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Arquitectos y abogados piden un debate tranquilo sobre permitir más altura en los edificios de Córdoba

Abc.es 

Compacta o armoniosa, sostenible o extensa, fiel a su impronta y con necesidades de suelo o con la posibilidad de aprovechar mejor el terreno edificable. El debate que abrió el lunes la Asociación de Constructores de Córdoba (Constructor) de conseguir que se puedan edificar más de seis plantas en la ciudad no es sólo una cuestión económica y de aprovechamiento del suelo en que se puede levantar un edificio, sino en bastantes formas un debate sobre el modelo de la ciudad. Así lo piensan los arquitectos y los urbanistas al hablar sobre una propuesta a la que el alcalde de Córdoba, José María Bellido , no se ha negado. Antes bien, cree que puede ser el momento propicio para hablar de ello. Alguien que sabe de hacer edificios de mayor altura es Rafael Castelló , autor de la Torre del Agua, la construcción residencial más alta de la ciudad, que se pudo autorizar por construirse no en suelo urbano en aquel momento, sino en terreno urbanizable . El asunto, explicó, «es complejo», y lo trata con calma: «En principio no me parece mal, pero no puede ser generalizado ». Es decir, igual que la Torre del Agua está en la intersección entre Arroyo del Moro, Cañito Bazán y la carretera de Trassierra , sería cuestión de «determinados sectores de crecimiento que por situación y por continuidad de la ciudad lo demanden». No, desde luego, en la Sierra, ni tampoco en las cercanías del Casco Histórico , donde sí podría distorsionar la altura con la estética de la ciudad y con su proporción. Sin embargo, el arquitecto tiene argumentos para pensar que la edificación con mayor altura puede ser buena para Córdoba después de «analizarlo pormenorizadamente ». «La ciudad debe ser lo más compacta posible, principalmente por el aspecto medioambiental, y eso puede conseguirse con mayor densidad», dijo. Por supuesto que la construcción en altura debe hacerse con «todos los estándares legales de bienestar , como zonas verdes », pero puede ser buena, porque los edificios con más altura redundan en que haya menos trayectos y que la ciudad esté menos dispersa «porque todo esté más cerca». «La dispersión consume más esfuerzos», afirmó Rafael Castelló. Otro arquitecto, Luis García de Viguera, coincide con su análisis, pero también insiste en que la situación se analice con tranquilidad. «Estoy de acuerdo con lo que ha dicho el alcalde de que podría ser el momento para abrir el debate », recordó, pero abrir el debate tiene que ser para analizar, poner los argumentos y después decidir con tranquilidad. Como Rafael Castelló, cree que eso es posible sobre todo «en las zonas de expansión de la ciudad», donde los barrios todavía se están construyendo y no están consolidados. Se podrían hacer más alturas, sí, pero ya se han hecho, en ocasiones, y él participó en el Plan de Reforma Interior (PERI) de Fuente de la Salud , en que se construyó un edificio con siete plantas, además de la baja y de un ático. Los promotores de este edificio situado entre Valdeolleros, la Asomadilla y el Barrio del Naranjo consiguieron la licencia para levantarlo «y tampoco es que tenga una altura que sea excesiva». Tuvo «gran debate en la Gerencia Municipal de Urbanismo», pero ahora es un edificio emblemático de las nuevas construcciones en la ciudad. Insistió en que hablar de la posibilidad de hacer edificios más altos puede ser buena en la Córdoba actual: «Hay que abrir el debate». No es algo extraño en otras ciudades próximas. Por ejemplo, Luis García de Viguera habló de lo que está sucedido «en el ensanche de Huelva , que está muy bien ordenado», y donde puede haber construcciones de hasta doce plantas. Sus argumentos son los mismos que los que muestran los demás profesionales: «Si se hacen edificios más estrechos y más altos, la calidad de la vivienda aumenta, y lo que se ha hecho es precisamente eso, viviendas con mejor calidad, así que los que viven allí están encantados ». También lo había elogiado Rafael Castelló , que había recordado cómo el edificio tiene zonas verdes y equipamiento que hace que sus residentes tengan la misma calidad de vida de cualquier otro lugar de Córdoba. El debate no sólo tiene que ser para arquitectos, sino también para abogados expertos en urbanismo , porque la construcción