México en el des-amparo
Siguiendo todos los ejemplos de los países comunista-socialistas latinoamericanos, la toma del poder judicial es claramente parte del manual del Foro de Sao Paulo para la instauración de un estado totalitario como el que ahora vamos a tener en México. No pareciera haber esperanza de descafeinar, aminorar y mucho menos de revertir este escenario, por lo menos no en los próximos tres años, pero ¿qué consecuencias habrá?
Si nos basamos en todo lo que ha hecho la 4T en este sexenio la respuesta es clara: caos, desorden e ingobernabilidad es lo que le espera al Poder Judicial, debido a que llegarían miles de nuevos funcionarios, que no necesariamente saben mucho de leyes o de impartir justicia y en el nombre de acabar con la corrupción solo generarán más corrupción. Para muestra está lo que pasó con las aduanas, el sector salud, la seguridad pública, el huachicol, la mega farmacia, el sector aéreo y un largo etcétera.
El permitir la elección de jueces por medio del voto es similar a decir que cualquier persona puede convertirse en juez, no importarán sus capacidades o conocimientos legales, será el mismo juego de 90% de lealtad 10% de capacidad, el ejemplo más claro es el de Lenia Batres como ministra de la Corte, claramente no tiene la más remota idea de cómo hacer su trabajo y se la pasa diciendo incoherencias que sus compañeros terminan por derrumbar, ella solo está para hacerle caso a su jefe.
De hecho, de eso se trata todo, lo único que estará claro para los nuevos jueces y magistrados es que deben obedecer a la Presidencia de la República y a sus aliados, sean quienes sean. De por sí ya era difícil acceder a la justicia en el país, ahora será prácticamente imposible si no tienes algún contacto o suficiente dinero. El mínimo estado de derecho con el que contábamos a través de las leyes, podrá ser una y mil veces roto por todos los que ostentan el poder, ya no solo por el presidente, cualquier funcionario de poca monta o grupo criminal podrá pasar por encima de la ciudadanía quitándoles la libertad o su patrimonio. Esas serán las verdaderas consecuencias y empezarán primero por los opositores, pero también a los más pobres que ahora menos podrán hacer valer su voz frente a los abusos y la opresión.
La constitución de un país existe para que los ciudadanos nos podamos defender de los regímenes totalitarios, por eso tienen su origen en ser acuerdos para acotar a los reyes absolutistas medievales, son nuestra protección de la acción del estado sobre nosotros y propuestas como quitar el juicio de amparo, que es justamente una de las mejores armas ante el abuso de la autoridad, evidencian el afán por controlar todos los aspectos de nuestras vidas sin que podamos defendernos.
Podemos decir que estas reformas van a dejarnos desamparados ante nuestro nuevo gobierno absolutista.
En otras latitudes digitales…
Biden tiene que dejar la candidatura demócrata, es evidente que la salud mental no le da para poder enfrentar a Trump con un poquito de dignidad, mucho menos para ser presidente cuatro años más. Si no hay sorpresas, el republicano regresará a la Casa Blanca.