World News

Miquel Travé se queda a una puerta de la gloria

Abc.es 

Un simple toque en la puerta 14, a la hora de remontar, y todas las esperanzas de medalla se esfuman en ese momento. Miquel Travé (La Seu, 24 años) estaba destinado al podio, después de una semifinal maravillosa y una primera parte de final impecable. Pero el eslalon requiere de total concentración y precisión, y el catalán se escora demasiado en una de las remontadas más complicadas del recorrido. Un ligero toque, el brazo hacia arriba del árbitro que suponen dos segundos de sanción, un mundo en una final, la distancia que separa una medalla de plata de quedar quinto, como sucede cuando Travé cruza la meta y se le añade esa fatídica sanción. Como sucediera la víspera con Maialen Chourraut, aquella maldita puerta 2 en el caso de la guipuzcoana, el canal de Vaires sur Marne se muestra cruel con las aspiraciones de los piragüistas españoles. En la zona mixta, rumiando todavía el resultado, en la pantalla gigante de un estadio enfebrecido con la victoria del francés Gestin , Travé hace una pausa, mira hacia arriba y se ve en ese podio que tenía en la mano. Son un par de segundos en los que no dice nada pero su mirada lo dice todo. «Este deporte es así, es cruel, aunque no se puede decir que sea justo o injusto. Es tan técnico que el mejor del mundo puede perder y el peor puede ganar. Y esta vez me ha tocado a mí quedarme fuera del podio por ese error», admite el palista de La Seu. El eslalon tiene 23 puertas y en el caso de Travé, estudiante de violín durante ocho años, sabe que cada una de ellas es una nota a interpretar para que al final del recorrido la música suene perfecta. Lo hizo en las semifinales donde solo el francés pudo mejorar su tiempo, y Travé se llenó de argumentos para una final donde los nervios y el deseo de arriesgar en busca de la gloria puso las medallas más baratas incluso que respecto a los tiempos marcados en la calificatoria. Y Travé volvió a repetir bien las notas, los movimientos, cada paso, cada remontada, hasta que llegó el error fatal. «Estoy jodido, no es fácil estar tan cerca y que se escapa, pero este es el juego y hemos venido a jugar. Hay muchos detalles a controlar y por escasos centímetros me quedo sin podio. Terminar la competición tan cerca es duro, con perspectiva veré que he quedado quinto en mis primeros Juegos, pero ahora mismo duele», admite un palista destinado a ser el referente del piragüismo español. Travé estaba destinado a la piragua. Por mucho que intentara probar con otras disciplinas, por su sangre corrían las aguas del canal de la Seu , construido para los Juegos de Barcelona'92 y que tenía delante de casa. Su padre Xavier compitió y después fue seleccionador del equipo olímpico en Atlanta 96, así que el pequeño Miquel siempre estuvo rodeado de estímulos y de referentes del piragüismo. En 2008, con apenas ocho años, llegó el primer contacto en el club Cadí Canoe Kayak de la Seu. Hasta los 14 años compaginó el piragüismo con el fútbol y sus estudios de violín. Pero cuando hubo que decantarse por una especialidad, las aguas le arrastraron al canal de La Seu y ahí se empezó a formar un campeón. Dos veces campeón del mundo júnior (en C1 y K1) confirmaron su crecimiento. «En La Seu d'Urgell tenemos unas condiciones inmejorables para llegar a un gran nivel competitivo en el piragüismo de eslalon». Por allí han pasado muchos de los mejores especialistas nacionales, como es el caso de Maialen Chourraut o Ander Elosegi , referente de un Travé que ya piensa que los Juegos de Los Angeles 28 serán los suyos.

Читайте на 123ru.net