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Caputo ganó la pulseada y pateó una deuda de u$s 1000 millones a 2038

El ministro de Economía, Luis Caputo, logró renegociar una deuda con los gigantes energéticos por más de u$s 1000 millones, y posponer los pagos 14 años, con un bono a 2038.

A través de una publicación en X, Caputo confirmó que aceptaron absolutamente todas las energéticas: "100% de adhesión a la propuesta de cancelación de deuda de Cammesa correspondiente a las facturas de diciembre y enero", escribió. 

"Cabe resaltar la buena predisposición de los empresarios del sector que, entendiendo la situación heredada, adhirieron a la propuesta", agregó. 

Finalmente, se refirió al potencial de la energía: "El sector energético, que ya mostró un superávit comercial de 2400 millones de dólares en el primer cuatrimestre del año, tiene un enorme potencial en nuestro país, con un superávit proyectado de 25 mil millones de dólares para el 2030". 

Con esto, Caputo logra un tema fundamental: poder sostener el superávit fiscal. No tener que afrontar estos más de u$s 1000 millones le permiten tener mayor margen de maniobra para llevar adelante otras medidas que analiza, como poder posponer la sufa de tarifas, lo cual en un invierno frío, también implicará una gran masa de subsidios.

El plazo de la propuesta de Caputo vencía este jueves. A través de la resolución 58, publicada en el Boletín Oficial, la Secretaría de Energía indicó que para pagar las deudas de CAMMESA con petroleras y generadoras de diciembre del 2023 y enero pasado se ofrecía un bono AE2038.

Instantáneamente, las energéticas salieron con fuertes rechazos. Hubo cartas de la asociación de generadores (AGEERA) y la cámara de productores de hidrocarburos (CEPH) al Ministerio de Economía donde denunciaban falta de seguridad jurídica y anticipaban menos inversiones e inclusive, riesgos en el suministro. El CEO de una multinacional reveló que habían preguntado por el tema en Estados Unidos y el FMI.

La deuda con empresas, de u$s 1074 millones, se generó por los impagos de CAMMESA a las petroleras por el plan gas y a las generadoras por la energía eléctrica. En el mercado aseguran que pese al rechazo inicial, en las empresas pesaron los términos y condiciones del gobierno: si no aceptaban el bono por las deudas de diciembre y enero, temían no cobrar en adelante. De hecho, la deuda generada en febrero ya había sido transferida desde el Tesoro a las cuentas bancarias de CAMMESA, pero nunca se le envió a las empresas.

"Pongan el hombro"

Esta semana, Caputo habló por primera vez de la deuda con las energéticas, les pidió que "pongan el hombro" y hasta reveló que tuvo conflictos personales con ejecutivos de las compañías, a los cuales conocía de hace tiempo.

En el IAEF, Caputo afirmó: "Hay que entender el equilibrio general. Recibimos un país quebrado. El Banco Central debía u$s 60 mil millones a los importadores, eso era un contrato también, pero con reservas netas negativas que podíamos hacer, ¿vender la Patagonia? Se les ofreció el Bopreal y entendieron que era razonable. Con las energéticas pasó algo parecido, no hicimos nada compulsivo".

Además, criticó a las compañías: "Pagamos con el presupuesto de 2024 la deuda del 2023, esto es, la energia de agosto y septiembre, con facturas de octubre y noviembre. Les solucionamos el problema del flujo, les bajamos la tasa de financiamiento. Quedaba un debate sobre las facturas de diciembre y enero por la energia generada en octubre y noviembre. Ahí no hubo devaluación, pero como la factura cae en diciembre y enero me pidieron respetar eso. A ver muchachos, recibí un país quebrado: ¿Queres cobrar una devaluación que no existió en octubre y noviembre, ¿en serio?".

Caputo reveló que hubo empresas que "en 2 minutos dijeron que si", y para otras "fue más difícil". De hecho, la estatal YPF fue la primera en ingresar. 

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