World News

Una turista británica se equivoca de vuelo a París y se despierta de la siesta aterrizando en Alicante

Abc.es 
Quería viajar a la Ciudad de la Luz -París, la 'Ville Lumière'- y acabó en otra Ciudad de la Luz, junto a los platós de rodajes de cine de Alicante , 1.500 kilómetros más al sur. Una turista británica se equivocó de vuelo en Leeds y, tras pasar todas los controles, se despertó de la siesta a bordo del avión al aterrizar en la Costa Blanca española. El relato de esta atribulada veraneante, que ella califica como «mis vacaciones locas», ha sido difundido por el periódico The Sun , y parece consecuencia de un cúmulo de casualidades con una moraleja final de esta profesional del sector inmobiliario: «Mi consejo a otros turistas es que dejen de hablar por teléfono en el aeropuerto y presten atención a los anuncios de seguridad, aunque les parezcan aburridos». Tal como lo cuenta, se debió confundir de número en la puerta de embarque o la cambiaron a última hora, aunque sorprendentemente escanearon su tarjeta y el código QR sin detectar el error, y tampoco oyó ella los anuncios por megafonía, ni en la terminal de origen ni luego a bordo del avión, el pasado 22 de junio. Y hay más detalles rocambolescos para que volara a otro destino. Para empezar, el número de su asiento no existía en el aparato, pero una azafata lo achacó a que, a veces, cambian de aeronave, por lo que le reasignó otra plaza libre. La duración del vuelo tampoco coincidía, porque la capital francesa está a una hora, mientras que para llegar a Alicante hace falta el doble de tiempo. Ella lo atribuyó a las turbulencias, aunque mucho hubiera sido ese retraso. Acto seguido, se durmió y cuando se despertó de la «cabezada» y vio palmeras y montañas, se dio cuenta de que se había equivocado de vuelo, pensando que aterrizaba en Benidorm , ya que como tantos de sus compatriotas, conoce más este destino que la capital de la provincia donde se encuentra el aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández. Por suerte, al explicarles lo ocurrido a la tripulación, le buscaron la siguiente conexión aérea de la compañía (Ryanair) hacia París sin cobrarle nada. Y no hay mal que por bien no venga, porque disfrutó de una visita inesperada de siete horas a la ciudad española que no conocía, donde contempló las vistas desde su Castillo de Santa Bárbara, tal como ha mostrado en una foto difundida de su periplo, calificado sin embargo en esta crónica como un «calvario». Finalmente, llegó a su verdadero destino en Francia por la noche, muy tarde, y tuvo que desplazarse una hora más en autobús para llegar hasta su alojamiento y al día siguiente irse de compras, su plan inicial.

Читайте на 123ru.net