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Afectados por fuertes ráfagas en Cartago vivieron dos minutos de terror: ‘Se me hizo eterno’

Vecinos de Dulce Nombre narran el enorme susto que pasaron cuando el viento estremeció sus casas, arrancando latas de zinc y abriendo portones a su paso.

Las ráfagas descendentes provocaron, al mediodía de este lunes, la caída del techo de esta casa en Dulce Nombre de Cartago. Al fondo, se observa la nube de cumulonimbos.  Foto: Keyna Calderón.

El distrito de Dulce Nombre de Cartago se vio sacudido, al mediodía de este lunes, por un fenómeno conocido como ráfagas descendentes, que provocó una repentina oscurana e hizo estremecer techos, portones y corazones.

María Isabel Quirós Araya se encontraba con su hija en ese momento. Ellas viven 200 metros al este de la iglesia de Caballo Blanco. A las 11:30 a. m., observaron que el cielo se oscureció, como si fuera a caer un fuerte aguacero, y luego empezó el viento.

“Todo sonaba, entonces yo gritaba porque parecía que se iba a levantar el techo y se iba a despegar. Yo ya veía cuando se destechaba la casa. El susto mío era tan grande que se me hizo eterno, y calculo que pudo haber durado dos minutos”, relató la mujer.

De hecho, el vendaval destechó toda la galera de su patio y unas láminas cayeron a un lado de la casa. Esta tarde, su esposo y sus hijos hacían parte de las reparaciones.

Ráfagas descendentes dañan techos de casas en Cartago

Otro vecino que tuvo una impactante experiencia fue Edwin Delgado, quien tiene su taller en Caballo Blanco. “Estaba afuera lavando mi carro, todo fue muy rápido (...). En cuestión de segundos se oscureció el cielo y creí que sería lluvia fuerte, pero ni siquiera llovió, ni rayería hubo”, relató.

Agregó que a un vecino se le arrancó el portón de madera y las láminas de zinc de la casa; a otros se les llevó parte del techo. En su taller, solo unas láminas volaron y otras se aflojaron. Cuenta que logró ver cuando se destecharon una casa y un supermercado cercano.

Rebeca Morera, del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), explicó que el fenómeno ocurrido en Dulce Nombre no es un torbellino porque no se formó el embudo y que lo que observaron los vecinos fue una rotación de la nube provocada por corrientes de viento a lo interno.

Es decir, son ráfagas que bajan de la nube de cumulonimbus que es de gran desarrollo vertical. En algunos sitios incluso se reportó la caída de granizos.

Cristian Hernández vive cerca de doña María Isabel y se encontraba solo en la casa. De repente, sin previo aviso, empezó a escuchar un retumbo como si se tratara de un terremoto y al salir vio los árboles moviéndose con demasiada fuerza.

“Se vino como un torbellino. Ni lo vi más, me metí a la casa a cerrar todo y cuando terminó todo vi el portón principal, el viento lo abrió forzando los motores. Pasó eso y aclaró, y a los 15 minutos empezó a caer un aguacero. En 30 años que tenemos de vivir aquí es la primera vez que pasa esto”, aseveró.

La fuerza de los vientos causó daños en varias viviendas en Caballo Blanco, en Dulce Nombre de Cartago. Los vecinos aprovecharon para realizar algunas reparaciones en la tarde. Foto: Keyna Calderón

‘Uno no sabe qué hacer’

Una de las viviendas más afectadas fue la de doña Juanita Ruiz Gutiérrez, de 61 años, que vive en la urbanización Santa Rita y que se encontraba orando cuando empezaron las ráfagas descendentes.

“Se puso muy oscuro y se escuchó el viento que venía y unas láminas que se levantaban y me empecé a asustar. Oí cuando el techo de la cochera cayó sobre el resto de la casa. Salí a ver qué había pasado y tomar fotos para mandarle a mi hermana, que es la dueña, y vi todo desechado.

“Las láminas, que son de zinc tipo teja, no las logró despegar, las dobló. Me puse a llorar, luego vinieron amistades y familiares para ponerlo nuevamente de manera provisional con unas amarras de alambre mientras se hace un trabajo formal.

“Las cerchas hay que quitarlas totalmente, algunas están quebradas. Gracias a Dios, dentro de la casa no hubo ninguna afectación, y claro, el frente todo se mojó cuando llovió. Uno no sabe qué hacer, queda como en shock”, puntualizó.

Dicha emergencia ocurrió nueve días después de que otro fenómeno más fuerte, conocido como bomba de lluvia, provocó en el cantón Central de Cartago cuantiosos daños en casas, centros médicos y otras estructuras como el estadio José Rafael Fello Meza.

Dos hombres intentan reforzar el techo de esta casa ubicada en Dulce Nombre de Cartago. Algunos vecinos aseguran haber escuchado un retumbro similar al de un terremoto. Foto: Keyna Calderón.

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