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El automóvil español se hizo con el primer lugar de la balanza comercial en 2023

Abc.es 

Cuando se trabaja con cifras estratosféricas, es fácil perder la referencia y no entender realmente la magnitud. Es por ello que las comparaciones son una herramienta útil. En 2023, los fabricantes de automoción ingresaron 78.154 millones de euros, un 11% más que en el ejercicio anterior. Estos se tradujeron en una recaudación para el Estado de 39.514 millones de euros, suficientes para pagar el presupuesto conjunto de los ministerios de Defensa, Transporte y Transición Ecológica, y que sobrase un excedente de 4.000 millones. Uno de cada diez euros de los que dispone el Gobierno en sus presupuestos fue generado por la industria de automoción. Esto, a juicio del director general de la organización, José López-Tafall , es argumento suficiente para que la Administración vuelque los recursos necesarios para acelerar la transformación de nuestro país en «un referente de la movilidad electrificada». «No estamos pidiendo limosnas», afirmó en la presentación del informe anual que elaboran, «sino que se nos tenga en la consideración proporcional en la que participamos en la economía española». El año pasado fue «quizás, la coyuntura más positiva que tuvimos desde la pandemia, aunque se mantuvieron algunos problemas estructurales, como la inflación o el coste de materiales», señaló López-Tafall. «Además, se dieron puntualmente alguos problemas con la cadena logística y, aún así, conseguimos los mejores resultados en producción y demanda, aunque seguimos lejos de los resultados de 2019». En 2023, se fabricaron 2.451.243 vehículos en nuestro país (+10,4%), lo que nos situó en octava posición de la clasificación global, entre México (4 millones) y Brasil (2,3). En términos de matriculaciones, se vendieron 1.127.868 –contando vehículos comerciales y pesados–, un 17,6% más. Estas cifras son un 13% y un 24% menores a las registradas en 2019, con indicadores que Anfac considera «sanos»: entre 1,2 y 1,3 millones de ventas de turismos y 2,8 millones de producción. El automóvil se ha convertido en el bien más importante en la balanza comercial, por encima de los alimentos. En 2023, su aportación a la balanza comercial fue un saldo positivo de 18.842 millones de euros, con más de 90 países recibiendo los modelos hechos en España. De hecho, de los 2,4 millones de vehículos que salieron de las líneas de montaje patrias, el 90,2% (2.211.467) fueron a parar al extranjero. 2023, además, estuvo marcado por la presión por seguir avanzando en la descarbonización. «El sector no cuestiona los objetivos de Europa, pero nos estamos esforzando por encontrar una manera de cumplirlos y por encontrar una velocidad de crucero». Según la asociación, los planes Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC) ha sido positivo para atraer inversiones y potenciar la industria pero , en palabras de Wayne Griffiths, presidente de Anfac, «la política industrial española tiene que ir más allá de estos programas y priorizar el despegue de la infraestructura de carga en el país». Desde Anfac afirman que no se aprovechan recursos como las energías renovables con las que cuenta España, que servirían para reducir los costes eléctricos, así como integrar la economía circular en los procesos industriales, en vez de considerarla de forma aparte. Aún así, López-Tafall señaló que «la interlocución con el Gobierno siempre ha sido buena, pero no significa que se hayan producido desencuentros. El problema nunca fue la falta de diálogo, sino la de agilidad». En términos de empleo, el ejercicio pasado se saldó con 58.414 puestos de trabajo directos en el sector, un retroceso del 6,3% con respecto al año anterior. Por su parte, el parque de vehículos sigue envejeciendo, y se saldó con 14,2 años de media. De continuar con esta tendencia, en 2030, este indicador ascenderá a 15,9. Una de las dudas que surgieron, tras las elecciones europeas, es el papel que va a tomar el Gobierno comunitario sobre la protección de su industria. «Hasta que EEUU no tomó acción con su Inflation Reduction Act (IRA), Europa no presentó una política industrial para el automóvil», señaló López-Tafall. Una de las consecuencias es la imposición de aranceles provisionales a los fabricantes chinos de coches eléctricos, que ascienden en algunos casos al 47% –EEUU ha sido tajante y ha impuesto el 100% para todos–. Sin embargo, desde Anfac aconsejan cautela: «el reglamento de Bruselas está muy trabajado y tenemos que esperar a que terminen las negociaciones para tomar una posición al respecto. El objetivo prioritario de España es garantizar que las inversiones que llegan, lo hagan aquí. Europa no puede convertirse en un campeón del proteccionismo, y nuestro país, que exporta el 90% de su producción, mucho menos«. El problema con las marcas chinas, a juicio de López-Tafall, no es que hayan llegado a una penetración elevada, sino el ritmo al que lo han hecho. »Una cosa es evitar distorsiones y otra cerrar el mercado«.

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