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Cienciología, sexo y un divorcio: 25 años de 'Eyes Wide Shut', el rodaje maldito con el que Stanley Kubrick se despidió para siempre

Abc.es 
Stanley Kubrick murió tranquilo. En marzo de 1999, su familia, así como la prensa, la industria y el público, se sorprendió ante el inesperado fallecimiento por un ataque al corazón del prestigioso cineasta, que tenía 70 años. Cuatro días antes, había terminado el montaje de su último largometraje, la controvertida 'Eyes Wide Shut', tras 400 días de filmación ininterrumpida , lo que supone el rodaje más largo de la historia del cine. Este mes se celebran 25 años del estreno de la que Kubrick consideró su mejor película, palabras mayores si tenemos en cuenta que su carrera incluye 'Espartaco', '2001: una odisea en el espacio', 'La naranja mecánica' o 'El resplandor'. El director, que cumpliría 96 años este 26 de julio, cerró su impoluta filmografía con un oscuro thriller erótico que reunió por última vez a Nicole Kidman y Tom Cruise , la pareja de moda de Hollywood desde que conocieran una década antes en otro set. Los actores se divorciaron poco después de aquel rodaje interminable e infernal que puso un amargo espejo frente a su propio matrimonio. 'Eyes Wide Shut' cuenta la truculenta historia del doctor Bill Harford y su infeliz esposa, Alice, quien le confiesa a su marido durante una fría noche de Navidad que un año antes fantaseó con engañarle con otro hombre. Esta confidencia abre una brecha vertiginosa entre los cónyuges, que se acentúa cuando ese mismo día, durante la madrugada, Bill se infiltra en una mansión a las afueras de la ciudad, donde una sociedad secreta celebra un misterioso ritual sexual. Al escapar, el protagonista entra en una espiral de secretos, amenazas y obsesión que pondrá su vida y su matrimonio en peligro. 19 meses después del estreno, Kidman y Cruise firmaron su propio divorcio. Muchos han querido ver en la película un reflejo insoportablemente acertado de su relación o incluso sobre la Cienciología , la polémica religión de la que es confeso seguidor Cruise, y que se ha señalado de forma habitual como motivo de la separación. De hecho, la voluntad de Kubrick de que una pareja real interpretase a los protagonistas no parece casual, pues antes de contratarles a ellos (decisión que tomó tras conocerles una tarde de 1995 en Londres, cuando ella estaba rodando allí 'Retrato de una dama'), tanteó a otro malogrado matrimonio: Kim Basinger y Alec Baldwin. Kidman y Cruise, sin embargo, parecían perfectos. El director no tenía ningún interés en proteger a la pareja, con quienes organizó sesiones de psicoanálisis en las que confesaron sus miedos y complejos sobre su propia relación. Según ella, fue una experiencia «brutalmente honesta» que «difuminó la línea entre realidad y ficción» . Ambos acordaron no revelar nunca los detalles de aquellas conversaciones. Kubrick incluso tensionó aún más la situación, vetando que Cruise estuviera en el set durante los seis días que duró el rodaje de la explícita escena de sexo del personaje de Kidman con otro hombre, e incluso prohibió a la actriz darle detalles a su marido de lo que habían filmado. Respecto a los desnudos de ella, la australiana ha confesado que «no lo hubiera hecho para ningún otro director»: « Era difícil volver a casa con mi marido después del rodaje , pero los dos habíamos decidido que íbamos a dejarnos envolver por su mundo durante aquel año y medio, y eso fue lo que hicimos», confesó recientemente en una entrevista con Los Angeles Times. De todos modos, la actriz ha explicado que Kubrick, antes de ponerle punto y final al montaje de la película, le mostró sus escenas para que pudiera elegir qué quería cortar, en caso de que algo le incomodase. Ella decidió dejar la película tal cual la había editado él. En la mencionada entrevista, la actriz explica también que Kubrick «hacía muchas preguntas» , interesado en las dinámicas que había entre ella y Cruise: «Recuerdo que nos decía: 'Los triángulos son difíciles. Debéis andar con cuidado cuando hay un triángulo, porque uno de los tres siempre siente que confabulan contra él'». La actriz, sin embargo, asegura no haberse sentido dejada de lado durante el rodaje, aunque confiesa que «había algo sobre el hecho de ser mujer» que influía en su trato con el cineasta : «A él le caían bien las mujeres, pero tenía una relación diferente [con Tom Cruise]. Trabajaron mucho más de cerca su personaje [que el mío]». La realidad es que ambos intérpretes se lanzaron a una piscina inmensa e incierta al firmar aquel contrato, el más abierto -aunque extrañamente específico- y con más cláusulas de sus carreras. Entre las condiciones, aceptaban filmar durante el tiempo que Kubrick decidiera, hasta que la obra estuviese completada; de esta forma, no quedarían libres a las diez o quince semanas, como es habitual, si no cuando él quedara satisfecho con los resultados del rodaje, que se terminó alargando más de un año. La pareja pasó tanto tiempo en Londres que, al terminar la película, sus hijos volvieron a Estados Unidos hablando con el característico acento británico y no con el americano. Y ellos, por su parte, regresaron con una obra maestra en sus filmografías... y los papeles del divorcio bajo el brazo.

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