El indie español ciberpunk que te enamorará por su narrativa y sus reflexiones - Recomendación
Creado por el estudio valenciano Deconstructeam, este atmosférico juego de precioso estilo visual te atrapará por su ambientación, unos personajes y diálogos bien trabajados y unas curiosas mecánicas.
Han pasado ya algo más de 6 años desde su lanzamiento original y sigue siendo uno de los videojuegos españoles más interesantes que han surgido de nuestras fronteras. The Red Strings Club, desarrollado por el estudio valenciano Deconstructeam, es una aventura narrativa ambientada en un futuro ciberpunk que te atrapará por su particular historia sobre el destino y las reflexiones acerca de la libertad. Si no lo conoces o todavía no lo has jugado, te contamos por qué deberías echarle el guante.
Publicado originalmente en 2018 por Devolver Digital para PC y disponible más adelante en Xbox One y Nintendo Switch, The Red Strings Club nos traslada a un futuro no muy lejano, en el siglo XXII, en el que la supuestamente altruista corporación Supercontinent Ltd está a punto de lanzar Social Psyche Welfare, un sistema que erradicará de la sociedad enfermedades como la depresión y sentimientos como la ira o el miedo.
En este mundo distópico donde las grandes corporaciones controlan el día a día y el transhumanismo es algo habitual, el barman de un club clandestino, Donovan, y un hacker freelance, Brandeis, decidirán tomar las riendas de su propio camino y enfrentarse a esta supuesta evolución que ellos consideran un lavado de cerebro. Así, con ayuda de una androide empática y otros variopintos personajes, tratarán de poner freno a este plan.
The Red Strings Club se desarrolla ante nuestros ojos como una suerte de novela gráfica en la que los jugadores tomamos diferentes decisiones y trasteamos con mecánicas de lo más curiosas. La mayor parte del título tiene lugar en el club que da nombre al juego, donde conoceremos a todo un elenco de personajes carismáticos con los que charlaremos y reflexionaremos sobre diversas posturas filosóficas, políticas o incluso metafísicas mientras la trama avanza.
Como expertos en el arte de servir copas, tenemos que elaborar por el camino cócteles distintos que busquen tocar las emociones y fibras sensibles correctas de nuestros clientes. De esta manera el guion de la obra fluctuará ofreciéndonos diálogos únicos y senderos alternativos, al tiempo que nos permitirá experimentar con otras situaciones y puzles, como la suplantación de identidades en llamadas telefónicas o la alfarería de mejoras cibernéticas.
Todo ello sucede, como ya hemos dicho, en un mundo futurista de una estética píxel art realmente hermosa y colorida, con diseños y detalles muy cuidados, y alguna que otra estampa para enmarcar. Además, la historia está acompañada de una banda sonora triste y nostálgica a cargo de Fingerspit que le sienta como anillo al dedo al conjunto de la obra.
En líneas generales, The Red Strings Club es un juego que se puede disfrutar si se desea en una sola tarde. Dura alrededor de 4 horas y mantiene un ritmo fantástico. Atrapa, maravilla y te deja pensando. Su dúo protagonista es memorable y la relación entre los demás personajes se sigue con gran interés y no se olvida fácilmente. No todos los días uno puede encontrarse un videojuego como este, por lo que si te gusta el género y quieres sumergirte en su propuesta, no lo dudes. Te sorprenderá.
Han pasado ya algo más de 6 años desde su lanzamiento original y sigue siendo uno de los videojuegos españoles más interesantes que han surgido de nuestras fronteras. The Red Strings Club, desarrollado por el estudio valenciano Deconstructeam, es una aventura narrativa ambientada en un futuro ciberpunk que te atrapará por su particular historia sobre el destino y las reflexiones acerca de la libertad. Si no lo conoces o todavía no lo has jugado, te contamos por qué deberías echarle el guante.
The Red Strings Club: Una aventura ciberpunk para reflexionar y sorprenderse
Publicado originalmente en 2018 por Devolver Digital para PC y disponible más adelante en Xbox One y Nintendo Switch, The Red Strings Club nos traslada a un futuro no muy lejano, en el siglo XXII, en el que la supuestamente altruista corporación Supercontinent Ltd está a punto de lanzar Social Psyche Welfare, un sistema que erradicará de la sociedad enfermedades como la depresión y sentimientos como la ira o el miedo.
En este mundo distópico donde las grandes corporaciones controlan el día a día y el transhumanismo es algo habitual, el barman de un club clandestino, Donovan, y un hacker freelance, Brandeis, decidirán tomar las riendas de su propio camino y enfrentarse a esta supuesta evolución que ellos consideran un lavado de cerebro. Así, con ayuda de una androide empática y otros variopintos personajes, tratarán de poner freno a este plan.
The Red Strings Club se desarrolla ante nuestros ojos como una suerte de novela gráfica en la que los jugadores tomamos diferentes decisiones y trasteamos con mecánicas de lo más curiosas. La mayor parte del título tiene lugar en el club que da nombre al juego, donde conoceremos a todo un elenco de personajes carismáticos con los que charlaremos y reflexionaremos sobre diversas posturas filosóficas, políticas o incluso metafísicas mientras la trama avanza.
Como expertos en el arte de servir copas, tenemos que elaborar por el camino cócteles distintos que busquen tocar las emociones y fibras sensibles correctas de nuestros clientes. De esta manera el guion de la obra fluctuará ofreciéndonos diálogos únicos y senderos alternativos, al tiempo que nos permitirá experimentar con otras situaciones y puzles, como la suplantación de identidades en llamadas telefónicas o la alfarería de mejoras cibernéticas.
Solo hay un único final para la historia, pero a lo largo del juego nuestras decisiones pueden variar muchas situaciones y diálogos.
Todo ello sucede, como ya hemos dicho, en un mundo futurista de una estética píxel art realmente hermosa y colorida, con diseños y detalles muy cuidados, y alguna que otra estampa para enmarcar. Además, la historia está acompañada de una banda sonora triste y nostálgica a cargo de Fingerspit que le sienta como anillo al dedo al conjunto de la obra.
En líneas generales, The Red Strings Club es un juego que se puede disfrutar si se desea en una sola tarde. Dura alrededor de 4 horas y mantiene un ritmo fantástico. Atrapa, maravilla y te deja pensando. Su dúo protagonista es memorable y la relación entre los demás personajes se sigue con gran interés y no se olvida fácilmente. No todos los días uno puede encontrarse un videojuego como este, por lo que si te gusta el género y quieres sumergirte en su propuesta, no lo dudes. Te sorprenderá.