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Sunak entona el 'mea culpa' ante los británicos: «He escuchado su enojo, su decepción y asumo la responsabilidad por esta derrota»

Abc.es 
«En todo nuestro país, la gente estará despertando con la noticia, aliviada, de que se ha quitado un peso», de que «una carga» fue «finalmente eliminada de los hombros de esta gran nación». Estas palabras las pronunció, alrededor de las cinco de la mañana del viernes, el líder del Partido Laborista Keir Starmer , una vez que los 326 escaños necesarios para una mayoría absoluta habían sido confirmados tras el conteo de las papeletas de la jornada electoral del jueves. Y es que el batacazo de los conservadores fue tan duro como lo predecían las encuestas, y acabaron con 121 escaños en la Cámara de los Comunes, ni más ni menos que 251 menos de los que tenían. Por el contrario, los laboristas se hicieron con 211 más, hasta alcanzar los 412. Entre los 'tories' que acabaron expulsados del Parlamento están Penny Mordaunt , líder de los Comunes, quien era considerada como una potencial candidata a suceder a Sunak como cabeza de la formación; el exministro del gabinete Jacob Rees-Mogg y la ex primera ministra Liz Truss , que en su circunscripción de South West Norfolk, perdió por un estrecho margen de 630 votos frente al candidato laborista. Tras su derrota, Truss reconoció que su partido no había cumplido en temas áreas cruciales, como la reducción de impuestos y el control de la inmigración. El ya ex primer ministro Rishi Sunak entonó el 'mea culpa' frente al número 10 en su discurso de renuncia como primer ministro y como líder del Partido Conservador antes de dirigirse al Palacio de Buckingham, donde dimitió ante el Rey Carlos III . «Quiero decirle al país, en primer lugar y sobre todo, que lo siento. He entregado todo mi esfuerzo a este trabajo, pero ustedes han enviado una clara señal de que el Gobierno del Reino Unido debe cambiar y su juicio es el único que importa», y añadió que «he escuchado su enojo, su decepción y asumo la responsabilidad por esta derrota». Sin embargo, los analistas coinciden en que el fracaso no es sólo su responsabilidad. Un lustro de caos marcado por la pandemia, el Brexit y los escándalos dentro las filas 'tories', sobre todo el llamado 'Partygate' , le pasaron factura al último de los primeros ministros conservadores que han ocupado Downing Street. «Es importante que después de 14 años en el gobierno, el Partido Conservador se reconstruya y también asuma su papel crucial en la oposición de manera profesional y efectiva», dijo el que pasará a la historia como el primer británico de origen indio y practicante del hinduísmo que se convirtió en primer ministro. Sunak le dedicó unas cálidas palabras a su sucesor, al decir que «aunque ha sido mi oponente político, Sir Keir Starmer pronto se convertirá en nuestro primer ministro» y «en este trabajo, sus éxitos serán también nuestros éxitos y le deseo a él y a su familia lo mejor». »Independientemente de nuestras discrepancias en esta campaña, es un hombre decente y de espíritu público a quien respeto», aseguró. Menos amables fueron las opiniones de algunos columnistas de la prensa británica, incluso de los medios de derechas, que atacaron duramente a los protagonistas de lo que el 'tory' Robert Buckland, exresponsable de Justicia, calificó como un «armagedón electoral». Para el periodista y escritor Sam Ashworth-Hayes, los tories «merecían perder estas elecciones. Merecían ser aniquilados, reducidos a un agujero humeante en el suelo por un electorado vengativo al estilo de Sodoma y Gomorra, como advertencia para las generaciones de políticos por venir», escribió en 'The Telegraph'. Los 'tories' se llevaron las manos a la cabeza y reconocieron la catástrofe, a la que ahora tendrán que poner solución con un nuevo líder, entre cuyos nombres suenan el de dos polémicas ex ministras del Interior: Priti Patel y Suella Braverman, ambas con duras posiciones sobre la inmigración. Sin embargo, Kemi Badenoch, ministra de Negocios, se perfila como favorita, aunque también podrían aspirar al cargo James Cleverly, actual ministro del Interior y Tom Tugendhat, el saliente responsable de Seguridad. Pero no todo fueron lamentos tras la estrepitosa caída. Steve Baker, secretario de Estado para Irlanda del Norte, dijo tras perder su escaño en Wycombe que «gracias a Dios soy un hombre libre». Al parecer, él también se quitó un peso de encima.

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