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¿Por qué Epic Mickey es uno de los juegos más queridos y únicos de Disney?

El clásico de Wii regresará el próximo mes de septiembre con una remasterización que nos permitirá disfrutar nuevamente de este épico viaje por el Páramo.

Esta semana se ha confirmado por fin la fecha de lanzamiento de Epic Mickey: Rebrushed, una remasterización muy esperada de todo un clasicazo que se lanzó originalmente para Wii. Además, la buena noticia es que no tendremos que esperar mucho para hacernos con él, ya que su estreno está previsto para el próximo 24 de septiembre.



Si nunca tuvisteis la oportunidad de jugarlo en su momento, quizá os haya sorprendido descubrir durante estas semanas el cariño que muchos jugadores tienen a este juego, algo que no debería extrañaros, ya que se trata de un título muy único y especial que desborda amor y pasión por la historia del ratón más famoso del mundo.

El gran homenaje a Mickey Mouse

Como decimos, Epic Mickey se estrenó en el año 2010 en exclusiva para Wii, ofreciéndonos una aventura de plataformas 3D protagonizada por Mickey Mouse que nos llevaba a viajar al Páramo, un lugar habitado por aquellos dibujos animados de Disney que por un motivo u otro han caído en el olvido con el paso de los años, incluyendo entre ellos a Oswald, un conejo que fue el precursor de nuestro querido ratón.



El simple hecho de recuperar a un personaje como Oswald y permitir que tanto él como Mickey se encontrasen y conocieran por primera vez en la historia ya le daba, de entrada, un cariz muy especial al título. Epic Mickey es, en líneas generales, todo un homenaje a la figura de Mickey, pero también a los primeros años de historia de Disney, deleitándonos con infinidad de guiños y referencias a sus primeros y alocados cortos de animación.

Su premisa argumental nos narra cómo un día Mickey acaba en las dependencias de Yen Sid, el hechicero que conocimos en El aprendiz de brujo, el mítico corto de la película Fantasía. Por desgracia, su curiosidad y torpeza provocan que tenga un accidente que acaba afectando a todo el Páramo, el cuál está siendo destruido por una enorme mancha de tinta que ha cobrado vida. Como no podía ser de otro modo, nuestro ratón acaba siendo transportado a este mundo y emprende un épico viaje para deshacer el entuerto que él mismo ha provocado.

De esta forma, nos tocaba recorrer diversos mundos inspirados por las diferentes atracciones y secciones de Disneyland a base de saltos y combates contra enemigos mientras intentábamos resolver los numerosos puzles que nos íbamos encontrando para dar variedad a su desarrollo.



Uno de los aspectos más destacados de su jugabilidad es que contábamos con un pincel mágico que nos servía para lanzar pintura y disolvente. Con la primera podíamos reconstruir elementos de nuestro entorno y hacer que los enemigos se volviesen nuestros aliados, mientras que con el segundo podíamos destruir cualquier cosa y borrar de la existencia a los rivales, por lo que muchas de las situaciones que nos encontrábamos tenían más de una solución y quedaba en manos del jugador decidir si con nuestras acciones devolvíamos el color a este mundo o apostábamos por soluciones más directas y destructivas que tenían sus propias consecuencias.

Esta apuesta por dar a los jugadores el poder de elegir para que pudiese moldear la historia y el mundo a su gusto con sus decisiones se entiende rápidamente si tenemos en cuenta que el gran responsable tras este juego fue el mismísimo Warren Spector, el creador de juegazos de culto tan importantes como System Shock y Deus Ex.

Spector es un enorme fan de Disney y Mickey, y esto es algo que se nota en cada pequeño aspecto del juego, como las fases 2D que nos servían para viajar de una región a otra y que nos sumergían de lleno en varios cortos distintos que había protagonizado nuestro ratón favorito. Cortos, por cierto, que podíamos desbloquear como contenido extra para poder visualizarlos en su totalidad, probablemente una de las recompensas más interesantes y golosas que nos hemos encontrado nunca en un videojuego, especialmente si tenemos en cuenta que cuando se lanzó no existían cosas como Disney+, por lo que acceder a este material de incalculable valor histórico no era precisamente fácil.



Otro de los puntos fuertes de Epic Mickey fue su apartado audiovisual y su dirección artística. El Páramo era un lugar oscuro, decadente y delirante repleto de peligros e inquietantes ingenios mecánicos, algo que podíamos apreciar incluso en el aspecto que presentaban algunos personajes, como Donald o Goofy, unos animatrónicos en muy mal estado que nos permitían ver sus partes robóticas.

Todo esto sumado a un aspecto de dibujos animados muy conseguido y unas animaciones simple y llanamente perfectas (ver a Mickey moverse en este juego es una delicia para la vista) que hasta cuidaban cositas como que las orejas del ratón siempre mostraran su icónica figura independientemente de la posición de la cámara y la perspectiva (algo nada sencillo en un juego 3D), terminaron de redondear un apartado gráfico fantástico. Y mucha atención a su increíble banda sonora, cuyos temas eran dignos de una gran película de animación.

Como podréis suponer, Epic Mickey no fue un juego perfecto: la cámara era un dolor de cabeza gigantesco que siempre se estaba interponiendo en nuestro camino, se notaban ciertos recortes de contenidos que estaban planeados y se tuvieron que descartar, el sistema de decisiones a través de nuestras acciones acababa siendo más simple de lo que prometía y el título resultó ser menos oscuro de lo que su campaña de promoción vaticinaba.



A pesar de ello, el título derrochaba cariño, mimo, encanto y buen hacer con una propuesta única y muy especial que nos enamoró. Un juego que si alguna vez has sentido pasión por Mickey y por el legado de Disney te tenía con una sonrisa en los labios de principio a fin disfrutando de su genial diseño de niveles, de su divertida propuesta jugable, de su bonita historia, de sus encantadores personajes, de sus numerosos homenajes, de su espectacular dirección de arte y de su deliciosa banda sonora.

Por todo ello y por mucho más, Epic Mickey se ha ganado un merecido hueco en el corazón de muchos jugadores como uno de los mejores y más únicos videojuegos de Disney que se han hecho hasta la fecha, un hito que su secuela no consiguió replicar, pero esa es una historia para otro día. ¿Estará Epic Mickey: Rebrushed a la altura de nuestros recuerdos? Muy pronto lo descubriremos.

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