El descubrimiento que explica cómo funciona nuestro cerebro: modifica todos los paradigmas científicos

Un nuevo estudio del CONICET reveló cómo influye el olfato en el aprendizaje y la generación de memoria.

El perfume de un ser querido; el aroma de tu comida favorita o el olor que conduce a la infancia, lo cierto es que el olfato es mucho más que el sentir. este sentido posee un poder único para conectarnos con el mundo que nos rodea y con nuestra propia memoria.

También juega un papel crucial en otros aspectos de nuestra vida. Nos ayuda a identificar alimentos, detectar peligros potenciales y formar vínculos sociales, lo que lo convierte en una herramienta poderosa para la comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

Para qué mas sirve el olfato: lo que se encontró en la investigación

Entender los circuitos neuronales asociados al procesamiento de olores puede aportar nuevos conocimientos para el desarrollo de potenciales tratamientos. (Archivo)

Una nueva investigación llevada a cabo por especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y publicada en Nature Communications, intentó descifrar los circuitos neuronales asociados al procesamiento de olores que da el puntapié para comprender cómo el cerebro procesa la información que recibe del entorno y forma memorias.

Luego de mucho trabajo, el laboratorio de Circuitos neuronales del IBioBA liderado por Antonia Marin-Burgin, halló que el aprendizaje favorece la discriminación de olores en la corteza olfativa, ya que, al incorporar información de diferentes sentidos, mejora el procesamiento de los olores y su relevancia en función del ambiente.

"Después del aprendizaje, las neuronas empiezan a responder también a señales posicionales, contextuales y asociativas, activándose con más de un tipo de estímulo, lo que se denomina con selectividad mezclada. Esto significa que, además de los olores, ahora también codifican información adicional, por ejemplo, sobre el entorno en donde ocurrió el olor", concluyó Marin-Burgin.

Esta integración de señales no olfativas en una zona olfativa permite guardar asociaciones entre olores-ambientes-recompensa en la misma región, lo que genera una mejor distinción de los olores cuando se presentan en el mismo ambiente.

"Es que la corteza olfativa hace más que oler: integra cosas, y al integrar cosas, podría estar ayudando al aprendizaje, porque el aprendizaje es integrar dos o más informaciones", amplió Sebastián Romano, investigador adjunto del CONICET en el IBioBA y uno de los primeros autores del paper.

Importancia del hallazgo: conocer las posibilidades del olfato ayuda a prevenir enfermedades

Esta investigación adquiere rol trascendental ya que diversos trabajos científicos sostuvieron con anterior que una disminución de la capacidad olfativa puede ser un síntoma precoz de enfermedades como Alzheimer o Parkinson.

 "Existen muchas enfermedades neurodegenerativas, e incluso virales, en las que la pérdida del olfato es uno de los primeros síntomas, entonces, entender los circuitos neuronales asociados al procesamiento de olores puede aportar nuevos conocimientos para el desarrollo de potenciales tratamientos", señaló Marin-Burgin.

El trabajo dejó en claro un punto sobre el funcionamiento cerebral: el cerebro integra información desde las primeras etapas de procesamiento. 

"El cerebro procesa la información que recibe del entorno de forma más colectiva y distribuida, no es el cerebro verticalista que creíamos que era", concluyó Sebastián Romano.