Santiago ensambla su propuesta de tasa turística: recaudada por la Xunta y entregada a los concellos
La tasa turística que prepara Santiago ya goza de cuerpo sólido. El Concello ha presentado este miércoles un informe exhaustivo que analiza el impacto del turismo en la ciudad a través de las décadas, detalla cómo debe gestionarse lo recaudado e incluye mecanismos de «gobernanza» y «participación directa» con los que implicar al sector y a la ciudadanía. Además del componente económico, estudia el perfil de los visitantes de la capital gallega o la presión que soportan sus residentes, contempla el incremento en el número de VUT de la ciudad y añade un estudio comparativo con otros cinco tributos ibéricos: Lisboa, Oporto, Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares. A grandes rasgos, el impuesto se limita a las pernoctaciones y de su recaudación se encargaría la Xunta, que después repartiría lo recabado a cada respectivo municipio. El informe ha sido presentado este miércoles por la alcaldesa, Goretti Sanmartín; la concelleira de Turismo, Miriam Louzao; y los catedráticos de la USC de Geografía, Rubén Lois; y de Derecho Tributario, César García, autores del informe. La propuesta nace fruto de un convenio con la USC I+D+i en el marco del Plan de Sostenibilidad Turística, en el que intervienen Concello, Xunta y Estado. Según ha afirmado Sanmartín, ha sido remitida ya a las otras partes y la intención es que sea debatida en el Parlamento. El tributo, en sí, debería ser propio de la Comunidad gallega, y Compostela lo plantea al amparo de una ley autonómica atribuye a su recaudación a la Axencia Tributaria de Galicia (Atriga). Los fondos se cederían después a los municipios adscritos, que gestionarían el 95% de lo recabado en sus territorios, mientras que el restante 5% se destinaría al fondo autonómico de promoción turística. La propuesta, por tanto, nace en Santiago pero se ensambla con miras a que pueda ser de aplicación en otros municipios gallegos turistificados -sea durante todo el año, como en la capital gallega, o puntualmente, en épocas de alta afluencia, como sucede en el litoral-. Por su carácter voluntario, los concellos en posición de adoptar la tasa serían los que deciden si se adhieren o no. Siguiendo esa esa línea, la alcaldesa ha adelantado que al dossier lo acompañará una propuesta de ley autonómica -de la que se añade un borrador- para debatir en el Parlamento. Y, precisamente el mismo día, el director de de la Axencia de Turismo de Galicia, Xosé Manuel Merelles, ha criticado a Raxoi por el diseño y remisión del informe por cuenta propia y sin contemplar otras cuestiones, como el excursionismo, y ha atribuido «lealtad institucional» al gobierno local. La concelleira del ramo, Miriam Louzao, ha defendido que tanto Merelles como Alfonso Rueda estaban «invitados a venir [al acto], pero no lo han hecho» y que «durante meses» su consistorio ha insistido en reunirse, pero seguían «a la espera», por lo que decidieron enviar la propuesta. A continuación, Goretti Sanmartín ha deseado que la tasa pueda tramitarse con la mayor brevedad posible y que, «ya que no lo pudo ser este, sea realidad sin ninguna duda el año próximo». Según ha confirmado la alcaldesa, el importe de la tasa oscilaría entre 1 y 2,5 euros, escalando en función del precio y la categoría del hospedaje: desde el importe mínimo en el caso de albergues y campings, hasta el máximo para hoteles de cinco estrellas y de cuatro estrellas superior. Igual que en la propuesta que se había elaborado el pasado año, esta contempla una recaudación anual cercana a los tres millones de euros, que retornaría en su práctica totalidad al Concello y contribuiría a sufragar algunos gastos que propicia la masificación turística, como los relacionados con la limpieza o la seguridad ciudadana, y a diseñar nuevos planes e iniciativas destinados a la mejora del sector. Al hilo, Louzao ha adelantado que junto al plan se «Es un clamor» que comparte «la inmensa mayoría» de la sociedad compostelana, ha reivindicado Sanmartín, y una necesidad ser capaces de gestionar los grandes números de un turismo que cada año crece más. El informe, que incluye un análisis de su evolución y los efectos que deja en la ciudad y en sus vecinos, habla de dos décadas de crecimiento «impresionante» en el número de visitantes, un fenónemo que, en palabras del catedrático de geografía y coautor del documento, Rubén Lois, «va a seguir en aumento». En cifras, según un estudio que él mismo elaboró, Santiago soporta una presión turística de 9,5 visitantes por cada habitante. Lois ha destacado que eso deja a la capital gallega dos puntos por encima de destinos de características similares, como Granada o Toledo, y casi 5 sobre algunos grandes focos del turismo en el Estado, como Barcelona o Sevilla. En el caso compostelano, ha advertido que la «turistificación» afecta más a los residentes de zonas en las que «se concentran» los flujos, como el casco histórico o el barrio de San Pedro, y debido, además, al incremento de las viviendas turísticas que merman la oferta de alquiler convencional, está provocando «la expulsión» de residentes. Al terminar, Lois ha afirmado que la capital gallega sostiene «el desnivel entre censados y número de usuarios más grande del Estado y uno de los mayores de Europa Occidental».