World News

Muere a los 82 años el poeta José María Álvarez

Abc.es 
José María Álvarez se creó una personalidad consagrada a hacer de la cultura y de la vida un todo inseparable. Perteneció a la generación de los 70, en concreto a ese grupo dentro de ella que José María Castellet denominó ' Los Novísimos '. Reunió toda su poesía en el monumental ' Museo de cera ', que podemos leer como la vasta enciclopedia de un hombre afanado por apurar los placeres y los venenos de los días, por dejar las huellas de una biografía construida a partir de sueños, vidas, viajes, ciudades y cuerpos, personajes históricos que se confunden con el yo real. No sé si la crítica española está a la altura de lo que ha supuesto la escritura novísima. Encerrada en dos o tres fórmulas que se repiten de un estudio a otro, la poesía novísima fue algo más que un friso parnasiano. Es interesante observar hasta qué punto, por ejemplo, fue una poesía más biográfica de lo que se piensa y cómo en ella la creación de personajes, de máscaras vitales la dotan de una complejidad que va más allá de lo meramente confesional. José María Álvarez huyó de lo puramente confesional para hacerse un poeta biográfico, hizo de la biografía, del diario personal encerrado en el poema, una parábola de placeres, un atlas de pasiones, un tratado de geopoética con el Mediterráneo al fondo. Fue un poeta que creyó que la cultura nos hacía intensificar la vida, hacer de la experiencia algo más alto, más vastamente verdadero, pero creyó, como sucedió en 1914, que la cultura también podía dejarse seducir por los monstruos. Fue un hombre, por eso, de opiniones contundentes, quizá porque sentía una infinita melancolía por este tiempo nuestro, porque, a un espíritu refinado como el suyo, cualquier ola de vulgaridad le parecía un retroceso histórico y un lamentable espectáculo espiritual. Se definía como un viejo liberal que no llegaba a comprender ciertas nostalgias ideológicas hacia los totalitarismos del siglo XX (el comunismo, el fascismo) y defendía, como se desprende no solo de sus poemas, sino también de sus novelas y sus ensayos, una literatura de la celebración. Sumergirse en su 'Museo de cera' es hacerlo en una cartografía de vitalismos y de descubrimientos para el lector, pero sobre todo, en una cartografía de emociones. José María Álvarez no abandonó nunca la idea de emocionar con sus versos, por eso fue un poeta cuya dimensión no dejará de crecer cada vez que queramos leer algo que nos salve de tantas grisuras diarias. No hay mejor destino para un poeta que ese: poder iluminar el mundo y ser una tabla de salvación. Ahora que ya está entre nosotros solo con la voz de sus libros, podemos decir que el sentido, la fuerza de sus poemas fue grande, tan grande que toda su obra fue su mejor autorretrato.

Читайте на 123ru.net