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Una vieja deuda con Marbelia e Hilda

El 18 de diciembre de 2023, revelaron aquí Marbelia Acosta Ríos e Hilda Veliz Varona, dos señoras de la tercera edad, que llevaban 20 años esperando que se reparara el edificio donde residen: una en planta baja y la otra en primer piso, en calle 12, No. 307, entre 13 y 15, en el municipio habanero de Plaza de la Revolución.

Decían que apenas lo hecho fue la demolición en el primer trimestre de 2022 de la vivienda del segundo nivel. Y debió asumirse de inmediato la impermeabilización de lo que resultó la cubierta del primer piso. No se hizo, pues la Dirección Municipal de Vivienda (DMV) alegó no tener presupuesto para eso ni para reparar el maltrecho inmueble.

Se les incluyó en el presupuesto de 2023. Pero en ese año lo que se hizo fue solo la impermeabilización de la cubierta, concluida en mayo con pésima calidad, pues las filtraciones llegaban hasta la planta baja.

Las dos vecinas informaron al Departamento de Inversiones de la DMV. Y en agosto de 2023, la brigada que realizó el trabajo fue hasta allí, quedó en retornar… y no volvió más.

Contaban ellas que en 2023 reclamaban la reparación del edificio. Y en junio de ese año, tras cambios en la Dirección del Departamento de Inversiones de la DMV, se les informó que no se podía hacer, pues todo el presupuesto se había empleado en el Plan Imagen, por orientaciones del Gobierno provincial de La Habana.

«¿Cómo es posible que se nos falte el respeto de esa manera, decían, después de tantos años de engaños y desidias, de incontables visitas que nos hacen tener un historial inmenso de recorrido por diferentes entidades?

«Nuestro caso lo hemos tramitado en todas las instancias de Gobierno, Partido municipal y provincial, Fiscalía y Consejo de Estado. Nos preguntamos a qué entidad recurrir, si usted eleva su queja a niveles superiores y le responden que recibiremos la respuesta de la misma entidad de la cual nos estamos quejando».

En 2018 las dejaron con todas las pertenencias recogidas para albergarlas y asumir la demolición y posterior reparación del inmueble. Y nunca más se acordaron. Continuó la caída de trozos de las columnas. Estuvieron albergadas dos años en un centro deportivo. Y después en una casa de tránsito. En agosto de 2023 solicitaron por última vez una entrevista con el Intendente municipal, infructuosamente.

«Duele, lastima y deprime esta situación, decían. Nos sentimos impotentes al ver que se invirtió en una demolición bien hecha, y en una mala impermeabilización. Si las filtraciones siguen, en cualquier momento el inmueble colapsa y se desploma. Después, lo convertirán en un parque, y usted siente un dolor intenso cuando ve que fueron viviendas que pudieron ser reparadas oportunamente.

«Si hemos ido año tras año a todos los niveles, desde la base hasta el nacional, ¿a quién tenemos que dirigirnos para que se solucione nuestra situación? ¿A quién le duele y quién responde por el gasto que se hizo en demolición e impermeabilización, para que después, por la demora, haya que demoler el inmueble completo?», concluían.

Nunca la DMV respondió esta queja aquí. Y ahora ellas escriben de nuevo. Cuentan que el 22 de febrero de 2024 se entrevistaron con el jefe del Departamento de Inversiones de la DMV, quien les informó que en la primera quincena de marzo las visitarían los constructores y la técnica. El 28 de marzo aún no las habían visitado, y ellas se presentaron en la DMV. Les comunicaron que la siguiente semana las visitarían, y que, además de hacer un nuevo dictamen técnico, se trataría la cuantía de pago. Luego hubo cambio en la Dirección de ese Departamento.

El 2 de mayo tampoco pudieron ver a la nueva jefa de Inversiones, pues estaba recibiendo el departamento. Y la técnica les dijo que las visitarían la semana entrante. Volvieron el 14 de mayo porque nadie las visitaba, y les presentaron a la persona que se encargaría de llamarlas.

El 22 de mayo solicitaron un despacho con la Directora Municipal de la Vivienda. Y al no llamarlas en los días siguientes, volvieron a presentarse. Y les informaron que ella tenía problemas familiares. Volvieron el 30 de mayo al Departamento de Inversiones y les comunicaron que hasta ese momento no había definición por parte de la fuerza constructora, pues no respondían las llamadas que se les hacían.

«Ya concluye junio y no tenemos respuesta, afirman. Y estamos en el plan de 2024. Hemos visitado y vuelto a visitar dicha entidad. Si no vamos a averiguar no nos llaman. Y según pronósticos, esta temporada ciclónica será muy activa. ¿Hasta cuándo hay que esperar? ¿Hasta que se derrumbe? ¿Y nosotros qué vamos a hacer a nuestra edad? No tenemos tiempo para esperar 20 años más», termina.

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