía parangón. «Nunca habíamos visto algo de tal magnitud como lo visto en Barcelona», zanjaba. Coincidía en el relato con el otro agente herido aquellos días que también ha prestado declaración como testigo ante el juez. Recibió un impacto en el casco que le dejó tirado en el suelo. Ya en comisaría, comenzó a sufrir convulsiones. Era un traumatismo craneoencefálico. Tardó más de 45 minutos en llegar trasladado al hospital por los cortes callejeros en Barcelona fruto de las protestas. El hospital estaba protegido por la Policía Nacional, temían más ataques allí dentro. En su caso, refiere un daño adicional. Cuando estaba ingresado fueron a visitarle el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska. Su imagen convaleciente se difundió sin pixelar, los vecinos le identificaron. Sus hijos comenzaron a sufrir acoso en el colegio, como su mujer en su entorno laboral. Ante el juez ha contado que tuvo que «malvender» su casa y mudarse de allí. Otra secuela. «Violencia extrema» y «organizada» «Sus declaraciones han sido claras y contundentes», resumía ante los medios José María Fuster Fabra, que lleva la representación de ambos junto al también letrado Ignacio Fuster Fabra en la causa. Ante el juez, lo que han subrayado es la situación de «violencia extrema» que padecieron y que han descrito como fruto de «grupos organizados». Entre 2.500 y 3.000 personas contra el despliegue policial actuando de manera coordinada. «Son agentes de las UIP. Tienen perfecto conocimiento y saben perfectamente cuándo tienen delante una masa pacífica, cuándo se da violencia espontánea y cuándo está organizada» y eso fue, conforme resumía el letrado, lo que vieron en Barcelona. Han puesto ejemplos de esa organización, como que aparecía gente de las calles adyacentes para «dar el relevo» a los manifestantes que ocupaban la primera fila, o que parecían tener conocimiento de la ubicación de las unidades policiales y cuando una se quedaba «desabastecida» era el primer objeto de la violencia, resumían los letrados, que coincidían en una idea: los dos policías «estaban convencidos» de que los promotores de las protestas «querían que hubiese un muerto». Sólo así entienden que hubiese «una violencia tan extrema, para generar el máximo daño posible». «Yo tengo confianza plena en la Justicia. Lo único que queremos es que como nos consideramos víctimas del terrorismo, tenga las repercusiones que tenga que tener (...) Sobre la amnistía no voy a responder, no quiero entrar en ese debate. Lo único que quiero es que se haga justicia y que los hechos no se vuelvan a repetir porque fue una auténtica salvajada. Que no vuelva a pasar«, ha añadido el agente ante los medios.