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Conductores que vuelven a su país o herederos sin dinero: hay un millar de coches abandonados cada año en Madrid

Abc.es 

El coche señalado es un Audi plateado que no está extremadamente sucio ni es demasiado viejo. Las señales de que no se ha movido en un año están en el interior, en un espeso polvo amarillento que cubre la palanca de cambios, en varias bolsas negras de basura repartidas por los asientos. El operario municipal coloca una suerte de cepos con ruedines bajo cada neumático y un gancho sobre la estructura que los une. La grúa empieza a tirar. Apenas han pasado unos minutos cuando una mujer se escandaliza: «¡Se están llevando mi coche!». Ya no puede hacer nada. Solo esperar a que la grúa lo deje en el depósito, y pagar la tasa de 147,55 euros y una multa de 800 euros por carecer de seguro. El Audi estacionado en una pequeña reserva de aparcamiento del distrito de Usera es uno del millar de vehículos que retira cada año el Ayuntamiento de Madrid. Coches inamovibles en plena calle, furgonetas sin permiso de circulación, motos tiradas durante semanas… En 2023, la cifra ascendió a 1.162 vehículos abandonados y retirados de la vía pública, según los datos que maneja la Empresa Municipal de Transportes (EMT), la encargada de prestar este servicio público desde 2012. «Desde el año 2021 se han retirado cerca de 3.000 vehículos de la vía pública, de tal manera que esto cumple un doble objetivo: evitar problemas que pueden afectar a la seguridad y liberar el espacio público», ha explicado este martes el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, junto a las hileras de coches y motos sin dueño, o con uno que no se presenta, del depósito municipal. El caso del Audi gris, según detallan desde la concejalía, y a pesar de la sorpresa de su propietaria, es claro: sin seguro obligatorio, un año en la misma plaza y tres avisos sin respuesta. La grúa lo ha trasladado este martes al depósito de Puente de Vallecas, una de las seis bases repartidas por la ciudad. Allí esperan seis filas de motos de todo tipo: 'vintage', deportivas y relucientes, de coleccionista, un quad y vespinos de repartidor (uno con la cesta todavía), de marcas japonesas, estadounidenses y alemanas, sin manillar o sin asiento, incluso un par de esqueletos oxidados con la matrícula apuntada en un papel. Más allá de las motos, los coches, primero desordenados en una explanada de asfalto, después amontonados unos encima de otros en estructuras metálicas dignas de un desguace de ciencia ficción. Aunque hay muchas situaciones de dejadez intencionada y falta de documentación, la mayoría de abandonos se produce por situaciones familiares . Conductores que fallecen, herederos incapaces de hacerse cargo del vehículo, propietarios que migran a sus países de origen, coches accidentados cuyos dueños prefieren abandonarlos antes que pagar su reparación, abuelos que esperan a que sus nietos cumplan la mayoría de edad. Y en la gran mayoría de ocasiones, el 98%, son los vecinos los que denuncian, los que «ven durante semanas y meses un vehículo abandonado, llaman al ayuntamiento y se pone en marcha el protocolo que conlleva al menos tres notificaciones al propietario», ha precisado Carabante. Más casos en el sureste La cifra apenas varía: en 2023 se recogieron un 1,93% más de vehículos que el año anterior, sobre todo, en el sureste de la ciudad. Puente de Vallecas y Villaverde concentran el mayor número de casos, 450 retiradas, respectivamente, seguidos de Villa de Vallecas (400), Tetuán (400), Centro (370) y Salamanca (285). Existen dos maneras de hacerlo, dos protocolos diferentes, el de urgencia y el habitual. El primero se aplica cuando el vehículo abandonado supone «un riesgo para la ciudadanía», por ejemplo, las ventanas rotas de un coche destartalado. Los Agentes de Movilidad comprueban tres cosas: que el vehículo tenga la documentación en regla, que pueda desplazarse por sus propios medios y que no suponga ningún riesgo. «Si se dan esos tres requisitos, entonces es un vehículo apto para la circulación. Si falla alguno de ellos, actuamos», resume un supervisor del Cuerpo de Agentes de Movilidad, Raúl Ruiz, que asegura que actúan «con bastante celeridad». El año pasado realizaron un total de 2.705 actuaciones, de las que 1.162 finalizaron con la retirada del vehículo. El protocolo se ejecuta a partir de actas. El acta de inicio abre el expediente, ya sea por una denuncia vecinal —a través de la aplicación 'Avisa2'— o por el patrullaje de los agentes. Al cabo de un tiempo, regresan al lugar para comprobar que el vehículo sigue allí mediante el acta de confirmación. Con el acta de finalización se concede luz verde al traslado al depósito. Algunos pueden abandonar sus coches para ahorrarse trámites engorrosos, pero esta estrategia sale cara. La dueña del Audi que abre estas líneas deberá pagar la tasa municipal de la grúa, 147,55 euros en el caso de un turismo. Por estar aparcado en la periferia, se suman otros 68 euros. Cada día que pase en el depósito cuesta 19,20 euros. Un gasto mínimo de 234,75 euros. Y a ello hay que sumar la sanción administrativa, 800 euros por no disponer del seguro de suscripción obligatoria. Una vez en el depósito, empieza la cuenta atrás. Si en 60 días nadie reclama, la máquina se convertirá en chatarra .

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