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La súbita cancelación de la misión VIPER pone en cuestión la capacidad de la NASA para regresar a la Luna en 2026

Abc.es 

Hace apenas unos días, el pasado 17 de Julio, la NASA canceló por sorpresa la misión VIPER (Volatiles Investigating Polar Exploration Rover), destinada a aterrizar cerca del polo sur de la Luna y pasar 100 días buscando y perforando con su taladro depósitos de hielo. La misión, según explicó Nicola Fox, administradora asociada para la dirección de misiones científicas de la NASA en Washington, fue cancelada por razones exclusivamente presupuestarias, pero llama la atención el hecho de que el rover, que debía viajar a la Luna en 2025, ya está completamente terminado. Hasta el momento, la agencia llevaba gastados en él 450 millones de dólares, y la cancelación sólo servirá para ahorrar otros 84 millones. «Las decisiones como esta nunca son fáciles -dijo Fox-. Pero en este caso, los gastos restantes proyectados para VIPER nos habrían obligado a cancelar o interrumpir muchas otras misiones. Por eso hemos tomado la decisión de renunciar a esta misión en particular». La NASA anunció que otras empresas interesadas podrán comprar VIPER, y que la agencia está abierta a las posibles «expresiones de interés de la industria estadounidense y de los socios internacionales». Pero también dejó claro que si esas ofertas no llegan antes del 1 de agosto el rover será desmontado y sus piezas reutilizadas en otras misiones. Las reacciones a esta decisión no se han hecho esperar, y algunos llegan incluso a dudar de la capacidad de la agencia espacial para cumplir su calendario de misiones tripuladas a la Luna, la primera de ellas retrasada ya hasta 2026, un año después de lo previsto en el calendario original. Lo cierto es que los presupuestos de la NASA se han visto repetidamente reducidos en los últimos años. En este último ejercicio, sin ir más lejos, recibió un 8,5% menos (unos mil millones de dólares) de la financiación solicitada. El Congreso norteamericano, sin embargo, sí que había aprobado la cantidad de 433,5 millones de dólares para que VIPER aterrizara en nuestro satélite y tomara muestras de hielo en los oscuros y fríos cráteres de su polo sur. Pero los retrasos en la construcción del rover y del módulo de aterrizaje comercial que lo llevaría a la Luna retrasaron la fecha de lanzamiento hasta finales de 2025. La cuestión es que la misión ahora cancelada era de suma importancia, especialmente a la luz del más amplio objetivo de llevar humanos al polo sur de la Luna en 2026 como parte del programa Artemis. La NASA planea que los futuros colonos utilicen el hielo de esa región como recurso para obtener agua para beber, oxígeno para respirar y combustible para cohetes, por lo que tener ahora un rover equipado con un taladro que analice el hielo de la región era algo de una importancia estratégica. Por no hablar de que la cancelación de VIPER también podría significar que China, con sus próximas misiones Chang´e 7 y Chang´e 8 al polo sur lunar, previstas para 2026 y 2028, podría conseguir ahora una importante ventaja en la búsqueda y futura explotación de recursos lunares. La NASA, sin embargo, confía que los mismos objetivos científicos de la misión recién cancelada puedan lograrse a través de futuras iniciativas de exploración lunar. El próximo vehículo lunar de la NASA, por ejemplo, diseñado para transportar astronautas de un lugar a otro en la superficie de la Luna, también puede ser operado de forma remota, de modo que podría explorar regiones permanentemente sombreadas cerca del polo sur lunar en busca de hielo. Y otros módulos de alunizaje previstos también podrían llevar instrumentos similares a los de VIPER, y a las mismas áreas. Todo ello dentro del programa CPLS de la NASA (Servicios Comerciales De Carga Útil Lunar), por el que la agencia espacial contrata a distintas empresas servicios de transporte capaces de enviar pequeños aterrizadores robóticos y vehículos de exploración con material científico o de utilidad para los futuros astronautas. Otros programas que también corren el riesgo ser cancelados o reducidos debido a los problemas presupuestarios de la agencia son el telescopio de rayos X Chandra , cuyo presupuesto ha caído ya de los 41,1 millones de dólares en 2025 a sólo 5,2 millones para 2029, o el ambicioso programa Mars Sample Return para traer a la Tierra las muestras de rocas marcianas que el rover Curiosity lleva años almacenando en Marte y cuyo precio, disparado a más de 11.000 millones de dólares, provocó recientemente la ira del Congreso norteamericano.

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