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El silencio del feminismo institucional

El silencio del feminismo institucional

El documental ‘Gritos antes del silencio’ es difícil de ver porque documenta las atrocidades cometidas por Hamás contra las mujeres el 7 de octubre.

“Gritos antes del silencio” es el título del documental producido por Sheryl Sandberg, quien se desempeñó como directora de operaciones de Meta (Facebook) durante más de 10 años, fue nombrada en el 2012 por la revista Time una de los 100 personas con más influencia en el mundo y, entre otros logros y contribuciones, es una de las voces más poderosas en favor de las mujeres en el trabajo y la vida en general.

Sus ideas quedaron inmortalizadas en el libro Lean In: Women, Work and the Will to Lead (Vayamos adelante: las mujeres, el trabajo y la voluntad de liderar) que ha vendido millones de copias.

Gritos antes del silencio es difícil de ver. Por medio de fotografías, testigos, víctimas y familiares de víctimas, se documentan las atrocidades cometidas por Hamás el 7 de octubre contra las mujeres, principalmente jóvenes, que participaban en un festival musical. Nunca en la historia reciente, excepto tal vez en el genocidio en Ruanda, se ha visto algo similar.

Muchachas amarradas a árboles, desnudas de la cintura hacia abajo; algunas, decapitadas; otras, violadas salvajemente y mutiladas, con los senos cortados con machetes; otras, con disparos y objetos de todo tipo introducidos en la vagina. No es algo que ocurre en una guerra común.

Fue producto de un plan deliberado para desmoralizar a una nación y a la población judía en general, atacando, violando y asesinando a mujeres judías salvajemente. Es el uso de la violencia sexual hacia las mujeres como una estrategia de guerra.

Si esto le hubiera ocurrido a una comunidad de mujeres católicas, musulmanas o evangélicas, todas las organizaciones y líderes feministas del mundo, justificadamente indignadas, al día siguiente lo hubieran denunciado con vehemencia y expuesto a la opinión pública con el lenguaje más claro y contundente. Pero esto no ocurrió.

Desde la ONU hasta el #MeToo

A ONU Mujeres, que tiene como misión velar por los derechos de todas las mujeres en el mundo, le tomó casi dos meses publicar un documento, donde con paños tibios hace un llamamiento a investigar y documentar las atrocidades de Hamás, como si no hubiera sido absolutamente evidente en ese entonces.

La organización Human Rights Watch, que cuenta con un capítulo dedicado a los derechos de las mujeres, tenía hasta hace poco tiempo decenas de noticias publicadas sobre la guerra en Gaza, pero se refirió al ataque terrorista hasta enero.

Amnistía Internacional, la prestigiosa organización que vigila los derechos humanos de la población, publica una cantidad de noticias apoyando diferentes causas, pero ni una palabra de condena a Hamás ni de denuncia de la violencia hacia las mujeres judías.

El valiente movimiento #MeToo, que en su sitio afirma que tiene como misión interrumpir la violencia sexual contra las mujeres en dondequiera que ocurra, guardó silencio.

Podría seguir y dar más ejemplos, no solo de organizaciones, sino también de líderes e intelectuales feministas que han guardado silencio o han condenado a Hamás tímidamente o simultáneamente acusando a Israel de genocidio (por ejemplo, Judith Butler, la diosa intelectual de la ideología de género). Por supuesto, hay excepciones, pero las organizaciones y las voces más calificadas para hacerlo han respondido tardíamente o guardado silencio.

Ideologías

¿Cómo es posible? La respuesta, muy general, pero a mi juicio correcta, es que la notoria contradicción e hipocresía moral es producto de las ideologías. Por ideología, en este contexto, entiendo como un conjunto de creencias de un grupo, mantenidas por razones que no son epistémicas, es decir, no se fundamentan necesariamente en la lógica o la racionalidad, y tienen un componente pragmático o activismo.

Adicionalmente, estas ideologías pretenden ser exhaustivas, todo se puede explicar por sus supuestos básicos y tienen que estar blindadas de la crítica, no son sujetas de cuestionamiento.

Todo lo anterior acarrea una serie de consecuencias; ninguna buena. Por una parte, esas ideologías tienden a polarizar el debate público de tal manera que no se consideran matices ni contextos para el análisis. Así, por ejemplo, si Israel es considerado un Estado opresor, colonialista y que discrimina a la población árabe, entonces el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre no puede ser condenado, porque introduce una discrepancia en la narrativa de que Israel es malvado.

Sin embargo, los analistas políticos que critican la política diplomática internacional de Israel con sólidos argumentos pueden condenar los actos de Hamás porque no encuentran ninguna inconsistencia en rechazar el terrorismo y a la vez criticar a Israel.

Los ideólogos del antisemitismo no lo ven así, porque su posición debe estar blindada a toda costa, aun sacrificando valores morales y humanitarios fundamentales, como condenar las atrocidades cometidas contra las mujeres judías.

Políticas de identidad dogmáticas

Otra consecuencia nefasta de esas ideologías es el fomento de políticas de identidad dogmáticas. Se tiende a clasificar a sectores de seres humanos en silos rígidos que los deshumanizan, porque les niegan individualidad, diversidad y autonomía.

Se habla genéricamente de los judíos, como si todos pensaran y actuaran igual, no obstante la existencia de varias organizaciones integradas por judíos que son críticas del Estado de Israel, como Jewish Voice for Peace, que posee más de 70 capítulos solamente en los EE. UU.

Escribo este comentario no solo para denunciar la inconsistencia moral de los organismos internacionales y algunos de sus líderes alrededor del ataque terrorista del 7 de octubre. El asunto va más allá de este día aciago para el pueblo judío.

La naturaleza de estas corrientes ideológicas —el antisemitismo no es la única— conspira contra los principios democráticos, la libre expresión de ideas y el respeto a la vida humana, independientemente de afiliaciones religiosas, étnicas, políticas, de género y de cualquier otro tipo.

psique@me.com

El autor es psiquiatra, especialista en niños, adolescentes y salud pública, y miembro de número de la Academia Nacional de Medicina.

'Gritos antes del silencio' es difícil de ver.  Por medio de fotografías, testigos, víctimas y familiares de víctimas, se documentan las atrocidades cometidas por Hamás el 7 de octubre contra las mujeres, principalmente jóvenes, que participaban en un festival musical. En la imagen, asistentes a la actividad tratando de huir de los terroristas.

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