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Garamendi asegura que la reducción de jornada "equivale a regalar 12 días de vacaciones pagadas por la empresa"

“Parece que estamos entrando de nuevo en la negociación”. Con esta frase, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha abierto la puerta a un posible acuerdo en el seno del diálogo social sobre la reducción de la jornada laboral, sin avances significativos desde que comenzaran las conversaciones en enero. Durante su intervención al cierre de la Asamblea General de la Confederación, el líder empresarial ha señalado que seguirán “sentados, hablando y planteando temas” pero no ha desvelado aún cuáles son sus propuestas. “Yo no voy a los medios de comunicación a contar qué es lo que estoy negociando, que lo hagan otros”, ha afirmado, a la vez que ha advertido al Gobierno de que no aceptará “ultimátum ni trágalas”.

Pese a este aparente acercamiento, Garamendi se ha mostrado muy crítico con el Ejecutivo, al que ha acusado de “cambiar las reglas del juego en mitad del partido”. Ha puesto como ejemplo la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales, que se había dejado de lado con la reforma laboral pero que el Gobierno recuperó en el Congreso, o la propia reducción de la jornada laboral. “No nos sentimos concernidos con los acuerdos políticos de otros”, ha señalado en referencia al compromiso de la coalición progresista de implementar la jornada semanal máxima en 37,5 horas para 2025.

Con todo, Garamendi ha señalado que siguen “dispuestos a dialogar en una mesa de negociación” pero “no a decir a todo que sí”. “No hay nada más democrático que decir que sí cuando se quiere decir que sí y que no cuando se quiere decir que no”, ha indicado. Además, ha criticado que los sindicatos estén “negociando algo diferente a lo que firmaron”, en relación al Acuerdo Estatal de Negociación Colectiva, que incluía una subida de salarios del 3% en 2024 y 2025. “Cuando trabajamos un acuerdo, tenemos en cuenta los salarios, pero también las horas”, ha defendido.

La CEOE ha calculado que esta reducción de jornada, que afectaría a casi 13 millones de personas trabajadoras, supondría “regalar, casi por decreto, 12 días de vacaciones pagadas por la empresa al año”.

Garamendi ha sacado pecho por los datos de empleo y ha señalado que pese a que “han aumentado los costes”, con el aumento del salario mínimo y el mecanismo de equidad intergeneracional, las empresas españolas siguen contratando. Sin embargo, ha advertido, “algún día el ministerio de Trabajo tendrá que dar cuenta de un deterioro del empleo y explicar por qué las empresas ya no contratan como antes”. En esta línea, el líder de la patronal ha vuelto a insistir en una vieja idea, que sean los trabajadores quienes ingresen sus cotizaciones, para que se vea “cuál es el coste real del empleo”. Los pagos a la Seguridad Social y el IRPF ya figuran en la nómina.

Garamendi, que a preguntas de los periodistas ha señalado que “no habla de política” ni “va a contestar preguntas sobre política”, había acusado minutos antes al Ejecutivo de “gobernar contra las empresas, contra el país y contra los ciudadanos” y había reclamado “estabilidad política, seguridad jurídica y estabilidad regulatoria” para generar “confianza”. Además, ha indicado que echa “de menos la moderación”. “Por encima de todo somos moderados”, ha asegurado.

El tono entre la CEOE y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se había elevado en las últimas semanas, aunque esta ha hecho este lunes una nueva propuesta a los empresarios, para atraerlos al acuerdo tripartido para la reducción de jornada. La semana pasada, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, el otro interlocutor con las empresas, había acusado al Gobierno de “atacar la libertad y la dignidad empresarial” y de adoptar “tesis comunistas”. Y el propio Garamendi había tildado de “monólogo social” las negociaciones con sindicatos y Trabajo y había afirmado que pediría que se revierta la medida cuando cambie el Gobierno.

Garamendi se ha mostrado también crítico con la propuesta de Conpyme de sentarse a negociar con el Gobierno si la CEOE y Cepyme no hacen ninguna propuesta. “Entiendo que para algunos sea más cómodo no tenernos en la mesa, porque no somos amiguetes de nadie”, ha dicho. El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, había descartado este mismo lunes esa posibilidad: “La composición del diálogo social es la que es y la componen las organizaciones más representativas de este país”.

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