Una pregunta entre cargos del PSOE: “¿Qué narices pinta Begoña Gómez en los JJ.OO.?”
El panorama para el matrimonio Sánchez-Gómez resulta tan complejo que incluso entre dirigentes socialistas empiezan a surgir dudas. Sobre de la viabilidad de la legislatura, que no acaben de ver clara, pero singularmente sobre la “ejemplaridad” de la pareja que vive en La Moncloa.
Ya hay quien cuestiona en privado “las actuaciones poco estéticas de Begoña Gómez”, como las califica en privado un alto cargo de Ferraz. Aunque, cabe reseñar que el sentir general del partido es que la citación a Pedro Sánchez resulta “un tanto exagerada”.
Muestra de las dudas que están imponiéndose en el partido es el interrogante que ha podido escuchar El Chivato entre cargos y militantes del PSOE. “¿Qué narices pinta ahora Begoña Gómez en los Juegos Olímpicos?”, se preguntan, no sin cierto malestar.
El fin de semana, Pedro Sánchez y su esposa acudieron a la cita deportiva en París, vestidos con la equipación oficial española. Presenciaron las victorias de los españoles Fran Garrigós y Laura Martínez en la competición de judo. Les acompañaba la ministra portavoz, Pilar Alegría, y el Secretario de Estado para el Deporte y presidente del CSD, José Manuel Uribes.
Esa imagen no ha gustado a todos en el PSOE. “Begoña está imputada por tráfico de influencias y corrupción de los negocios, y nosotros criticábamos hace menos de un mes que Pedro Rocha, que también está imputado, representara al fútbol español en la Eurocopa”, comentan varios dirigentes.
Desde algunos sectores del partido han venido argumentando que “la estrategia de victimización no da votos”, como se pudo comprobar en la campaña de las elecciones europeas. A cuatro días del 9-J, Sánchez acudió con su esposa a un mitin, y esa puesta en escena no tuvo ningún reflejo en el resultado electoral, según insisten cargos intermedios del partido.
Entonces, plena tormenta por las revelaciones sobre las actividades económicas de la esposa del presidente, la pareja Sánchez-Gómez irrumpió conjuntamente en un acto electoral en Benalmádena (Málaga) para darse un baño de masas.
El presidente otorgó a su esposa un gran protagonismo, algo que no gustó entonces a la dirección del PSOE. Y es que ella, recuerdan altos cargos de Ferraz, no ostenta ningún cargo institucional ni orgánico.