La lucha por victorias en la Fórmula 1 está que arde.
McLaren ya hace carreras que ha demostrado que ha alcanzado a
Red Bull. Y
Mercedes puede haberlo confirmado en
Silverstone. Max
Verstappen se encargó de enmascarar que ya no tiene el coche dominador desde Miami con un pilotaje estratosférico en
Imola, Canadá y Barcelona. En Austria iba por ese camino pero la cita acabó con su polémico accidente con
Norris. Max tiene que pilotar al filo de la navaja si quiere ganar cada semana. Y así, presionado por la velocidad de
McLaren y Mercedes, es mucho más fácil cometer errores. Los cometió en Austria tras el fallo en boxes de su equipo. Y en la clasificación de
Silverstone llegó algo difícil de ver en Max: una salida de pista en condiciones delicadas, con pista húmeda y gomas de seco. Se salió a la grava y dañó el suelo del coche. Eso explica que
el líder del Mundial tenga que salir este domingo en Silverstone desde la 4ª posición sin haber podido pelear por una pole que muchos creían que sería para Norris, pero esta vez tampoco acertó Lando. Russell le robó la cartera a todos de forma sorprendente.
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