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Inteligencia artificial pone a prueba al sistema educativo

Para quienes trabajamos en el sistema educativo, especialmente con jóvenes, la discusión sobre la inteligencia artificial (IA) no puede posponerse.

La IA tiene el potencial de revolucionar la educación de varias maneras, entre estas, adaptar los contenidos a las necesidades de cada estudiante, lo que posibilita una mayor inclusión en las aulas, donde avancen a su propio ritmo.

Herramientas como los tutores inteligentes brindan apoyo adicional al estudiantado para los trabajos extraclase, ayudan a resolver dudas y refuerzan conocimientos. Además, el docente se libera de las tediosas gestiones administrativas y puede centrarse en la enseñanza, mejorar la mediación pedagógica y el desarrollo de la comunidad estudiantil.

No obstante, la IA también presenta riesgos. La revista Nature Human Behaviour examinó los efectos de las pantallas en los niños y los adolescentes. La investigación incluyó los resultados de 2.451 estudios y casi dos millones de participantes menores de 18 años y encontró un desmejoramiento en las habilidades de lectoescritura y una relación entre el uso de las redes sociales y la depresión.

Según una nueva investigación publicada en Psychiatry Research: Neuroimagen, el uso excesivo de teléfonos inteligentes por los adolescentes está asociado a una adicción con serios efectos en sus habilidades cognitivas y una alteración de las redes cerebrales implicadas en el control cognitivo y las funciones ejecutivas.

¿Será este un factor que incide en los pobres resultados que arrojan las Pruebas Nacionales y las PISA en habilidades de lectoescritura?

Además, Mariano Sigman y Santiago Bilinkis, en su libro Artificial: la nueva inteligencia y el contorno de lo humano, exponen que la dependencia de herramientas de IA es causa de sedentarismo cognitivo, concepto que ellos acuñaron para describir la pérdida de habilidades críticas como la memoria y el pensamiento analítico. Ambos autores destacan la importancia de la memoria en la inteligencia y proponen volver a la oralidad en los procesos evaluativos.

Otro elemento que debemos considerar es la ética en el uso de la IA en la educación, por cuanto implica la recopilación de grandes cantidades de datos personales. Es crucial asegurar que esa información se maneje de manera honesta y segura para proteger la privacidad de los estudiantes y evitar su utilización para desprestigiar a sus pares, tal como está sucediendo en lo que se conoce como la pornovenganza.

Para potenciar los beneficios de la IA y mitigar sus riesgos, es necesario un enfoque equilibrado y reflexivo. Los docentes deben recibir una formación adecuada acerca del uso de herramientas de IA, que incluya no solo cómo utilizarlas, sino también cómo integrarlas en el currículo de manera eficaz y ética.

Las autoridades educativas deben desarrollar marcos regulatorios que aseguren un uso pertinente en la educación para evitar caer en prohibiciones autoritarias. El de la Unión Europea puede servir como referencia; pero Suecia, en una posición más radical, prohíbe la IA en aulas.

Las actividades de aprendizaje deben estar diseñadas para promover habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad, utilizando la IA como un apoyo y no como un sustituto del proceso educativo.

ottosv@gmail.com

El autor es psicólogo y doctor en Educación con amplia experiencia en atención de la infancia y adolescencia, especialmente para la inclusión educativa y social.

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