Los únicos países de Sudamérica que serían inhabitables en 2050 junto a ciudades de Estados Unidos y México
La NASA ha advertido sobre las devastadoras consecuencias del cambio climático y advierte que varias regiones del mundo, incluyendo países de Sudamérica, podrían volverse inhabitables para 2050 y 2070.
El cambio climático es una realidad ineludible que amenaza la vida de diversas regiones del planeta. La NASA ha lanzado una alerta sobre la posibilidad de que ciertas áreas, especialmente en Sudamérica, se vuelvan inhabitables entre 2050 y 2070. Este panorama sombrío afecta a estas naciones, pero también a varias partes de Estados Unidos y México, donde el aumento de temperaturas y niveles extremos de humedad podrían convertirlas en zonas inhóspitas.
Con avanzados satélites para analizar los recursos planetarios y comparando imágenes de décadas anteriores, la NASA ha identificado los riesgos que enfrenta nuestro mundo. El índice de bulbo húmedo, que combina temperatura y humedad del aire, es el indicador clave utilizado por los expertos para medir el estrés térmico que el cuerpo humano puede tolerar. Este señala que un valor superior a 35 °C podría tener consecuencias mortales y resalta la urgencia de tomar medidas drásticas para mitigar el cambio climático.
¿Cuáles son los únicos países de Sudamérica que podrían ser inhabitables en 2050?
En Sudamérica, la situación es especialmente alarmante. Brasil encabeza la lista de países sudamericanos que podrían ser inhabitables en 2050. Las proyecciones indican que las regiones tropicales y subtropicales de este gigante país experimentarán niveles críticos de temperatura y humedad, lo que hará extremadamente difícil la vida humana. Esta combinación de factores podría llevar a un aumento en el riesgo de golpes de calor y otros problemas de salud graves.
Pero la nación brasileña no está sola en esta crisis climática. Otros sudamericanos como Argentina, Paraguay, Perú, Bolivia y Chile también enfrentarán serios desafíos. Estos países ya están viendo una decadencia en la calidad de sus tierras y recursos naturales debido al calentamiento global. La NASA señaló que estas naciones podrían ver un deterioro aún mayor si no se implementan medidas inmediatas y efectivas para combatir el cambio climático.
¿Qué pasará con algunas ciudades de México y de Estados Unidos en 2050?
La situación no es menos grave en otras partes del mundo. En México, las regiones fronterizas con Estados Unidos serán altamente perjudicadas. Las ciudades del sur estadounidense, especialmente aquellas en los estados de Arkansas, Missouri e Iowa, están en riesgo de enfrentar niveles críticos de temperatura y humedad en los próximos 50 años.
En Asia, países como Pakistán e India también enfrentarán olas de calor severas y niveles peligrosos de humedad. Estas condiciones afectarán la calidad de vida y podrían tener impactos devastadores en la agricultura y la economía de estas regiones. El Golfo Pérsico y las áreas costeras del Mar Rojo también están en la mira, con proyecciones que indican temperaturas y niveles de humedad extremos.
¿Qué pasaría en 2070, según la NASA?
La situación se torna aún más desalentadora al considerar las proyecciones para 2070. Según la NASA, varias regiones de un país de Sudamérica, así como el este de China y partes de Estados Unidos, podrían volverse inhabitables. En China, las ciudades densamente pobladas podrían enfrentar condiciones extremas de calor y humedad, lo que pone en peligro la vida de millones de personas.
En Brasil, la mayor nación sudamericana, algunas regiones podrían alcanzar niveles de temperatura y humedad extremadamente peligrosos, lo que haría que estas áreas sean inhabitables. La NASA subraya que este fenómeno es resultado directo del aumento de los niveles de gases de efecto invernadero.
¿Cuáles son las advertencias de la NASA?
La NASA hace un llamado urgente a la acción. La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es crucial para mitigar los efectos del cambio climático y prevenir que estas proyecciones se conviertan en realidad. Además, es esencial desarrollar estrategias de adaptación y resiliencia, de tal modo que mejoren las infraestructuras para soportar condiciones extremas y educar a la población sobre los riesgos y las acciones necesarias.