El plan andaluz para suplir a médicos en verano por MIR sin terminar su formación desata las dudas: "No sé qué voy a firmar"
La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ha decidido seguir adelante con la contratación de médicos internos residentes (MIR) para este verano, pese a tener a parte de la mesa sectorial y a los profesionales en contra. Lo ha hecho a través de una oferta, que finaliza el día 9 de julio y conocida como acto único, en la que los médicos en formación pueden elegir trabajar en esta modalidad, pese a que el Ministerio de Sanidad pone en dudas su legalidad.
Entre los aludidos reina la incertidumbre -esto nunca se había hecho antes- y las dudas. Algunos médicos residentes se han organizado para denunciar -a través de un escrito conjunto firmado por una veintena de jóvenes al que ha tenido acceso este periódico- que sienten “malestar” y “presión” por parte de la consejería para adelantar su ingreso en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), sin que se les esté informando sobre las consecuencias en caso de que no acepten. El departamento de Catalina García niega ningún tipo de presión.
Durante las últimas semanas, antes de presentar el plan de coberturas para el verano, la consejera ha denunciado reiteradamente que perderá un 16% de la plantilla durante las vacaciones, adelantando la necesidad de contar con los MIR para taponar la falta de personal, sobre todo en atención primaria. Sin embargo, tan sólo pretende dotar con ellos 363 plazas de médico de familia, que apenas sirven para cubrir un 5% del total de 7.000 galenos que hay en los centros de salud de Andalucía y 293 “para distintas especialidades”, lo que implica un 2,5% del total de los 12.000 médicos especialistas, según cifras del propio SAS.
La cuestión es que, según establece la Directiva 86/457 europea de 1986, los MIR no pueden trabajar sin supervisión y como médicos regulares hasta que no acaban su formación, pero el Gobierno andaluz se escuda en que este año necesita recurrir a ellos porque no han completado su residencia por el desfase acumulado tras el parón en su formación durante la pandemia de la Covid-19.
“Se está mercantilizando el derecho universal a la salud”, dicen una veintena de MIR de Granada firmantes del manifiesto. “Están jugando con la conmoción y la confusión llevando a todo nuestro colectivo a una situación de asumir mandatos demagógicos. Estamos formando parte del colapso del sistema sanitario con las graves repercusiones que eso conlleva a nuestra salud”.
Cada año es habitual que en verano empiecen a trabajar médicos que han terminado su fase MIR y que lo hagan en buena medida supliendo las bajas que quedan por las vacaciones. Pero como esta promoción de médicos residentes empezó su formación justo en 2020, cuando comenzó la pandemia, el calendario previsto para completarla se demoró tres meses más. En vez de terminar en junio, acaban en septiembre.
Alegando el desfase por el coronavirus y la necesidad de personal que padece el SAS, desde la Consejería de Salud han insistido en desoír tanto a los sindicatos de la mesa sectorial contrarios a reclutar a los MIR como al Ministerio de Sanidad que advierte que esa práctica no se ajusta a la norma, para que los médicos residentes puedan trabajar ya este verano sin haber completado su formación práctica. Una decisión que se ha articulado a través de un acto único que hará que los galenos puedan trabajar utilizando la figura de la “rotación externa”.
Médicos residentes “forzados”
Sin embargo, las dudas sobre su aplicación preocupan a los MIR. Una veintena de ellos, que trabajan en el Distrito Norte de Granada, han firmado el citado escrito en el que no ocultan su “descontento” con Salud, y acusan a la consejería de estar “forzándoles” a aceptar estos contratos. “Algunos están aceptando por necesidades económicas, pero además las plazas que se ofrecen son pocas en comparación con los residentes que hay”. Por ejemplo, en el Distrito Metropolitano de Granada hay 39 MIR y la oferta no llega a la decena de contratos.
A juicio de los residentes, la falta de personal en atención primaria no ocurre porque falten graduados en Medicina, sino por una “mala gestión, planificación y organización de los recursos”. La situación actual de falta de especialistas de Medicina de Familia y Comunitaria “en los centros de salud de España y, en particular de Andalucía, debería haberse atajado hace décadas, dado el coste de tiempo que supone la formación”, apuntan.
Por otro lado, estos residentes aseguran que se les está pidiendo que firmen “sin saber lo que van a firmar”. Es decir, denuncian la falta de información y el hecho de haberse enterado de este plan hace tres días. “La convocatoria que se lanzó por medios de carácter informal -a través de WhatsApp, dicen- y que ellos mismos definen como opaca, falaz y engañosa”. Las unidades docentes, las que tienen la última palabra para que las rotaciones externas permitan a los MIR trabajar este verano “no saben qué decir al respecto”.
Una rotación externa, que está planteada para que los profesionales aprendan de otras especialidades en otros centros distintos al que habitualmente frecuentan, se debe aprobar a través de un trámite en el que la unidad docente y los Servicios Centrales tienen que dar el visto bueno, pero eso no ocurre en el último año de MIR porque se prioriza el que los médicos residentes estén en el centro de salud. “¿Es esta la única grieta para cubrir la escasez de médicos en verano?”, se preguntan.
“Un acto único teñido de opacidad y falta de transparencia. No se aclaró en ningún momento ni el lugar de dicha oferta ni las condiciones. Se habló de ”áreas“ en donde algunas de ellas podían tener una dispersión de más de una hora entre un consultorio y otro”.
“Caos” en el proceso
Desde la Consejería de Salud evitan profundizar en las protestas de los MIR, pero niegan que se esté produciendo ninguno de los escenarios que denuncian. Por su parte, fuentes de la mesa sectorial no descartan que haya problemas “legales” a la hora de aplicar estos contratos. “Las unidades docentes tienen la última palabra y algunas están planteándose no aprobar las rotaciones”. De los cinco sindicatos presentes en la mesa, tan sólo el Sindicato Médico Andaluz (SMA) ve “positivo” que se les haga estos contratos a los médicos residentes, pero, como el resto, creen que hay “falta de control” y “caos” en el proceso.
Otro de los puntos de fricción tiene que ver con los incentivos que reciben estos MIR. La Junta propuso en primer lugar 250 euros para aquellos que roten en zonas de difícil cobertura y tras la mesa sectorial celebrada el jueves, Salud ha decidido subirla a 500. Sin embargo, sindicatos como CCOO y UGT proponen que esta cuantía se eleve a los 1.000 euros y que se le dé indistintamente a todos los MIR, independientemente de si son empleados en zonas de difícil cobertura o no.
De fondo, prevalece el malestar de los sindicatos porque la Consejería haya seguido adelante con una propuesta que no se ajusta a la normativa y que, de paso, pone en el foco el hecho de que Andalucía sigue contratando a médicos que o bien no tienen la especialidad o no la han acabado. Según cifras del portal de transparencia, el Ejecutivo de Moreno ha hecho 3.000 contratos de este tipo en lo que va de 2024.