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Dudas en algunos sectores del mercado mientras la Fed sigue sin recortar las tasas

Obtuvimos lo que esperábamos. La Reserva Federal de Estados Unidos no recortó las tasas pero señaló un importante cambio de postura: de inclinarse por el mandato de la estabilidad de precios, a un equilibrio entre precios y empleo. Esto abre la puerta a unas tasas más bajas si los próximos informes de inflación cooperan.

La apreciación del cambio no requirió, como sucede a menudo, una cuidadosa disección de las respuestas del presidente Jerome Powell en la conferencia de prensa. Todo estaba en la declaración. En la declaración de junio, fue la frase "la tasa de desempleo se ha mantenido baja"; el miércoles, fue "la tasa de desempleo ha aumentado". Los "modestos avances adicionales" en materia de inflación se convirtieron en "algunos avances adicionales". Lo más evidente de todo es que un comité que estaba "muy atento a los riesgos de inflación" ha pasado a estar "atento a los riesgos para ambas vertientes de su doble mandato".

Semana clave para la Fed: cuándo será el primer recorte de tasas

La rentabilidad del bono del Tesoro a dos años, amigo indispensable de los observadores de la Fed, confirmó que esta postura suponía un alivio, bajando ocho puntos básicos.

El cariz de las preguntas en la conferencia de prensa confirmó que ahora hay dos tipos de personas en la elite de analistas económicos. En primer lugar, están los que creen que la reciente relajación (¿suavización?, ¿debilitamiento?) del mercado laboral es una normalización, a medida que la pandemia queda aún más atrás. Y luego están los que piensan que podrían ser las primeras fases de algo peor. Los de este último bando presionaron a Powell sobre los efectos retardados de una política monetaria restrictiva y sobre si la Fed corre el riesgo de aplicar los recortes demasiado tarde.

Por qué la Fed está tardando tanto en bajar las tasas de interés

Powell está en el primer bando, aunque subrayó que se mantiene alerta. En una respuesta reveladora, afirmó que el mercado laboral se parece mucho al que había en vísperas de la pandemia: fuerte, pero no una fuente probable de presión inflacionaria. Las evidencias apoyan la opinión de Powell: la economía parece bastante firme, por lo que un enfriamiento brusco del mercado laboral parece poco probable.

Al enfatizar la fortaleza de la economía, Powell hizo referencia a las ventas reales finales a compradores nacionales privados, un indicador de la demanda que subió un 2,9% en el segundo trimestre. Es una cifra impresionante. Pero existe un temor persistente, incluso para los optimistas. ¿Cuánto aguantará la demanda privada cuando el crecimiento del consumo va por delante del crecimiento de los ingresos, como empezó a suceder recientemente? Y cuando comience a titubear, ¿empezará a aumentar el desempleo?

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