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Irene Pardo: «Me gusta que la gente sienta que Almagro es su festival y que venga a disfrutarlo»

Abc.es 
A pocas horas de que levante el telón la 47ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, su directora, Irene Pardo, nos habla del programa de este año, que arranca este viernes con la entrega del Corral de Comedias a uno de los grandes de la escena nacional, Rafael Álvarez 'El Brujo', maestro del humanismo y de la palabra, de la comedia y del amor por los clásicos. Pardo es la encargada de poner en marcha esta maquinaria que recupera durante 25 días el Siglo de Oro en la localidad ciudadrealeña de Almagro, en un certamen que cuenta con un presupuesto de dos millones de euros y con 600 personas que trabaja n, hombro a hombro, para que los clásicos vuelvan a las calles y el público pueda retroceder a los siglos XVI y XVII en este caluroso verano. —El festival arranca con la entrega del Corral de Comedias. ¿Qué le parece que sea reconocido 'El Brujo'? —Es uno de los grandes del teatro. Pensaba que ya tenía el Corral. Así que cuando el Patronato tomó la decisión, pensé que era de justicia poética. Lleva tantos años y tengo que confesar que fue precioso poder hacer esa llamada y sentir la alegría enorme que le produce a él recibir este galardón. Creo que lo que hace Rafael es único. No hay nadie que haga lo que hace él. Con ese talento y esa conexión, desde la alegría, el humor, el humanismo. Masticando, como mastica las palabras. Un amante del verso y de los clásicos. El 'Brujo' es absolutamente genuino. —Es el segundo año al frente del festival, ¿el programa incluye todo lo que tenía previsto? —Creo que sí. Hay compañías con una trayectoria en los escenarios de 40 años, como por ejemplo Corsario. Tenemos a la grandísima Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) con varios montajes e incluso un estreno, a Micomicon y a grupos muy consolidados y referentes. Hay gente joven y creadores de música, teatro, circo, danza y este año recuperamos el cine y la radio. Es una programación amplia y diversa para generar experiencias. Y , sobre todo, algo que me gusta comentar: que la gente sienta que Almagro es su festival y quieran vivirlo. Se pueden ver tantas cosas y habrá tantas oportunidades que el espectador puede crear su propio festival. —¿Las calles y la plaza volverán a llenarse de teatro? —Tenemos esos espacios maravillosos como Villarreal, Corral de Comedias, Aurea, aunque la plaza de Almagro va a ser un punto neurálgico del festival y un lugar de encuentro, en el que no solamente vamos a hacer teatro y circo, sino que habrá una actividad vinculada a las mujeres encajeras de Almagro. Hemos hecho un mapa emocional de cómo han vivido ellas estos años el festival y cómo han transmitido esa tradición. Me hace una ilusión especial. Las vamos a convertir, de repente, en actrices. No te puedes imaginar cómo están viviendo todas estas semanas. En total participan doce mujeres y haremos una exhibición escénica, el día 7 de julio, con una música folclórica maravillosa. Esto ha servido para pensar cómo es posible que no hayamos asumido que las mujeres forman parte de la historia cultural y de nuestra herencia, aunque no han estado visibilizadas. Las mujeres artesanas han hecho maravillas y han sido el sustento de sus casas. Cuando las cosas iban mal, ellas vendían encajes y formaban parte de la economía, desde la invisibilidad. Entonces visibilizarlas, homenajearlas, ponerlas en el corazón de Almagro. Me parece que es de justicia. —La Compañía Nacional de Teatro Clásico, ¿es fundamental en el programa del festival? —La compañía no sólo es un eje importantísimo sino que vuelven a su casa. Lluís Homar habla que la temporada de la CNTC no termina en el Teatro La Comedia de Madrid, termina aquí en Almagro, en el Teatro Adolfo Marsillach. En la inauguración van a estrenar el 'Gran Teatro del Mundo' de Calderón, que es una apuesta en esta edición. Tenemos 'El monstruo de los jardines' de Iñaki Rikarte. Además, hemos formalizado crear con la CNTC una comisión que trabaje todo el año, más allá del mes de julio. —En cuanto a los países invitados, ¿cuáles estarán presentes en esta edición? —Estrenamos el primer fin de semana un programa luso con 'Lumen. Una historia de amor', un espectáculo de calle, en la que participan 40 voluntarios de Almagro, acompañados por los músicos del Conservatorio de Ciudad Real. Además acuden grupos y compañías de Uruguay, Chile, Colombia, Argentina y la compañía Ksec Act de Japón. También vamos a repasar el teatro clásico que se hacía en otras culturas en los siglos XVI y XVII. En este sentido, cerrará el festival una compañía coreana de danza, Talchum- nori, que es Patrimonio Inmaterial, y que realiza unas danzas de una belleza impresionante. —¿Vuelven a ser las mujeres serán protagonistas? —Estamos recuperando a autoras clásicas, con una visión y una perspectiva contemporánea por parte de directoras, autoras e intérpretes. Este año tenemos a nuestra