Mutaciones en la opinión pública en la era Milei
Cada época tiene signos que la distinguen. Los presidentes le imprimen a sus gobiernos sellos que los hacen únicos. Algunos de ellos son altamente positivos (la estabilidad en el menemismo y la actividad económica en el kirchnerismo) y otras no lo son tanto (la corrupción en ambos gobiernos). La preocupación por el dólar (su valor incierto) marcó la segunda mitad del gobierno de Mauricio Macri, así como la inflación creciente caracterizó el final del gobierno de Alberto Fernández, sin contar la pandemia que dominó su primer año de gestión. Por acción u omisión, la sociedad moldea a los presidentes y éstos son moldeados por las percepciones sociales.
Algunas veces las preocupaciones y los estados alterados de la sociedad son producto de errores del gobierno. Una reunión que no tendría que haber tenido lugar en la cual además se filtra una foto que es vista masivamente. Esto puede poner en tela de riesgo una política pública, independientemente de que haya sido eficaz. Otras veces, las preocupaciones de la sociedad son generadas por los efectos de las políticas públicas de los mismos gobiernos: más inflación o más inseguridad.
¿Cómo se está moviendo el humor social ante la presidencia de Javier Milei? El último informe de Opina Argentina nos muestra cambios que se han venido manifestando en el último tiempo y que dan cuenta de algunas modificaciones en tendencias que vienen de larga data en nuestra sociedad.
La oposición en la era de Javier Milei
Las expectativas sociales respecto a la marcha general de la economía continúan mostrando una tendencia favorable para el gobierno nacional. Un 33% de los encuestados a nivel nacional cree que su situación económica personal estará mejor en los próximos meses; en diciembre, el optimismo era del 13%. A su vez, hay una confianza alta en la capacidad del Gobierno para bajar la inflación: un 52% sostiene que el nivel de precios disminuirá en los próximos meses (en diciembre, solo el 10% sostenía que habría una tendencia a la baja de la inflación). Por su parte, una mayoría social (el 55% de los encuestados) responsabiliza principalmente al gobierno de Alberto Fernández por la responsabilidad de la crisis.
Mirada desde esta óptica, el gobierno de Milei mantiene el crédito de la sociedad a pesar de las complicaciones económicas. Sin embargo, empiezan a aparecer algunos signos que parecen propios, específicos e inherentes del nuevo mandato presidencial. El proceso de baja de la inflación que auspicia el Gobierno y en la que la sociedad confía tiene su contracara en el nuevo contexto de caída de la actividad económica.
Por primera vez desde el inicio de la serie, la desocupación se ubica en el mismo nivel que la inflación como principal problema percibido por la ciudadanía. En otras palabras, a medida que amaina el fantasma (híper) inflacionario resurge la problemática del desempleo, algo que ocurrió durante las presidencias de Menem en el poder. Al mismo tiempo, como resultado del nuevo paisaje recesivo que se viene recortando en el horizonte, se expande en la población el temor a perder el trabajo, sentimiento que toca un nivel récord (en diciembre, un 39% reportaba tener temor a perder su empleo; en mayo, ese registro llega al 55%).
El cuadro general es favorable para el Presidente Milei. Una mayoría de los encuestados tolera el ajuste impulsado por la Casa Rosada y responsabiliza al gobierno del Frente de Todos por los problemas de la economía.
Curva de aprendizaje y mercado político
Pero lo más importante quizá es la valorización del esfuerzo: un 53% le encuentra sentido al sacrificio que está realizando. Es decir, hay tolerancia respecto al ajuste porque una porción considerable de la sociedad guarda la esperanza de que el esfuerzo se traduzca en resultados materiales en un futuro próximo. Para el Gobierno, las expectativas sociales funcionan como un paliativo de la crisis. Frente a las complicaciones sobrevuela el optimismo y la creencia en que el Gobierno sacará al país del laberinto económico. Pero no está claro cuánto tiempo está dispuesta a esperar la sociedad, y si algo caracteriza a la opinión pública es su volatilidad. Milei tiene crédito, pero no un cheque en blanco.
Los estudios demoscópicos muestran que la preocupación social parece trasladarse de lo macro a lo micro. A medida que se retraen las tensiones macroeconómicas, cae la preocupación por la inflación y ceden las expectativas de devaluación del peso ante el dólar. Sin embargo, ganan peso los problemas respecto al 'metro cuadrado' de los encuestados: en mayo, un 51% manifestó cubrir con lo justo los gastos mensuales y un 33% reportó no llegar a fin de mes. En definitiva, la opinión pública está presentando cambios sustantivos. De lo general a lo particular, de lo macro a lo micro. Cada presidente produce su propio set de demandas sociales y Milei no parece ser la excepción.