El Gobierno trata de quitar importancia al desplante de Carvajal con Sánchez
La resaca de la celebración de la Eurocopa conseguida por la Selección española masculina de fútbol el pasado domingo dejó multitud de imágenes. Las calles de Madrid, abarrotadas con más de medio millón de aficionados, según cifras de la Delegación de Gobierno. Los jugadores no solo saludaron y visitaron a la familia real, sino que también acudieron al complejo de La Moncloa, residencia oficial del presidente del gobierno, Pedro Sánchez. Allí, el líder del Ejecutivo fue saludando uno a uno a los futbolistas y al cuerpo técnico que portaba consigo la copa de los campeones de Europa.
Pero de todo el acto, resaltó una imagen que ya ha copado periódicos, tertulias y comentarios en redes sociales. La desgana con la que uno de los capitanes, Daniel Carvajal, lateral derecho del Real Madrid, estrechó la mano al presidente. Sin mirarle, sin frenar el paso y con el mínimo interés. Una secuencia que se ha considerado un desplante a Sánchez. También ha tenido el mismo recorrido las imágenes del discurso con el que el jefe socialista dio la enhorabuena a los jugadores: varios de ellos apenas aplaudieron, miraron al suelo y sin las sonrisas que habían protagonizado la celebración hasta el momento y que volvieron cuando los jugadores abandonaron La Moncloa para dirigirse al escenario ubicado en la plaza de Cibeles.
Sin embargo, en el seno del Ejecutivo no han querido dar alas al saludo entre Carvajal y Sánchez. Según ha podido escuchar El Chivato, ministros del Gobierno han negado tajantemente cualquier tensión entre el jugador y el presidente; y se han esmerado en recalcar que el ambiente de felicidad y alegría fue constante. Incluso algún ministro ha asegurado que le parecería “incomprensible” que la actitud de Carvajal respondiera a un gesto de menosprecio hacia el presidente.
En los corrillos posteriores a la rueda de prensa del Consejo de Ministros también se ha comentado que el jugador madridista no es el único que mostró nulo interés en saludar al jefe del Ejecutivo. El vídeo que más circuló este lunes y martes no mostraba que el siguiente futbolista en saludar a Sánchez fue Lamine Yamal. Una de las grandes revelaciones del torneo y que distintas figuras políticas de la izquierda, como la cabeza de lista de Podemos en Bruselas, Irene Montero, han aprovechado para ensalzar por su origen africano y como ejemplo de lucha antirracista. El delantero de 17 años del F.C. Barcelona tuvo una actitud más que semejante a la de Carvajal, aunque con mucho menos recorrido mediático.
La reacción de los ministros ha sido la misma: negar cualquier choque o tensión entre futbolistas y el Gobierno. El Ejecutivo se ha esmerado en evitar entrar a un debate político que ha empapado la celebración de la Eurocopa. Líderes políticos como Salvador Illa, secretario general de los socialistas en Cataluña, ha querido utilizar figuras como la de Yamal o Nico Williams: “Cada gol suyo es un gol a la extrema derecha”, aseveró, mientras la actitud de los jugadores con el presidente y el cántico de “Gibraltar es español” —entonado al unísono por todos los jugadores—, también se ha interpretado como una forma de posicionarse a la derecha y ha provocado una queja formal del Gobierno del Peñón: “(...) El canto glorifica la política dictatorial de un asesino en masa como Franco”, ha expresado el primer ministro Fabian Picardo.