querida Laia Ripoll, que también será reconocida. A Lola Herrera, con la que se reconocerá la tradición teatral. Lola entiende que el teatro hay que llevarlo de ciudad a ciudad y a pesar de sus maravillosos años, ella sigue yendo de gira. casi como una cómica de la lengua. También acudirá Leticia Dolera. que con su primera dirección de escena sobre 'Marcela' de Cervantes, está triunfando. Paula Herrera, que representará a todas las clásicas: Sor Juana, Santa Teresa, María Hayas. Vamos a tener un festival integral y eso me gusta. —¿Almagro vuelve a apostar por que el festival de teatro inclusivo? —No solo hay que construir integración. Hay que tender puentes para que las personas con cualquier tipo de discapacidad, tengan acceso a la cultura. Pero no solamente es una cuestión de discapacidad, también es una cuestión tecnológica. ¿Qué está pasando con las personas mayores?. Pues que no tienen suficiente acceso y parece que todo es tecnología. Así que queremos tratar de ayudar en ese sentido. Con la Fundación ONCE -que ha sido un grandísimo compañero- vamos a hacer que los espacios sean más accesibles. Tendremos un bucle magnético de audiodescripción para que puedan participar. Pero también vamos a hacer actividades para subirles al escenario a través de obras como 'La comedia del recibimiento' de la compañía Ochosílabas de Gran Canarias; 'La traición en la amistad' de la compañía Yeses (Madrid), integrada por un grupo de reclusas. Se ha programado una actividad para personas ciegas y no ciegas, que nos permitirá a todos entrar en un cierto equilibrio a la hora de disfrutar de la obra 'Acaricia un verso'. Para tener sensibilidad hay que tener conocimiento y descubrir los desafíos que se enfrentan estas personas. —La colaboración institucional es importante, ¿ha contado con el apoyo de todos los patronos? —Es algo que quiero remarcar porque la relación que se ha establecido en el Patronato del Festival es muy cercana, estrecha y de colaboración. No solo hacen sus aportaciones económicas sino que participan en otro tipo de actividades y proyectos conjuntos. El festival de Almagro empieza a andar un camino que va a ser muy relevante porque vamos a traspasar el mes de julio y queremos que haya más actividad a lo largo del año. La difusión del teatro clásico tiene que ser día a día. En ese sentido, las instituciones se implican cada vez más y la fundación es una potente herramienta de difusión del teatro clásico y de la cultura española en el exterior. —El festival acerca el teatro a los jóvenes a través del Barroco Infantil, ¿qué ciclo se ha preparado? —Tenemos un montón de cosas este año. Además de Barroco Infantil vamos a tener teatro de calle todos los fines de semana. La plaza va a acoger montajes muy familiares y divertidos. También algo que me ha robado el corazón, como es el circo. Me parece que es una disciplina que tiene unos valores extraordinarios. Tenemos alguna programación familiar también en el Corral con la compañía Rakatá. Continuamos con la ludoteca, que también está muy bien, en el sentido de que no es un aparca niños, eso por favor, que quede clarísimo. Es un espacio de ocio, con actividades vinculadas al Siglo de Oro, y no solo para los niños, también para todos los papás y mamás. —¿Han organizado nuevamente las jornadas gastronómicas y de patrimonio? —La Diputación provincial de Ciudad Real y Campo de Calatrava colaboran en la parte más gastronómica y arquitectónica. La idea fundamental es vivir una experiencia. Hacer un viaje al Siglo de Oro. Convertirse en un personaje de los siglos XVI y XVII para degustar la gastronomía que se cocinaba en esa época y Almagro tiene ese poder de sosiego que nos detiene el tiempo. —Cambiando de tema, ¿el cartel de esta edición también rinde homenaje a los grandes autores clásicos? —Así es. El cartel de esta edición por primera vez en la historia del festival, no se centra solo en una única figura. Los 'Faceless' de Coco Dávez reúnen en esta ocasión a seis grandes autores y autoras del Siglo de Oro a los que la ilustradora rinde homenaje con su estilo neorrealista y un toque pop. —¿Cómo la venta de entradas? —Hay mucha ilusión por venir a Almagro. Hemos hecho un festival que cuando empieza, deja de ser nuestro. Cuando lo presentamos, ya deja de pertenecernos. Cada persona que viene a Almagro, programa su festival y Almagro es de cada persona que lo habita. Cada uno es programador de su propia experiencia. Y eso para mí es el gran reto. Crear un festival de mucha calidad artística, lleno de experiencias porque las personas somos diferentes. Creo que el público que viene a Almagro es aquel al que le interesa todo. —¿Y cuál va a ser su balance al final del festival? —En mi balance final habrá dos ejes fundamentales. Uno, que todo salga bien, sin incidencias y que haya sido maravilloso. En segundo lugar, que cuando las personas se vayan del festival, empiecen a contar los días para venir el año que viene. Eso será nuestro éxito.

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