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EL HOME RUN MÁS EXTRAÑO EN LA HISTORIA DEL BÉISBOL

El béisbol, deporte de momentos épicos y hazañas increíbles, a veces nos regala episodios que parecen sacados de una comedia surrealista. Uno de estos instantes, que ha quedado grabado en la memoria colectiva de los aficionados, tiene como protagonista involuntario a José Canseco, el slugger cubano-americano conocido tanto por sus poderosos batazos.  

El 26 de mayo de 1993, en el Cleveland Municipal Stadium. Los Rangers de Texas visitan a los Indios de Cleveland. Canseco, con su imponente figura, patrullaba el jardín derecho. El bateador de los Indios, Carlos Martínez, conectó un largo batazo que parece destinado a ser un out rutinario cerca de la barda.

Canseco, confiado, corre hacia atrás para atrapar la pelota. Pero en un giro inesperado del destino, el esférico golpeó directamente en su cabeza como si se tratara de una película, la pelota rebotó hacia arriba, salió del campo y fue marcado como cuadrangular para los rivales.

El estadio estalló en una mezcla de asombro y risas. Los compañeros de Canseco en el dugout no sabían si reír o preocuparse. El propio Canseco, aturdido y confundido, miraba a su alrededor tratando de entender qué acaba de suceder.

Ese momento se convirtió instantáneamente en uno de los clips más reproducidos en la historia del béisbol. Mucho antes de la era de las redes sociales, la jugada dio la vuelta al mundo, apareciendo en noticieros deportivos y segmentos de comedia por igual.

Para Canseco, conocido por su ego considerable, este incidente fue un golpe no solo físico sino también a su orgullo. Sin embargo, con el paso de los años, el pelotero aprendió a abrazar este momento de infamia, incluso bromeando al respecto en entrevistas y redes sociales.

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