El Papa Francisco pide no legalizar las drogas y llama «asesinos» a los narcotraficantes
El Papa Francisco ha hecho una pausa en el ciclo de catequesis sobre los salmos que estaba impartiendo a los peregrinos en las audiencias generales de los miércoles, y esta mañana ha dedicado una larga reflexión al drama de la adicción a las drogas, en la que ha avisado de que es una «fantasía» pensar que se reduce legalizándolas. «La reducción de la drogadicción no se consigue liberalizando el consumo de drogas -esto es una fantasía-, como se ha propuesto, o ya se ha aplicado, en algunos países. Cuando se liberaliza, se consume más», ha avisado. Mientras hablaba, recordaba sus decenas de visitas a centros de recuperación de chicos y chicas que han entrado en la espiral de la droga. Allí pudo constatar el impacto terrible que estas sustancias tienen sobre ellos, pero también sobre sus familias y la sociedad. «No podemos ignorar las malas intenciones de los traficantes de drogas. ¡Son asesinos!», ha repetido. «Después de haber conocido tantas historias trágicas de drogadictos y de sus familias, estoy convencido de que es moralmente justo acabar con la producción y el tráfico de estas sustancias peligrosas. ¡Cuántos traficantes de muerte hay -porque los narcotraficantes son traficantes de muerte-, movidos por la lógica del poder y del dinero a cualquier precio! Y esta plaga, que produce violencia y siembra sufrimiento y muerte, exige un acto de valentía de toda la sociedad». Además de solicitar que no se caiga en la falsa solución de legalizar el consumo de estas sustancias, el Papa ha pedido valentía para «poner fin a la producción de esas sustancias peligrosas, deteniendo la mentalidad malvada de quienes, motivados por la lógica del poder y la ganancia del dinero a cualquier costo, generan tanta violencia, muerte y sufrimiento». También ha solicitado apostar en paralelo por «una cultura de la prevención, donde se eduque a los jóvenes en los valores que construyen la vida personal y comunitaria». «Las vacaciones son también una época en la que muchos jóvenes se acercan por primera vez a las drogas: que el Día Mundial contra las Drogas, que se celebra hoy, os recuerde que prestéis especial atención a la seguridad de los niños y los jóvenes», ha propuesto. «Es muy triste ver a tantos jóvenes arruinados por la droga, es muy difícil, cuando llegan a cierto nivel, volver atrás», ha insistido. Por otro lado, el Papa ha solicitado defender la dignidad intocable de todas las personas, también de los drogadictos y de quienes han caído en cualquier adicción. Ha citado a Juan Pablo II para recordar que «cada toxicómano trae consigo una historia personal diferente, que debe ser escuchada, comprendida, amada y, en la medida de lo posible, sanada y purificada. Siguen teniendo, más que nunca, una dignidad, como personas que son hijos de Dios». Por otro lado, este miércoles el Papa ha decretado la eliminación de combustibles fósiles en la producción de energía en el Estado Ciudad del Vaticano, y la construcción de una planta agrovoltaica que garantice el «completo sustento energético del Estado de la Ciudad del Vaticano». Francisco ha recordado que hace dos años, el 6 de julio de 2022, el Vaticano adhirió a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático para «contribuir a los esfuerzos de todos los Estados para ofrecer, de acuerdo con sus respectivas responsabilidades y capacidades, una respuesta adecuada a los desafíos que el cambio climático plantea a la humanidad y a nuestra casa común». La tecnología agrovoltaica consiste en instalar paneles solares en zonas usadas para la agricultura y la ganadería. La nueva planta que proporcionará energía al Vaticano se construirá en a unos 20 km de Roma, en un área propiedad de la Santa Sede que tiene rango de «extraterritorialidad» diplomática. Son 430 hectáreas en las que la Santa Sede tiene las instalaciones de transmisión de Radio Vaticano, 28 antenas de onda corta y onda media. Según el Papa, «es preciso realizar una transición hacia un modelo de desarrollo sostenible que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, con el objetivo de la neutralidad climática». Dice que «la humanidad dispone de los medios tecnológicos para hacer frente a esta transformación medioambiental y a sus perniciosas consecuencias éticas, sociales, económicas y políticas, y entre ellos, la energía solar desempeña un papel clave», y el Vaticano debe predicar con el ejemplo.