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El pueblo fantasma de Perú que posee la "mina de la muerte": fue el mayor productor de mercurio de América


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Al sudeste de Lima, existe un pueblo en ruinas que aún preserva, la maquinaria de lo que alguna vez fue uno de los complejos metalúrgicos más importantes de América, pero que, para lograr eso, se llevó la vida de muchas personas explotadas.

En el corazón de los Andes peruanos, a 3.700 m. s. n. m., se ubica un pueblo fantasma que posee una de las minas más legendarias de la historia: "La mina Santa Barbara", también conocida como "La mina de la muerte". Ubicada en Huancavelica, adquiere ese letal nombre por la cantidad de indígenas que morían en sus túneles, exhaustos por el arduo trabajo, por derrumbes o envenenados por el mercurio que extraían.

Actualmente, toda la zona luce completamente abandonada. La iglesia, colegio, casas y oficinas administrativas se encuentran en estado de ruinas. En cuanto a la mina, todos sus accesos están clausurados desde que dejó de funcionar, en la década del 70.

Iglesia del pueblo abandonado de Santa Barbara. Foto: YouTube/José Medrano

La 'Mina de la muerte' escondía un pueblo en su interior

De acuerdo con documentos históricos, la 'mina de la muerte' llenó de mercurio a la corona española a base de trabajo excesivo y peligros mortales a los que se les sometió a los pobladores de Santa Barbara. Este método de trabajo, impuesto por el virrey Francisco Toledo duró tres siglos y establecía que la población indígena entre los 18 y 50 años que vivían en un radio de 223 kilómetros, tenían que trabajar un año en ellas a cambio de una pequeña retribución económica.

“Dicha disposición forzó a gran cantidad de personas a movilizarse desde sus poblados de origen para trabajar en condiciones riesgosas e insalubres debido a la alta toxicidad del mercurio, los derrumbes de las minas y el riguroso clima, entre otros factores”, dice el documento elaborado por el Ministerio de Cultura de Perú dirigido a la Unesco, para postular el sitio como Patrimonio Mundial.

Mina Santa Barbara, también conocida como Mina de la muerte. Foto: YouTube/José Medrano

En cuanto al mundo subterráneo de la mina Santa Barbara crecía a tal magnitud que sorprendía a todo aquel que ingresaba. Mientras que en la superficie se formaba el pueblo de Santa Barbara para los trabajadores y administradores de la mina, el interior de la montaña se urbanizaba.

De acuerdo con los planos del siglo XVIII, la mina contaba con una compleja red de galería y socavones muy extensa, que no solo estaban dedicadas a la extracción del mineral, sino también incluía elementos de un verdadero pueblo.

Y es que en una de sus calles, podías encontrar una plaza donde se realizan corridas de todos. Además, había cinco capillas con altares, para que los trabajadores asistan a misa, zonas de descanso y un centro de atención médica. Para tener una idea de las dimensiones de la mina, se puede mencionar que era posible andar en caballo por su interior.

¿Cómo pasó a convertirse en un pueblo fantasma?

Fue a mediados de los años 70 que la mina dejó de funcionar, a pesar de contar con una planta concentradora, una hidroeléctrica y un sistema de cable carril para el transporte del mercurio. Las oficinas administrativas y el complejo metalúrgico todavía se encuentran intactas en la ladera del cerro Chacclatana.

Sumado al abandono, el conflicto armado que enfrentó a la guerrilla de Sendero Luminoso contra las fuerzas de seguridad, que se desarrolló entre 1980 y 2000, terminó por convertir al pueblo de Santa Barbara en un pueblo fantasma.

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