y la ordenación de una ciudad se rige por un estricto procedimiento legal controlado por varias administraciones. Para Cecilio Valverde, el debate de construir más de seis plantas y la baja en la ciudad es un contaste entre dos modelos distintos. El actual, el del actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) persigue un modelo que llamó «la ciudad difusa », pero eso significa «ocupar más suelo, mayores costes de urbanización» y también que el precio de la vivienda se encarezca. Es menos sostenible «que un edificio con diez, doce o catorce plantas». También vio factores a favor del modelo actual, en que los edificios no pueden ser demasiado altos: «Pasear por las calles es más agradable, hay menos presión con edificios más bajos, pero la vida cambia». También debe tener relación con el entorno y con la anchura de la calle. No en vano, recordó cómo la imagen de la ciudad desde el exterior es de una ciudad con edificios muy altos, y eso puede ser difícil de asumir. Quien menos a favor se mostró fue el decano del Colegio de Arquitectos, Juan Eusebio Benito , que apeló para oponerse a «la imagen urbana y a un plan general que está bien concebido», a su juicio. No le parece mal que haya «un hito de vez en cuando», como ha podido ser la Torre del Agua o el edificio de Fuente de la Salud, pero «sin ir más allá». «La imagen urbana está muy definida desde el plan de 1958 y me gusta», insistió el máximo responsable del organismo colegial, que sí habló de que se puede modificar «la edificabilidad y un número de viviendas determinado». Su opinión, resaltó, es personal, pero cree que es la que comparten muchos colegas. Sobre ello había hablado también Francisco Paniagua , exgerente de Urbanismo en Córdoba, que cree que no hay «ningún motivo» para que el Plan General recoja que los edificios de viviendas no puedan tener más de seis plantas y la baja. Es más, para ciertos lugares puede ser una solución que ayude a superar los problemas. Puso como ejemplo Ciudad Jardín , un barrio con mucha actividad hace décadas y que ahora está «deprimido» . Construir edificios más altos puede ayudar a dar «más valor», al hacerlos más atractivos para promotores que quieran hacer nuevas viviendas que hagan que Ciudad Jardín vuelva a ser atractivo para vivir. Para él, se trata únicamente «una cuestión de voluntad política », y esta frase enlaza con otra de las preguntas que tienen que responder los arquitectos y urbanistas: la de cómo llevar a cabo este cambio. El abogado Cecilio Valverde admitió que «modificar el plan general sería bastante complejo», porque tiene muchos trámites en el Ayuntamiento y después debe pasar por la aprobación autonómica. Eso puede traducirse en años, aunque también cree que es posible si después del debate actual sale el acuerdo de permitir edificios más altos. Rafael Castelló, el autor de la Torre del Agua, cree que podría realizarse en el marco de desarrollo del Plan General de Ordenación Municipal , que es el nombre que recibe este documento en la ley urbanística de Andalucía, conocida como la Lista. Este nuevo marco ya ha hecho posible un cambio en la forma de contemplar el fenómeno de las parcelaciones irregulares, por ejemplo, y ha permitido que tengan un calendario para ser legales. Luis García de Viguera también cree que «sería necesario un nuevo plan, y ahora que se está redactando el nuevo PGOM tendría que ir a través de él, que sería la herramienta adecuada». Volvió a hablar del tema este martes el alcalde, José María Bellido , quien aseguró que la «cualquier cambio, que puede ser positivo, requiere que hagamos un esfuerzo previo de consenso , es decir, si esa propuesta se debe sacar adelante o no, será algo que tengamos que discutir entre todos, entre los grupos políticos que conforman el Pleno, que tendrán algo que decir», y «también el conjunto de la sociedad». Así, la tomarán en consideración porque llega de Construcor , «que ha demostrado ser muy seria y muy leal a la ciudad». Vendría, en cualquier caso, a cambiar en algo «una imagen muy consolidada de la ciudad» y es que su altura esté marcada por sus edificios antiguos, como la torre de la Mezquita-Catedral . La norma la rompen construcciones de mucha altura que son excepciones, como el Hospital Provincial, el edificio de usos múltiples de Tomás de Aquino o la Torre del Agua.

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